Desde siempre las y los educadores tienen por delante la difícil tarea de formar a las futuras generaciones, pero en el 2020 suman un gran reto, ejercer a distancia, sin el contacto físico, sin la convivencia cotidiana. Y así lo hacen, con la tecnología como aliada, llegan al hogar de cada uno de sus educandos.

Natalia Tizzano, Escuela N° 10, Río Gallegos.
1- Natalia Tizzano, Escuela N° 10, Río Gallegos: Soy maestra única, así que doy todas las áreas en segundo grado, mis alumnos tienen entre 6 y 7 años. Trabajo enviándoles tareas a diario, para que las resuelvan en sus casas y trato de estar comunicada con los papás, a través de un grupo de WhatsApp. Subimos las actividades a un blog, que armamos por esta situación, para que los chicos no pierdan el ritmo que adquirieron en el inicio de clases. Todos los días de la semana me grabo contándoles el capítulo de un cuento, ahora estoy con Dailan Kifki de María Elena Walsh, y a la noche se los mando al grupo de WhatsApp, creo que es una forma de contenerlos y de darles un recreo para que puedan divertirse. Así estoy en contacto con los chicos, mandandonos videos, audios o fotos. Estamos tratando de hacer lo mejor posible, bajo ningún concepto trabajar de esta forma reemplaza al aula, donde el trabajo es mucho más personalizado, extraño un montón la escuela. Sí cuesta mucho mantener un horario laboral, ya que las consultas son a cualquier hora.

Cecilia Durruty, Jardín de Infantes N° 63, El Calafate.
2- Cecilia Durruty, Jardín de Infantes N° 63, El Calafate: Comenzamos por WhatsApp, pero las respuestas no fueron muy alentadoras. Ahora armamos una classroom, les expliqué a los papás que sería como armar una clase virtual, y la respuesta creció. Son herramientas nuevas y uno necesita tiempo para aprender, también para las familias es difícil, por eso trato de darles cosas simples y me filmo para motivarlos. Nos lleva a nosotras a descubrirnos en este nuevo rol como docentes virtuales, desarrolla la creatividad, pero no reemplaza el aula, el aula es un lugar mágico, faltan el abrazo, la mirada y el contacto tan necesario y, además, hay un intermediario entre el niño y vos, el adulto. Lo que intento hacer desde que arrancó esta cuarentena es compartir actividades en las que los niños puedan escuchar mi voz, me puedan ver, para un contacto, aunque sea virtual. Pero es lo que nos toca y forma parte de este aprender constante del docente, es un gran desafío y hay que estar dispuesta y dar lo mejor siempre, pensando en ese niño que no entiende mucho lo que pasa.

Celina Fernández, INSET, Río Gallegos.
3- Celina Fernández, INSET, Río Gallegos: Es mi primera experiencia dando clases, estoy en una materia con la que se reciben de Técnicos en Construcción. Esto quiere decir que mi inicio dando clases fue virtual, no los conozco personalmente a mis alumnos, todo a través del mail. Mi materia es complicada vía internet, porque es práctica, es más trabajo en taller, con correcciones de planos. Pero vía mail les pido los planos y ellos me los envían por mail y trato de corregir de esa manera. Algunos se enganchan más, otros menos, pero se trata de hacer lo que se puede, hay que tener en cuenta que mis alumnos son gente grande, algunos incluso más grandes que yo. Por supuesto tener los planos en papel no es lo mismo que verlos a través de una pantalla, es difícil, se pueden apreciar otras cosas cuando el plano está impreso, trato de que me manden los trabajos en PDF así puedo verlos lo más cercanos a la realidad posible y poder evaluar así mejor ciertas cosas. Espero poder conocerlos personalmente cuando pase todo esto, ojalá pronto.

Mariana Cotillo, Colegio Prov. de Educación Secundaria N° 30, Tres Lagos.
4- Mariana Cotillo, Colegio Prov. de Educación Secundaria N° 30, Tres Lagos: Cumplo dos funciones, soy secretaria y, además, soy profesora de Educación Artística, ahí trabajo en el lenguaje de la danza. En lo que respecta a la secretaría, me encontré con un problema, toda la información administrativa está en la PC del Colegio, luego de idas y vueltas, pedí la autorización para traerla a mi casa. Mientras que en mi rol como docente extraño mucho el aula y el contacto con los alumnos. Mi disciplina siempre les permitió romper con el esquema de la escuela, esperaban ansiosos la hora de danzas porque nos íbamos al SUM. Las clases habían comenzado hacía dos semanas, así que yo había empezado con un diagnóstico de reconocimiento corporal, lo que me permitió trabajar con ellos de manera virtual, en movimientos generados con distintas partes del cuerpo. Por ahora estoy usando el correo electrónico, desde donde mando la actividad, y ellos me envían las actividades vía mail y WhatsApp. Con fotos y videos estamos haciendo una coreografía grupal.

María Elva Díaz, UNPA, Río Gallegos.
5- María Elva Díaz, UNPA, Río Gallegos: Estoy dando clases virtuales, dicto la cátedra Clínica Psicopedagógica II. Esto es una novedad para muchos de los profesores, en mi caso, luego de 22 años como profesora, es mi primera experiencia virtual. Requiere creatividad, es un trabajo interactivo mediante la red. Yo les propongo consignas para que ellos se acerquen a la bibliografía, luego preparamos un foro y se conectan en un horario, ahí interactuamos entre todos. Hubo muy buena respuesta por parte de los alumnos, todos cumplen con las tareas que les voy asignando. El primer día que nos encontramos en el foro fue muy emotivo, sentimos mucha alegría de vernos los rostros y escucharnos, habíamos alcanzado a tener un día de clase presencial. Destaco una gran capacidad de adaptación y de solidaridad mutua. Todos estamos en idéntica situación, pero a la hora de llevar adelante nuestra tarea, creo que los dos polos implicados en el proceso estamos igualmente activos y comprometidos. Extraño el contacto directo y espero pronto podamos estar juntos en el aula.

Silvia Molina, EPP N° 43, Caleta Olivia.
6- Silvia Molina, EPP N° 43, Caleta Olivia: Ejerzo la docencia desde hace 10 años en Santa Cruz, por la mañana me desempeño como asistente pedagógica y como docente de segundo grado en el turno tarde. Esta cuarentena nos tomó de sorpresa y nos obligó a reorganizarnos en un tiempo récord, para continuar con el trabajo pedagógico y la comunicación. En una primera instancia las actividades que los alumnos realizaron en sus casas fueron de repaso, luego, cuando se extendió la cuarentena, empezamos a trabajar con los contenidos del ciclo lectivo presente. Las herramientas implementadas son diversas para poder llegar a todos, algunos no tienen PC, internet o un celular con tecnología avanzada. Quiero destacar el compromiso y responsabilidad de las familias, que buscan la manera de organizarse, de estar presentes y en contacto con el docente. El objetivo es que los niños aprendan, bajo esa premisa actuamos docentes y familias. Creo que es muy importante mantener los vínculos y al grupo unido, nada sustituye al aula, pero así sienten la presencia del maestro.

Patricia Mansilla, EPP N° 10, Río Gallegos.
7- Patricia Mansilla, EPP N° 10, Río Gallegos: Si bien no estamos concurriendo al edificio escolar, nosotros seguimos con las actividades, continuamos dándoles clases a los chicos, yo tengo segundo grado, con 21 alumnos, mando la tarea por mail o vía WhatsApp, y para corregir las familias escanean las actividades para que vayamos corrigendo y nos mandan fotos a nuestro teléfono personal. Les doy tarea por día, y ellos cuando la terminan me la mandan, no ponemos tiempos, cada familia maneja sus horarios, todos colaboran mucho con nosotros. Algunos no cuentan con los recursos, desde una computadora a internet, en esos casos lo manejamos por WhatsApp. No es lo mismo, se extraña el contacto con los chicos, si bien nos mandan la tarea resuelta, no podemos saber en cuánto tiempo la resolvió, si le costó, si bien los papás nos van contando, no es lo mismo. Uno en el aula los guía, los ayuda, está en movimiento, pero con esta modalidad nueva estamos todos aprendiendo y estamos en contacto diario, es un constante ida y vuelta.

Silvia Díaz, Secundario N° 36, Río Gallegos.
8- Silvia Díaz, Secundario N° 36, Río Gallegos: Soy docente de primaria y profe de Biología en 3° año de secundaria. Las circunstancias por las que atravesamos por estos tiempos difíciles me han obligado a tener que ausentarme de la clase convencional dentro del aula, y redireccionar mi labor como docente desde la PC de mi domicilio, es una situación muy movilizante. En lo particular, la aplicación en la escuela de las tecnologías resulta atractivo para los alumnos, aunque no todos tienen las mismas posibilidades de acceso a los medios informáticos. Desde mi lugar de docente busco la manera de poder tener el contacto pedagógico permanente con los alumnos y sus familias, atendiendo a las necesidades que van surgiendo con el correr de los días. Se gana el conocimiento y funcionamiento de las herramientas informáticas, pero el vínculo docente- alumno no es igual que tener a los niños en las aulas con su maestra. Se extrañan el abrazo y los gestos de cariño. Los chicos responden, pero llevó días acomodarse al aula virtual.
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