Your browser doesn’t support HTML5 audio

En las frías calles de El Calafate, donde el viento corta como un cuchillo y la nieve empieza a asomar, otra batalla se libra lejos de los paisajes turísticos: la de una madre que clama por justicia. Felicita Armoa, oriunda de Río Gallegos, no duerme desde aquel 8 de abril, cuando su hijo, Cristian Pérez, fue víctima de un incendio intencional en un taller mecánico del barrio Cerro Calafate. Doce días de agonía en terapia intensiva terminaron con su vida, pero no con las preguntas que hoy recorren cada rincón de Santa Cruz.

Felicita y Nicolás Pérez, hermano de Cristian, hablaron con los medios de la villa turística. Con la voz quebrada pero firme, la madre relató la reciente audiencia que mantuvo con el juez Alberto Ludueña, a cargo de la investigación. “Creo en su palabra, todavía creo en la justicia“, dijo, aunque la incertidumbre pesa. El magistrado les aseguró que el caso “no quedará impune“, pero hasta ahora, ni un solo detenido por el hecho.

Cristian, un joven que había llegado desde Río Gallegos en busca de oportunidades, encontró refugio y trabajo en un modesto taller de la familia Zuñiga. Dormía allí, entre herramientas y repuestos, cuando las llamas lo sorprendieron. Las heridas en sus vías respiratorias fueron fatales. Lo que quedó, además del dolor, fue un manto de dudas: ¿Quién prendió fuego el lugar? ¿Por qué?

Nicolás Pérez, hermano de la víctima, reveló un dato hasta ahora desconocido sobre el caso, aunque prefirió no ahondar en detalles por razones legales. Su mensaje, sin embargo, fue claro y contundente: “Ya está, te la mandaste. Que se entregue“. Una frase que resuena como un eco en una comunidad donde los casos de violencia suelen quedar en la nebulosa del olvido.

En un posteo desgarrador en Facebook, Felicita escribió: “Lo que yo siento hoy no se lo deseo a ninguna madre”. Agradeció el apoyo de la gente y la disposición del juez, pero su pedido es uno solo: justicia. “Que mi hijo descanse en paz“, imploró, mientras convocó a quienes tengan información a romper el silencio: “No tengan miedo. Esto no puede volver a pasar”.

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios