ANTONIA BEATRIZ DESIMONI

“AMO Y RESPETO A ESTA CUIDAD Y A SU GENTE, ME QUEDO ACÁ”

La vecina Beatriz desde su heladería. FOTO: TAMARA MORENO/LA OPINIÓN ZONA NORTE

Antonia Beatriz Desimoni, más conocida como doña “Pocha“, llegó cuando tenía 15 años desde la provincia de Salta. Hoy, junto a sus cinco hijos, tiene tres comercios en la ciudad. “Vine en un barco petrolero, recién casada, en un mar de fondo, me quedé y de acá no me voy. Amo Caleta Olivia, es mi lugar”, dijo a La Opinión Zona Norte.

Aunque su historia es larga para contar, comenzó diciendo que iniciaron con la heladería “Cremar”. Empezaron vendiendo productos de otras marcas, tenían un freezer, una silla y dos latas de helado. “Yo no sabía preparar un cucurucho y aprendí sola”, rememoró. Hasta que un día decidieron comprar maquinaria y hasta la actualidad, producen su propio helado.

En los 60 años que lleva viviendo en la ciudad, vio como todo fue creciendo alrededor de la conocida heladería de la esquina. “Vi cuando construían la plaza 20 de Noviembre, estuve cuando no teníamos cine y todos los miércoles iba con mi silla a un lugar donde pasaban películas. Tengo muchas anécdotas lindas, como cuando el viento me llevó la primer cocinita que hice”, dijo.

“Caleta es lo mejor que tenemos en Santa Cruz, amo a esta ciudad, me encanta su gente y voy a dejar hasta mi última gota. Acá fui lavandera, cocinera y mucama, hasta que dije ‘no, yo tengo que hacer algo” y acá estoy, puedo dar trabajo y ayudar junto a mis hermosos hijos y mi maravillosa familia”, finalizó.

JUANA, JUAN Y SABINO QUIMEL

“EL GOROSITO FUE HECHO POR PARTES DENTRO DE UN CLUB”

Los hermanos Juan, Sabino y Juana Quimel, antiguos pobladores de la ciudad de El Gorosito, dialogaron con La Opinión Zona Norte y contaron “sus andanzas” años atrás. Sabino, el más grande de los tres, recordó que cuando llegó, el 12 de febrero del año 1954, “Caleta no era nada todavía, no se terminaba de construir el barrio Parque”, contó.

Por su parte, Juan rememoró que primero vivían en el barrio Parque y luego, en los años 60, llegaron al 26 de Junio. “Me acuerdo que cuando vinimos a vivir acá, nuestros viejos armaban los barrios y ya estamos, yo tenía 5 años y me acuerdo como un sueño todo lo que ocurrió, lo que más recuerdo es a mis hermanos (Juana y Sabino) que ellos eran más grandes”.

Finalmente, Juana se refirió a la construcción del ícono caletense, en monumento al obrero petrolero. “El cuerpo lo hicieron por partes dentro de un club que estaba donde ahora está la parroquia y lo fueron sacando por partes. Sacaron el techo y una parte de las paredes para ir sacando e instalándolo donde está ahora”.

“Cuando lo inauguraron hubo una Expo Petróleo que abarcó toda esa parte de donde está El Gorosito hasta donde ahora está el Macro. Vinieron empresas petroleras y exponían en stands; también recuerdo que el primer Jardín que hubo acá fue el 11 y funcionaba en una casa que había hecho YPF en el barrio 26 de Junio”, cerró.

VALERIA VALLEJOS, FUTBOLISTA DE MARCELO ROSALES

“CALETA ES LA CIUDAD QUE ELEGÍ COMO MI LUGAR EN EL MUNDO”

La central del “aurinegro”, un valuarte en el fondo.

A sus 35 años, Valeria Vallejos juega al fútbol en Marcelo Rosales. Lo hace en este club hace seis años, desde la creación del equipo de fútbol femenino. Hoy es una de las referentes, y sueña con jugar algún día en Liga Norte con su hija mayor: Maia.

Valeria creció junto a su familia en el barrio Mutual de Caleta Olivia donde el fútbol “era mi hobbie en el barrio”, expresó a La Opinión Zona Norte, allí jugaba con su hermana mayor y los amigos que tenía.

Tras irse a vivir a Los Antiguos, volvió a Caleta Olivia y su amor por la pelota la acompañó durante su maternidad. Valeria fue madre a los 17 años y tuvo un período donde dejó el fútbol, pero luego volvió y mejor que nunca. Hoy tiene cinco hijos: Tiziana, Ian, Abigaíl, Nahitan y Franchesca.

Tuvo un paso por equipos locales de fútbol de salón como Olimpia Juniors y hoy defiende los colores de Estrella del Sur en salón y Marcelo Rosales en cancha de 11.

Ella es central, sueña con jugar con su hija y aseguró que “el año que viene si Dios quiere, me gustaría que pruebe Liga Norte con nosotros. Mi sueño es compartir una cancha con ella”, destacó.

En el marco de un nuevo aniversario de Caleta Olivia manifestó: “Hace 23 años vivo acá y formé mi vida, mis cosas, amo este lugar, tiene sus falencias. Es la ciudad que elegí como mi lugar en el mundo, acá crié a mis hijos , amo la playa y las plazas. Soy una feliz ciudadana de Caleta Olivia”.

RELATO EMOTIVO

HIJA DE UNA ANTIGUA POBLADORA BRINDÓ SU TESTIMONIO

Inauguración de la 1era. Unidad de Terapia Intensiva de Caleta Olivia. FOTO: SANDRA BELTRÁN

Sandra Beltrán, docente jubilada de Química, en el marco del aniversario de la ciudad, recordó a su madre, una antigua pobladora, y reconocida profesional del ámbito de la Salud.

Su madre fue una de las primeras enfermeras de la ciudad. Ella llegó de Tinogasta (Catamarca) y se radicó en Caleta Olivia en el año 1961 junto a su marido que trabajaba en YPF, en la localidad de Las Heras.

En su relato dice: “Ella me ha contado que tenían una sola canilla en la esquina del barrio, en una cuadra donde juntaban agua con los bidones, o con baldes, para poder mantenerse porque no había agua potable; no había nada“.

Por otra parte, dio a conocer a La Opinión Zona Norte, que su madre, “siempre tuvo la vocación de ser enfermera, y ya vino con el título de enfermera”. Por cuestiones de la vida, la antigua pobladora, pudo comenzar a trabajar varios años después de haberse establecido en nuestra ciudad.

“Cuando más o menos yo tenía 7 años ella empezó a trabajar en la clínica con un doctor, (que también llegaba la ciudad) el doctor Simeón Andrés. Entre los dos pusieron el hombro, se ayudaron y armaron una clínica pequeña en un pequeño consultorio que tenía él. Después, se fue agrandando, y ella muchas veces también cumplió la función de partera”, relató.

Para finalizar, Sandra sostuvo “yo amo Caleta es el lugar donde nací; por ahí reniego del viento y de algunas cosas, pero por supuesto que me tira mucho“.

121º ANIVERSARIO

PERLA SEXTO: “LLEGAMOS A AMAR ESTO POR LA SIMPLEZA”

Perla Sexto, docente jubilada. FOTO: TAMARA MORENO/LA OPINIÓN ZONA NORTE

Perla Sexto, es docente jubilada en Letras, que llegó a Caleta Olivia, “cuando la ciudad tenía 5 mil habitantes”. La mujer es oriunda de Catamarca, viajó al sur “en busca de futuro”, y nunca más volvió a su tierra natal.

En diálogo con La Opinión Zona Norte, ella recordó que “yo en ese momento era una mujer muy enamorada y correspondida. Entonces, la vida es color de rosa a pesar de que teníamos el agua afuera, no teníamos baño adentro, lavábamos en un fuentón, yo no tenía trabajo; pero lo más importante era cómo se sentía uno en ese momento”, adujo.

Por otra parte, dio a conocer cómo se vivió la Gesta de Malvinas; suceso que marcó la historia del país y de la comunidad de Caleta Olivia.

Haciendo referencia a la actual Escuela Nº 69, (ex “Departamento de Aplicaciones”), la mujer contó que “nuestra escuela era como tipo cabecera; ahí se hospedaron los chicos que murieron y que venían de Corrientes“.

Luego enfatizó que “uno de ellos cumplió 18 años y habíamos preparado una torta para ese chico y me dicen ‘hablá vos’, porque parece que era la más dura, pero por supuesto me quebré, porque hablaba un poco en nombre de la mamá”, dijo al respecto.

Para concluir, Perla sostuvo: “A mí me gustaría que volviéramos a renacer aquellos viejos valores que tuvimos cuando llegamos acá. Llegamos a amar esto por la simpleza, por la seguridad, por la oportunidad también, porque es una ciudad generosa“.

 

RELATÓ SU VIVENCIA

DOÑA “PEPA” CRUZ DE CASTRO, UNA CALETENSE POR ELECCIÓN

Felipa, “Pepa”, Cruz de Castro. FOTO: TAMARA MORENO/LA OPINIÓN ZONA NORTE

En el marco del 121º aniversario de Caleta Olivia, la vecina Felipa “Pepa” Cruz de Castro, brindó su testimonio, y detalló cómo fue que el paso del tiempo y cómo se forjó lo que actualmente es nuestra ciudad.

La mujer es de Andalgalá, provincia de Catamarca y aduce que se estableció en Caleta Olivia, cuando el lugar “era todo campo”.

Acostumbrada al paisaje norteño de esa localidad, y también al movimiento urbano, llegó a poblar la tierra sureña, sin saber con lo que se iba a encontrar.

“Cuando llegué fuimos al barrio Parque, (donde tenía la casa un tío), un día salimos ahí a la lomita a mirar el panorama y me dio un ataque esa noche. Fui a parar al hospital; -hacía dos meses- que se había inaugurado el hospital Meprisa. Después no sé cuántos días estuve ahí, por la angustia que me dio“, recordó entre risas.

En aquel momento, su marido, trabajaba en YPF y ella siendo ama de casa, crió a tres hijos y una hija. En la actualidad es abuela y bisabuela y considera que “crecimos acá con el pueblo, sí se puede decir. Acá tengo mis hijos, mis nietos y ya no me voy más de Caleta”, indicó doña Pepa.

Para finalizar, la mujer remarcó que ella seguiría eligiendo a esta ciudad para vivir, porque este es su lugar: “Mis hijos ya son sureños; al norte vamos solamente a pasear y damos la vuelta, porque nuestro territorio ya es Santa Cruz“, concluyó.

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