El “Día del Camionero” se conmemora el 15 de diciembre en la Argentina, se rinde homenaje y se reconoce a quienes pertenecen a esta actividad, destacando el rol fundamental que cumplen quienes se encuentran al volante de camiones para el abastecimiento, conectividad y traslado en el país.
La celebración fue dispuesta en recuerdo al primer Convenio Colectivo de Trabajo, celebrado hace ya casi 57 años, en un hecho clave para este gremio, que dio el inicio a su representación a través de un sindicato, lo que a su vez permitió lograr determinadas mejoras laborales.


Rutas santacruceñas
La audiencia de LU12 AM680 vivió un momento inolvidable al aire cuando el locutor Ángel Vargas interpretó un escrito de un “China“, una oyente que se identificó como la “orgullosa compañera de un camionero de nuestras rutas patagónicas“.
“Enciende su motor, semejante máquina, que aspira a seguir y caminar otra vez. Relojea los costados buscando su mate, compañero fiel y tradición de su viaje”.
“Y como vuelo de ave transportando con fuerza, la carga se hace liviana y lleva en ella los sueños, sus sueños”.
“Caminos largos, ruidos silenciosos, paisajes que parecen postales, esa es la vida del camionero”.
“Acecha el frío, cuida el mango, cocina adentro. Acomoda la cucheta y programa la salida, tempranito. Qué pasión inexplicable la del camionero“.
“A veces pierde la noción del tiempo. Qué extraña confusión entre trabajo y cable a tierra”.
“La primera conexión es con ella: la ruta. Y cuando agarra señal, manda mensaje: si todo va bien, mañana llego. Y en el fondo del corazón siempre espera un te espero, te extraño, qué querés comer? Pero cuántas veces no se dio y le pusiste el pecho a los quilombos. Pero ahí está él, tu psicólogo, quién más de una vez sintió las lágrimas en el volante, le preguntaste qué hago, cómo resuelvo: y sí, tu camión. Esa máquina que pasa a ser testigo y compañero noble”.
“El camionero de la vieja escuela no se queda tirado, resuelve. Y cómo no va a resolver, si más de una vez él le prestó oreja. Qué más gaucho que un camionero, que al costado de la ruta sin conocerlo, se detiene a intentar salvar al colega”.
“Y no importa si es moderno, tiene velocidad crucero o caja de 13, el camionero escucha un motor que le gusta y la piel se le eriza. Y podrá cambiar de máquina pero siempre recordará sus comienzos, algún clásico de Scania o un pequeño y fuerte Fiat 619 y siempre tendrá anhelos: un Scania topline del 80, qué máquina. Y recordará su arranque, algunos de pibitos cuando miraban a los viejos hacer las maniobras y querían imitarlas”.
“Y se da cuenta que es una pasión cuando está parado, y da vueltas en su casa sin saber qué le pasa. Hasta que llega el día, agarra la ruta y le cae la ficha, más que un trabajo es esto; da respiro, como un pajarito que sale de la jaula”.
“Y qué lindo cuando lo podes compartir, cuando tenés compañía y qué difícil cuando no es comprendido. Cuando más de una vez, la descarga se hace eterna o el clima se hace duro”.
“Cuando pierde cumpleaños, actos escolares y alguna qué otra fiesta”.
“El camionero de la vieja escuela cuida la máquina, no la castiga, respeta los fierros pero sabe que son fierros, y se rompen. No se afloja y siempre le busca la vuelta para arreglarlo”.
“Tranquilo camionero, que más de una vez saliste con un nudo en la garganta y un lagrimón cayendo, y dijiste valió la pena salir, porque la ruta te abrazó y te dijo: esto es pasajero”.
“Y más que una carga con horarios, lleva consigo los proyectos, los sueños, su familia, y el amor a su profesión. Qué trabajo tan noble, el del camionero”.
“Celebrá la vida porque siempre hay motivos para seguir luchando; porque la marcha atrás es solo para estacionar, siempre para delante. Te amo”, se despidió China de su compañero deseando un “Feliz Día a los Camioneros”.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario