Your browser doesn’t support HTML5 audio

Janina Ramos (@lachica_ramos) y Julieta Budnik (@julietabudnik) son dos mamás argentinas de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que este viernes compartieron una charla a través de un vivo en la red social Instagram para conversar sobre el Método Melillo.

El Programa Brain Balance (Programa de Equilibrio Cerebral) del doctor Robert Melillo es un programa comprobado y sin medicamentos para tratar la causa – no solo los síntomas – del Trastorno del Espectro Autista, ADHD, la dislexia y otras afecciones.

En diálogo con Radio LU12 AM680 del Grupo La Opinión Austral, la periodista Janina Ramos recordó cómo llegaron a recibir el diagnóstico de TEA de su hijo Jonás, actualmente de ocho años.

El Programa Brain Balance (Programa de Equilibrio Cerebral) trata Trastorno del Espectro Autista.

“En plena pandemia, el pediatra le dio a Jonás un diagnóstico presuntivo. Él dejó de hablar, de decir las pocas palabras que había empezado a decir en pandemia. De un día para el otro, dejó de decir ‘agua’, era una de las palabras que había adquirido en poco tiempo. Y ahí empezamos con la búsqueda, fue difícil porque en pandemia no te atendía nadie, la urgencia era el COVID”, recordó.

Más que buscar un diagnóstico, Ramos intentaba encontrar una respuesta a lo que estaba sucediendo.

“Una vez que nos dieron el diagnóstico, empezamos con terapias, pero siempre me caractericé de buscar, indagar, me preguntaba: ‘¿Será que Jonás tiene que hacer estas terapias de por vida?'”, comentó.

“De un día para el otro, Jonás dejó de decir ‘agua'”.
JANINA RAMOS

Las terapias de Jonás se realizan en Chile porque en la Cuenca Carbonífera de Santa Cruz no hay una terapeuta ocupacional.

“Nos vamos a Chile una vez a la semana y pagamos particular”, mencionó.

Ramos busca información de manera constante sobre el tema. Así fue que llegó a conocer el libro “Niños desconectados” de Robert Melillo y su programa.

“Él habla de que tenemos un desfasaje importante en uno de nuestros hemisferios. Melillo dice que a través de ejercicios específicos de algunas partes del cuerpo, el niño empieza a a mejorar y está demostrado científicamente”, marcó.

Este 8 de junio, Rodrigo González, especialista en Neurología Funcional y fundador de Neurobalance, donde trabaja el Método Melillo, visitará Ciudad de Buenos Aires para brindar una conferencia para padres y terapeutas.

Un grupo de familias de TEA MO Cuenca Carbonífera (Movimiento para la concientización del autismo) y de Río Gallegos viajará para participar de la jornada. Ramos también viajará para capacitarse y para que Jonás sea evaluado.

Ramos también reflexionó sobre la forma en la que la sociedad suele referirse a las personas con TEA al decir que están “en su mundo”.

“Trastorno es una palabra muy fulera, está dentro del trastorno espectro autista, en el espectro, te da entender que el chico está en otro planeta. Muchas veces te dicen como que está en su mundo y esos términos son muy crueles escucharlos. Los chicos viven acá, en nuestro país, en el planeta Tierra, como todos”, marcó.

Julieta Budnik, mamá de Lisandro (8), también dialogó con Radio LU12 AM680.

“Con cualquier diagnóstico te dan un tratamiento, pero termina siendo un acompañamiento porque ningún síntoma se va, uno trabaja y trabaja con los hijos, son eternas pruebas y la esperanza se va agotando cada vez más, entonces cuando llega algo como esto es maravilloso porque se enciende una posibilidad”, manifestó.

“Este tratamiento se hace en el hogar día a día”.
JULIETA BUDNIK

“Estamos hablando de un hijo, de una posibilidad de vivir de otra manera, ellos sufren un montón. Lisandro se tapaba los oídos, no le podía cortar las uñas, no se podía bañar, no podía subir una escalera mecánica, todo lo que corresponde a la niñez estaba totalmente desplazado de su vida y de su cotidianidad”, explicó.

Budnik está aplicando el Método Melillo hace más de 200 días. “Este tratamiento se hace en el hogar día a día, el nuevo paradigma es que uno tiene las riendas. Uno se convierte en el terapeuta de su hijo porque son ejercicios motores que se le hacen al niño o al adulto, como el cerebro tiene neuroplasticidad, esto se trabaja a cualquier edad”, señaló y ejemplificó “con un pincelito se hacen movimientos por el rostro y se van viendo las reacciones, te das cuenta si tienen un reflejo integrado o no. Si no lo tienen integrado, se repite tantas veces como sea necesario hasta que no lo haga más”.

“No se padece al hijo, se padece el síntoma”.
JULIETA BUDNIK

“Un niño que estaba totalmente desequilibrado en sentidos, ahora pasa un auto y no se pone arriba mío, pasa una moto fuerte y no se tapa los oídos, pasa un perro y no grita por miedo a que ladre. Camina de otra manera, cambió su marcha y su torpeza que lo caracterizaba, cambió. Todo empieza a tener un orden y en ocho meses, yo tengo otro hijo, un hijo conectado”, describió la mamá de Lisandro.

“Esto es un regalo para todas las familias. No se padece al hijo, se padece el síntoma, porque las instituciones y la sociedad están preparadas para un equilibrio natural mental y cuando hay algo que está fuera de la norma, se padece, uno no encaja en un grupo, en una escuela, en la calle, en un supermercado entonces se termina aislando para vivir tranquilamente y así todo con dolor, porque lo acompañas en una terapia, en otra y en otra, pero no lo sacás adelante. En cambio, acá van desapareciendo los síntomas”, diferenció.

“Uno puede tener un mal día y estar cansado, pero hay una fortaleza que te sale, sean perseverantes y tenaces, porque el regalo llega porque al pasar de las semanas empiezan a llegar cambios sutiles. El primer regalo fue al mes que empecé con el programa, cumplió años mi hijo Lorenzo y nunca en mi familia se cantó el feliz cumpleaños porque era un sonido asociado a la desesperación, al miedo, al grito y Lisandro, con un micrófono, le cantó el feliz cumpleaños al hermano“, cerró.

Cabe mencionar que quienes deseen comunicarse con Janina Ramos o Julieta Budnik pueden hacerlo mediante sus cuentas de Instagram o también al +54 9 11 5501-8620, en el caso de la última.

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios