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La historia de Agostina Gauto, como la de tantas futbolistas del interior, está marcada por decisiones valientes, acompañamiento familiar y mucho sacrificio. Nacida en Puerto San Julián, la jugadora categoría 2009 vivió sus primeros pasos en el fútbol entre varones, impulsada por la pasión que corre en su familia. Hoy, mientras entrena con la Selección Argentina Sub 17 en el predio de Ezeiza, reconoce que está viviendo un momento que no imaginaba.
“Me sorprendí mucho, estaba muy contenta pero a la vez muy nerviosa“, contó Agostina en diálogo con La Opinión Austral sobre el instante en que recibió la convocatoria. “Fue una sorpresa para mí, no me lo esperaba. La primera a la que le conté fue a mi hermana, que está viviendo conmigo en Buenos Aires”.
La citación la tomó entrenando en Independiente de Avellaneda, club al que llegó a comienzos del año pasado. Desde entonces, su crecimiento fue constante. El llamado a integrar las prácticas conjuntas de la Sub 15 y la Sub 17 es, hasta ahora, su punto más alto.
“Fue una mezcla de emociones, mucha ansiedad y emoción al llegar por primera vez a Ezeiza con la ropa de la Selección puesta”, explicó, aún con esa sensación fresca. En las prácticas, la exigencia subió un peldaño: “Nos hicieron hacer gimnasio, definición y reducido. Me sentí bien, aunque es más exigente que en el club”, relató. Antes de iniciar, el cuerpo técnico mantuvo una charla de bienvenida con el grupo para explicar la metodología de trabajo.
Si bien la convocatoria está vinculada a la preparación para la Liga Evolución Sub 15, a disputarse próximamente en Paraguay, Gauto no será parte del plantel que viaje: “En mi caso no me toca viajar porque supero la edad. Solo va la Sub 15. Yo estoy entrenando con la Sub 17, que entrena a la par”.
En lo personal, llegar a este presente significó atravesar varios cambios. Primero, dejar su ciudad natal, luego pasar por el Boxing Club de Río Gallegos, y finalmente mudarse a Buenos Aires para unirse al Rojo. “Fue un cambio rotundo e inesperado. Me dieron la noticia de que había quedado en Independiente a fines de noviembre de 2023 y en enero me instalé en Buenos Aires con mi mamá para arrancar la pretemporada”.
Ese respaldo familiar no fue menor. Agostina lo sabe y lo valora: “Hoy estoy acá gracias a mi mamá, que siempre me dio ese empujón y me acompañó”. De hecho, sus primeros pasos en el fútbol fueron bien tempranos: “Casi toda mi familia juega. Cuando era chica, mi mamá me llevaba a las canchas de fútbol masculino y empecé jugando con varones”.
En cuanto a sus referentes, menciona a Neymar, a la española Aitana Bonmatí y a Yamila Rodríguez, una de las figuras de la Selección Mayor. “Miro mucho sus movimientos, sus partidos, trato de aprender”, explicó.
Sobre el futuro, sueña con ir por más: “Me imagino jugando afuera del país”, se ilusiona. Aunque es joven, su camino muestra una madurez singular y una convicción clara. Sabe que todo lleva su tiempo, pero también que los sueños no se logran solos.
Antes de cerrar la charla, deja un mensaje que resume no solo su experiencia, sino también el espíritu con el que camina esta etapa:
“A las nenas de Santa Cruz que sueñan con jugar al fútbol, les diría que persigan sus sueños, que luchen hasta lograrlo y que nunca se rindan. Todo llega. Pero algo fundamental es el acompañamiento de los padres. Es clave”.
Desde las canchas de San Julián hasta el césped de Ezeiza, Agostina Gauto ya empezó a escribir su propia historia en el fútbol argentino. Y promete que esto recién empieza.
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