Your browser doesn’t support HTML5 audio
El 14 de abril del 2021, en plena pandemia, la trágica decisión de Millaray Cattani (15), de terminar con su vida en su habitación, causó un profundo dolor en la comunidad de la localidad de Puerto Deseado y muchos interrogantes en sus familiares. Conmovidos por el dolor, los amigos de la adolescente se acercaron a su hermana, Ayelén Cattani, y le confesaron lo impensable: “Milla” había sufrido un abuso sexual en el 2019, cuando tenía 13 años.
“La verdad intento no pensar en (el nombre y apellido del procesado), pero no puedo. Me duele tanto lo que me hizo, no entiendo la verdad”, había escrito la adolescente en una página en la que había puesto la fecha del 20 de enero del 2020, es decir, tres meses antes de quitarse la vida. Antes de suicidarse, Millaray se había estado enviando mensajes a través de Instagram con el hombre.


El abusador de “Milla” es un hombre que en la causa está identificado con las iniciales GED. El único imputado es el hermano de una compañera de escuela que tenía “Milla” y, empleándose de esa posición, y de que la víctima iba a la casa de su familia para estudiar con su hermana más joven, la violó cuando él tenía 19 años y ella, como se mencionó anteriormente, era una nena de tan solo 13 años. Los testigos revelaron que el abuso no ocurrió en una sola ocasión.
Actualmente, GED tiene 25 años, nunca fue detenido y continuó con su vida. Se fue de la ciudad portuaria junto a su familia, abandonando la casa de la calle Fasioli, en la que alguna vez se realizó manifestaciones para pedir justicia por “Milla”, y ahora es soldado voluntario del Ejército Argentino. Si la joven continuara viva en este momento tendría 19 años, sin embargo, una comunidad espera una resolución destacable y ejemplar en el juicio que se hará próximamente.
De este modo, la familia, amistades y allegados de la adolescente se preparan para afrontar el juicio por lo ocurrido, que se llevará a cabo el próximo miércoles 25 de junio a partir de las 9 horas. En el proceso habrán 20 personas que deberán testificar ante el tribunal y la querella, representada por el abogado Cristian Fernández y Rocío Marsicano, pedirá el máximo para este tipo de causas, que es de 15 años de prisión.
Palabra del abogado
Fernández indicó que el 27 de abril, 13 días después de que la adolescente se quitara la vida, “presentamos la denuncia tanto por el abuso sexual y por la instigación al suicidio” a sabiendas de que la última persona con la que habló la joven fue con GED. Sin embargo, en la etapa de instrucción “no se logró acreditar la instigación al suicidio y se descartó, pero sí está comprobado el hostigamiento y qué era una relación sostenida y de hechos reiterados“.
Además, sobre la defensa de GED, comentó: “Durante su etapa en el Juzgado de Instrucción Penal y Juvenil N° 1 (a cargo del juez Oldemar Villa) la defensa fue hablar de la investigación al suicidio porque existía algo intrafamiliar, lo cual quedó comprobado que no existía y no existe, lo que hicieron fue embarrar la cancha, por decirlo de alguna forma, hicieron parecer todo como una fábula cuando hoy está procesado y las pruebas evidencian que ocurrió el abuso”.
Palabra de la hermana
Por otro lado, Ayelén, hermana de “Milla”, contó que la joven “se lo contó a su mejor amiga, después estuvo en silencio y esta persona la siguió molestando la por WhatsApp e Instagram, lo que nosotros sabemos es que hasta el último día él estuvo molestándola”. GED la acosaba a través de redes sociales y, de acuerdo a lo que sostiene la familia, la instigó a cometer el suicidio.
“La policía llama a su mejor amiga y fue la primera que dijo que ‘Milla’ a los 13 años sufrió un abuso sexual por parte de esta persona y estaba sufriendo por esto. Otros amigos contaron lo mismo y nosotros empezamos a buscar entre sus cuadernos, fue ahí que encontramos su diario íntimo e hicimos la denuncia. Gracias a sus amigos supimos lo que le había pasado”, manifestó.
Sobre los últimos días de su hermana, relató que habían notado que “empezó a tener mucho mal humor, le gustaba estar sola y tenía un conflicto con mis papás”, pero dijo que “entendimos que era parte de la adolescencia“. Ahora, viéndolo desde otra perspectiva, “nos damos cuenta de que ella estaba sufriendo, era su forma de expresarse y no lo supimos ver, no pensamos que le había pasado algo tan doloroso”.
Finalmente, la joven dijo que “es importante la decisión que tomen estos jueces porque otros adolescentes están mirando lo que ellos hacen” para saber si, en caso se de ser víctimas de un abuso, como le ocurrió a la adolescente, “van a poder hacer la denuncia, que se les crea y que tengan ese espacio de no sentirse juzgados“.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario