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Por Juan I. Martínez Dodda
“Me iba mejor económicamente como mecánico dental, pero me gustaba mucho el campo, lo que hago, lo hago con placer, en el campo encuentro paz” relata Horacio Elliot, de familia de productores, que se fue a estudiar y vivir a Buenos Aires pero volvió al terruño. En estas líneas, nos comparte su historia, su presente y los desafíos.
El campo en el que hoy está Horacio viene de familia, lo fundó su bisabuelo, José Nadal, en 1914; luego pasó a su abuelo, Víctor Nadal y después a su madre, Liliana Nadal. Horacio está a cargo hace unos 20 años. Pero antes, estuvo casi dos décadas estudiando y trabajando en Buenos Aires. Estudió Mecánica Dental y ejerció la actividad durante 24-25 años.
En marzo 2002 decidió el retorno a Río Gallegos. “Yo hacía años que me quería volver, mi mujer estaba indecisa, pero en ese momento, acordate, post crisis de diciembre de 2001, se decidió y nos vinimos”, relató. Lo cierto es que Horacio nunca dejó de estar vinculado, como podía, al campo. “Siempre acompañé como pude a mi abuelo y a mi viejo, Guillermo Elliot, que trabajaba con mi abuelo, o sea, su suegro”.

“Algo importante, que querría destacar, que sin el apoyo de la familia, mi mujer, mis hijas, mis padres, incluso mis abuelos, esto no sería posible”, remarca Elliot. La estancia, que se llama Cardiel Chico, está en la zona centro, bien al centro de la provincia. A unos 50 kilómetros al este de Gobernador Gregores. “Es una estancia de 20.000 hectáreas, pero yo terminé alquilando más superficie y hoy trabajo 60.000 hectáreas, no es lo ideal, pero debido a que el pasto natural se fue deteriorando por las sequías, necesitás más hectáreas para darle de comer a la misma majada, la contra es que tenés las ovejas más dispersas y necesitás más personal para recorrer, uno de los talones de Aquiles de la actividad, porque está complicado conseguir gente“.
Actualmente tiene 10.000 animales en producción, aunque llegó a tener 12.500-13.000. “No pudimos recuperarnos nunca del todo de aquel invierno de 2020, que perdimos 1.500 animales, y la única manera de recuperar es comprando y rezar para que no te lo coman, roben o se pierda, porque con una señalada en febrero de 60-70% no llegás”, contó Elliot que, justamente, hizo un alto en las tareas de señalada para charlar con Santa Cruz Produce.
Lana y carne
Consultado sobre los cambios que había ido haciendo para mejorar la eficiencia productiva y económica, Elliot contó que cuando empezó “tenía 700-800 ovejas y justo estaba saliendo la Ley Ovina, a través de la cual pude comprar 2.000 ovejas, en ese momento no me importaba la raza, compraba lo que podía, entonces llegué a mi primera esquila con una lana de 28 micrones, gruesísima, tenía que rezar y pedir por favor para que me la compren”, compartió Elliot.
Todo lo que generaba el campo lo vendía y compraba ovejas, después compró carneros MPM (Merinos Multipropósito) “para afinar esa lana”. “Pero me encontré con que me estaba quedando sin lana porque una oveja que te tiene que dar 4 kilos de lana y me estaba dando 2,800 kg, entonces ahí di otro golpe de timón y empecé con Poll Merino, y ahora ya tengo 3,800 kg de lana por oveja”, relató Elliot.
Hoy está en los 21 micrones. Pero apuesta a las dos puntas del negocio: lana y carne. “Este no es un campo para ir sólo a la lana, que sube y baja, y el año que baja mucho no te alcanza para dar la vuelta del año, la carne te ayuda a compensar esos vaivenes”, dijo el productor.
El negocio
“Los últimos años productivos fueron buenos, ahora bien, si mirás lo económico no se ve reflejada esa bonanza productiva”, dice Elliot. Y prosigue: “Para nosotros la plata es una herramienta, no nos desvivimos por la plata, si viene hacemos mejoras”. Y destaca: “Uno siente mayor satisfacción cuando encerrás tu majada en el corral y encontrás una oveja y un cordero en lindo estado, eso te da buen impulso para seguir”.
“Si vamos a los números fríos da para vender todo y comprarte un departamento, pero esto no es de ahora, es de hace años, los gastos fijos nos liquidan, porque la lana hoy está entre USD 4,5- USD 5, que es un número interesante comparado con los años 90s que no valía ni un dólar”. Pero el problema son los costos fijos: “Son demasiado elevados“.
Respecto de la quita de retenciones, espera ver su implementación, “seguro que va a ser bueno, pero a mí me molesta muchísimo el 931 (N de la R: aportes y contribuciones que el empleador debe efectuar por cada trabajador), me indigna porque se llevan un 50% del sueldo del peón”.
“Los desafíos son que podamos ser sustentables económicamente, que todos podamos vivir bien, nosotros y los empleados, que esto siga con ovejas en la zona, que los campos cerrados se puedan reabrir, que se repueble esto, porque es lo mejor que nos puede pasar, ese es el desafío más grande”, confesó Elliot.
Así y todo, para el productor “el campo es un estilo de vida, no es un negocio, sigo porque hago lo que me gusta, no es monótono, todos los días son diferentes, es un contexto de naturaleza, sano, compartís con familia, amigos”, concluyó Horacio Elliot.
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