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Con más de 100 años de historia, el baloncesto ha crecido hasta convertirse en uno de los deportes que cuentan con más seguimiento a lo largo del mundo. La emoción que despierta entre sus seguidores se puede comprobar observando al público que asiste a cada evento, pero también si consultamos la gran cantidad de bets que se realizan en los encuentros más importantes. Por eso, a continuación, vamos a hablar de este deporte tan interesante y resaltaremos algunos puntos muy curiosos de su historia.
Un deporte de invierno
Aunque los orígenes de otras disciplinas deportivas pueden rastrearse muchos siglos atrás, los del baloncesto los encontraremos en el Massachusetts de 1891. Allí, un profesor de educación física de origen canadiense quiso dar con algún tipo de actividad física que pudiera celebrarse en espacios interiores, lo que permitiría jugar durante los meses más fríos del año. Así es como nació, aunque con diferencias notables al deporte que conocemos hoy, el baloncesto más primitivo. Las canchas eran más pequeñas, cada equipo contaba con nueve jugadores y las canastas eran de madera. La falta de tablero, y el hecho de que estuvieran cerradas por abajo, hacían que el juego fuera menos dinámico, pero las bases ya estaban ahí.
Las reglas han evolucionado
Como suele ocurrir, la práctica es la que acaba dando forma a un deporte, ya que es durante los encuentros cuando se pone de relieve si algo funciona o no. Ocurrió con los tableros, que fueron incluidos porque el balón terminaba cayendo entre el público. Y también ocurrió con otros aspectos del juego.
Por ejemplo, los primeros árbitros controlaban el tiempo del juego con un reloj convencional, así que la precisión no era necesaria. Hay que tener en cuenta, además, que hasta 1954 no fue incluida la norma de posesión de 24 segundos, un punto fundamental del baloncesto moderno.
Los jugadores que probaron aquellas primitivas versiones de este deporte, además, no podían driblar a sus contrincantes, y esto se mantuvo hasta 1897.
Balones específicos y deporte olímpico
El baloncesto no tardó en volverse un deporte bastante popular y, tal como ocurre hoy en día, era mucha la gente que realizaba apuestas y seguía con devoción los encuentros de sus equipos favoritos. No obstante, durante mucho tiempo fue una disciplina menor que no contaba con la madurez necesaria.
También debemos considerar que, por ejemplo, que el primer balón de baloncesto no llegó hasta 1929. Hasta aquel momento, los partidos siempre se habían disputado con pelotas de fútbol. Ese primer esférico era de un tono marrón oscuro, aunque luego se cambió al color naranja de la actualidad para mejorar su visibilidad.
Por otro lado, el baloncesto no fue considerado deporte olímpico hasta 1936. Así, Berlín fue el lugar en el que debutó.
El baloncesto, en la actualidad, sigue sorprendiendo. De aquí han surgido grandes estrellas, como Michael Jordan o LeBron James, y cada año se producen encuentros disputados y seguidos por millones de aficionados. Así, solo queda esperar para ver qué nuevas sorpresas nos da, o qué récords se baten durante los próximos años.
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