Hace menos de una semana completó su primera experiencia como entrenador de Argentina y ya está en la capital santacruceña para trabajar el cierre de temporada de la Liga Nacional. Hablamos de Gabriel Piccato, un técnico que suma más de 27 años en la elite del básquet de nuestro país.

Hispano y selección, el “doble” entrenador argentino.

 

Un estudioso, como lo describen muchos, que eligió dedicar su vida a la naranja desde muy joven, pero que a pesar de su enorme actualidad da la sensación de no tener techo. En exclusiva, este lunes el DT estuvo en los estudios de LU12.

“Empecé en San Jorge. Alrededor de los 15 años colaboré como monitor, dirigiendo categorías formativas. A los 21 el deporte me deja a mí, me di cuenta que no me daban las condiciones para hacerlo en alto nivel”, se presentó el director técnico.

Enseguida contó sus inicios: “Desde la decisión de no jugar más, empecé a colaborar como asistente en distintas categorías. Mi club -La Unión de Colón- tenía a un equipo profesional. A mitad de temporada llegó como entrenador Pablo Columba y él estaba sin asistente. Me ofrecí a colaborar, desde ese momento se abrieron muchas puertas. Dos años después ya trabajaba con él”.

“Fui profesional mucho antes porque, sin percibir dinero, el trabajo era igual. Tenía el mismo compromiso”, contó Piccato, destacando factores que considera fundamentales para el crecimiento.

 

Fui profesional mucho antes porque, sin percibir dinero, el trabajo era igual

 

“Lo nuestro es vocacional. Stambi (Barlow) me describía como un entrenador organizado, puedo decir lo mismo de muchos jugadores de Hispano. Hay una vocación por el deporte, un amor. Dedicarle tiempo a preparar el cuerpo y la mente, eso no lo podés hacer si no amás lo que hacés. No tiene que ver con cobrar o no dinero. Es parte de la profesión, hay algo que es previo: el amor, la vocación al deporte y el respeto a la competencia”, confesó el exDT de Obras.

 

Dedicarle tiempo a preparar el cuerpo y la mente, eso no lo podés hacer si no amás lo que hacés

 

Desde ese puntapié, junto a Columba, pasaron 28 años -diez de ellos trabajando en Colón, donde hoy tiene su casa-. En el presente, Piccato logró algo impensado: la Asociación de Clubes, tras pedido de la Confederación Argentina de Básquet, permitió que un entrenador de Liga Nacional pudiera también actuar como head coach de la selección.

En ese sentido, el santafecino se refirió: “Creo que ambas instituciones articularon ciertas cuestiones, lo reglamentario e intentar ceder al entrenador, para vivir esta experiencia. Me considero de transición, estoy muy agradecido a Hispano por entender la situación”.

 

Relajado y con el tiempo que permite una ciudad como la nuestra, el nacido en San Jorge se dedicó a hablar de su chance como DT en las ventanas clasificatorias FIBA: “Cuando uno está en la selección, se magnifica lo bueno y lo malo. Hay que disfrutar de ambas cosas. En esta etapa, que hay una mayor cantidad de trabajo, debo decir que en ambos lugares el compromiso fue máximo. Argentina pudo lograr el objetivo de la clasificación, pudimos competir y abrirle la puerta al futuro, con jugadores jóvenes de mucha proyección. Perdimos un partido histórico con Colombia, lo tomo como parte de una competencia. Siempre y nunca son palabras muy difíciles de sostener, en definitiva, el saldo total es positivo”.

 

Cuando uno está en la selección, se magnifica lo bueno y lo malo

La pandemia también lo atravesó, pero agradece poder haber vuelto y estar en actividad a pesar del contexto: “Lo más importante es que se haya reanudado la actividad. El esfuerzo de todos los clubes -sobre todo de la AdC- en esta realidad es mucho. Hay que agradecer poder estar haciendo lo que nos apasiona, me siento afortunado. Estoy en un selecto grupo, a nivel mundial, es mucha más la gente fuera que dentro”.

La burbuja sanitaria los recibió, a él y a Hispano, en Buenos Aires, con una metodología especial y adaptada a las circunstancias. Al respecto el DT contó: “Hay que sacarle lo mejor a la realidad, el formato es así. Tenés muy pocos entrenamientos y muchas cosas para trabajar. Hay que posicionarse en tratar de involucrar mucho más al DT, para dar un diagnóstico más certero”. Y siguió: “Tengo la tranquilidad que el camino que transitamos es ese. Abarcar todo no se puede, el que quiere todo, se queda sin nada”.

Gabriel Piccato: el técnico responsable de Hispano Americano y la Selección Nacional. FOTO: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

 

El Celeste se ubica hoy en el puesto 11 de la Liga Nacional -producto de 14 victorias y 18 derrotas-, con seis partidos por jugar y un objetivo claro: “Fuimos creciendo a lo largo de la temporada. Los fríos números no reflejan la posición en la que estamos. Vale la pena seguir intentando crecer y mejorar. Deseamos un lugar entre los doce equipos que entren en playoffs esta temporada. Es un desafío interesante, el camino no es fácil. Ahí está el verdadero desafío”.

 

Abarcar todo no se puede, el que quiere todo, se queda sin nada

 

Los suyos

Semejante carrera necesita de un respaldo y así lo refleja el entorno de Gabriel Piccato. El entrenador y un punto aparte para hablar del aspecto humano: “Mi familia juega un rol muy importante. Mientras yo estoy acá en la entrevista, mi esposa está con nuestro hijo en Colón, encargándose de llevarlo y traerlo. Eso es una gran tranquilidad, no estoy pendiente de que va a estar descuidado, eso no tiene precio”.

“A la mesa siempre se van a sentar los mismos. Dirigiendo a la selección, estoy con ellos, cuando no tenía trabajo, también me sentaba con ellos. Son grandes compañeros de viaje, con Ana María (su esposa) hace mucho estamos juntos”, expresó el asistente, muchas veces, de Sergio Hernández en Argentina.

 

Pausa en La Liga

Hispano transita su última semana en la capital santacruceña: “Si todo este tiempo lo hubiésemos tenido desde el inicio, hubiésemos tenido un gran crecimiento. Pasás mucho más tiempo en el gimnasio, podés respetar rutinas individuales y acondicionar tu cuerpo, extender más el trabajo de equipo. Es un beneficio muy grande, sabemos que en Buenos Aires los tiempos son otros”.

A punto de finalizar la temporada, el DT reflexionó sobre la institución que hoy lo tiene como coach: “En Hispano descubrí un lugar con gente muy cálida y coherente. Tiene un claro camino de cómo llevar adelante el club, eso me parece una muy buena base para construir”.

 

En Hispano descubrí un lugar con gente muy cálida y coherente

 

“En estos días acá vi gente muy receptiva y acostumbrada a hacer sentir bien al que viene de afuera. Para los que estamos hace mucho tiempo en el ruedo no es tan habitual, vale la pena reconocerlo. Las relaciones son frías y distantes, son estilos, si tuviera que elegir, elijo siempre esta versión de Hispano”.

 

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