La sobrepoblación de perros es un tema de preocupación internacional, principalmente en Latinoamérica, pues aún no se tiene la cultura de un idóneo cuidado de la mascota, el control natal a partir de la esterilización ni la moral para una educación animal adecuada. Y a partir de ahí, las distintas sociedades han lidiado de diversas formas y la mayoría de las veces de manera drástica, con el sacrificio animal incluido.

Las consecuencias de la falta de educación

 

El bienestar de los animales rara vez ha sido considerado como un hábito social y, en consecuencia, y eso es lo que ha dado paso a drásticas acciones de “control” canino, que es fuertemente combatido por las asociaciones protectoras, no sólo por lo inhumano que ello implica, sino porque además el sacrificio también ha demostrado ser ineficaz para el control de la población. Si bien puede dar un resultado en lo “inmediato” difícilmente lo logre a “largo plazo”.

Los dueños los adoptan cuando son cachorros y los abandonan cuando crecen

 

Lo principal es entender por qué ese perro está en la calle. Una de las principales razones es que fue abandonado por su dueño, ante la carencia de una cultura y educación sobre tenencia de animales. También se pudo haber extraviado o de lo contrario puede ser cría de un animal no esterilizado.

 

 

Se estima que hay unos 1.000 millones de perros en el planeta. Y de ellos unos 750 millones son callejeros

 

Para los especialistas la forma de evitar la sobrepoblación no es mágica. Se trata de reglas claras y educación. Así plantean sancionar a quienes abandonen a sus perros. Promocionar la tenencia responsable. Regular la venta de animales. Implementar programas de esterilización permanentes.

 

 

Ya en 1994, la Organización Panamericana de la Salud cambió el título de “perro callejero” a “perro de dueño irresponsable”, pues la mayoría llega a la vía pública por el abandono.

 

 

En ese marco, la función “adecuada” de la División de Control Animal debería ser la aplicación de un programa efectivo que cuente con normas claras que propendan al rescate de animales maltratados. Promover el registro de perros.

 

 

Brindar un programa de esterilización/castración de bajo costo que permita a todos los residentes esterilizar a sus perros y evitar problemas futuros por medio de la educación pública.

 

 

En algunos lugares también se promueve la “eutanasia digna” a los animales recibidos que no son reclamados por sus dueños o adoptados, o que están sufriendo y no pueden ser tratados, pero esta posibilidad sigue generando fuertes rechazos en los sectores proteccionistas.

 

 

Precisamente en Puerto Deseado se sancionó una ordenanza de control animal que incluye esta posibilidad y se desató la polémica. “Las protectoras están haciendo foco en la mención del sacrificio eutanásico, cuando en realidad la ordenanza hace foco en el resto de las acciones. Registro de canes, castraciones buscando que sean gratuitas y sostenidas en el tiempo y, más allá de que se hable de eutanasia, el objetivo es buscar la responsabilidad de los dueños”, defendió el secretario de Gobierno Mauricio Marsicano.

 

 

En paralelo en Caleta Olivia se realizó, hace días atrás, una audiencia pública con igual preocupación. Afirman que son una población de 80 mil personas y se cree que hay unos 40 mil animales sueltos y el consecuente peligro para los vecinos, donde se han dado reiterados casos de mordeduras y otras situaciones en relación a los perros callejeros.

 

 

Para las organizaciones no se soluciona con eutanasia. “Es un problema de Salud Pública y es el Estado, como responsable, el que debe dar herramientas a la comunidad para ponerle fin a esta situación”.

 

 

Coinciden con el fomento de la tenencia responsable empezando por una eficaz concientización y educación y seguida de fuertes sanciones ante incumplimientos, junto a campañas accesibles de esterilización garantizarán las soluciones que aún no llegan.

 

 

Lo real es que es una situación de carácter social que debe de controlarse. Empezar por una educación desde casa y entender que, tener una mascota, implica una responsabilidad total desde el momento en que se toma la decisión de contar con un perro principalmente, es el primer paso para que el control canino sea un éxito.

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