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El ambiente del fitness y el entrenamiento en Río Gallegos atraviesa un momento de profundo dolor tras conocerse la muerte de José, apodado cariñosamente “El Cubano”. Reconocido por su calidez, profesionalismo y pasión, su partida inesperada ha conmovido a vecinos, alumnos y colegas que hoy lo recuerdan con palabras llenas de gratitud y emoción.
La noticia fue confirmada por Soul Gym, el establecimiento donde José trabajaba actualmente como instructor. A través de un sentido comunicado publicado en redes sociales, el gimnasio expresó: “Con muchísimo dolor y tristeza infinita, les compartimos que el día de hoy falleció nuestro querido profe José. Sí… nuestro querido Cubano, quien tanto nos supo enseñar y acompañar en este tiempo”. Como muestra de respeto y duelo, el gimnasio permanecerá cerrado temporalmente este martes.
El último adiós: despedida en Rams
Desde Soul Gym se convocó a todos quienes deseen despedir al “Profe José” a acercarse este martes 2 de julio, entre las 11 y las 16 horas, a la sala velatoria Rams. “Profe querido, ya encontraré las palabras para agradecerte”, finaliza el mensaje del gimnasio, reflejando el sentir de toda una comunidad que aún no asimila la pérdida.
Hasta el momento, no se han informado oficialmente las causas de su fallecimiento.
Un legado de esfuerzo, ética y alegría
José “El Cubano” dejó una huella imborrable en cada lugar donde trabajó. Conocido por su energía, sus bailes caribeños que alegraban las clases y su fuerte sentido ético, logró formar vínculos únicos con sus alumnos. Su impronta iba más allá del entrenamiento físico: era un guía, un motivador y, sobre todo, una buena persona.
Las redes sociales se llenaron rápidamente de mensajes que dan cuenta de la profunda admiración que despertaba. Su amiga y colega, la entrenadora Bárbara Isabel Lazo, escribió:
“Gracias por tu amistad sincera, ¡bella persona! Gran amigo, excelente profesional con mucha ética profesional. ¡Te vamos a extrañar!”
Recuerdos que duelen y emocionan
Las muestras de afecto no tardaron en multiplicarse. Exalumnas como María Elisa Ramírez Garro lo recordaron con cariño: “Tuve el gusto de ir a unas clases con él. Excelente bailarín y muy buena persona siempre”. Dania Luque, vecina de la ciudad, expresó: “Siempre lo veía correr y entrenar y pasar por mi casa”.
Alejandra Oyarzo compartió un emotivo relato que grafica la conexión que tenía José con quienes entrenaban con él: “Ayer me estuviste retando por intentar darme el alta sola y me mandaste a hacer cardio, y hoy me llega esta triste noticia. Me pregunto: ¿qué voy a hacer ahora?”
Más que un entrenador, una inspiración
José también será recordado por pequeños gestos que marcaron a muchos. Claudia Amuchastegui, una de sus alumnas, lo despidió con estas palabras: “Fuiste el mejor entrenador que tuve y te lo dije el día que me despedí porque me mudaba. Que tu alma llegue a tu Cuba querida y puedas descansar en paz, querido José.”
Su ausencia se siente ya en cada rincón de los gimnasios de la ciudad. Pero también queda su legado: el compromiso con sus alumnos, la alegría con la que encaraba cada jornada y la calidez humana que lo definía.
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