El 23 de marzo de 1938, LU12 iniciaba un camino que con el tiempo fue consolidándose hasta quedar como parte del ADN de esta ciudad, provincia y región.

Santa Cruz todavía era territorio nacional, la radio recién comenzaba a dar sus primeros pasos en el país y el inicio de la Segunda Guerra Mundial estaba cada vez más cerca. Parece increíble, pero así fue.

 

 

A LU12 se la conoce como la “Decana de la Patagonia” y esto es así porque fue la primera de cuatro radios que comenzaron sus transmisiones bajo el ala de la “Compañía Broadcasting de la Patagonia”, que componían además LU4 de Comodoro Rivadavia (fue la que le siguió), LU8 de Bariloche y LU5 de Neuquén.

Muchas historias y protagonistas han forjado el camino, a la vez que también han reforzado el objetivo de seguir informando, entreteniendo y acompañando a los oyentes. La magia no se ha perdido, sigue inalterable como en aquellos primeros años.

 

 

El recuerdo de la guerra de Malvinas

Una de las protagonistas de muchos años es la inigualable Margarita Soto, quien desde la década de los setenta trabaja en la emisora y con el paso del tiempo se ha convertido en un pilar de AM680.

Fuimos a su encuentro a sabiendas que permanece cuidándose en estos tiempos de pandemia, aunque no ha perdido la costumbre de escuchar la radio apenas amanece, con ganas de sentirse acompañada.

Y nos recibió en su casa, que denomina “el rincón de los recuerdos”. Y vaya si lo es, tan cómoda y confortable como la dueña de casa.

 

La locutora de la radio, Margarita Soto.

 

“Tal vez mi memoria no recuerde exactamente algunas fechas, pero fueron muchos los acontecimientos que he vivido junto a la gente de mi radio, que sigue siendo mi casa”, dijo.

Para Margarita, LU12 es su “segunda familia” y siente que es así porque allí ha pasado “momentos lindos y tristes, alegres y complicados. Pero siempre, sobre todo, primó la amistad, el cariño, la amistad y el mimo de colegas y compañeros de la radio”, resaltó.

Sobre sus primeros años cumpliendo la función, rememora que fueron tiempos de manejarse “con libretos”, donde “leías lo que estaba escrito y no podías ni debías improvisar, aunque pasa el tiempo y uno se empieza a soltar. Eso hasta que la dirección, o el jefe, te marcaba límites. Pienso que improvisar con respeto, sobre todas las cosas, es lo que más le gusta al oyente”, reflexionó.

 

Del actual equipo de LU12, ella es la persona que más años lleva haciendo radio, la que vivió la época dorada y la que también atravesó momentos de angustia. Como aquellos días en los que la guerra de Malvinas hizo que la gente se pegara a la radio durante todo el día para mantenerse informada sobre lo que ocurría.

 

De aquellos días, Margarita recuerda: “El año 1982 para mí fue inolvidable, por la situación que se vivía en la ciudad y por la que yo vivía. Tenía un Fiat 600 color mostaza y mi hijo mayor, que ya había hecho el servicio militar, estaba esperando que lo llamaran, que gracias a Dios eso no ocurrió. Él les vendaba los ojitos (ópticas) al auto para poder llegar a la radio y luego al canal, porque yo andaba de un lado al otro”.

“Era la época en la que se tapaban las ventanas de las casas para que no se viera la luz hacia afuera. En esos años estaba el informativista con las noticias y luego llegábamos nosotros con música. Y hablábamos desde el corazón, por el momento que estábamos pasando”.

“Eran palabras más de consuelo y de tratar de llevar alegría en momentos tan complicados. Se transmitía toda la noche y a mí me tocaba entrar a la medianoche hasta las 07, que le pasaba el turno a Viky Maza. De allí a las 12, que entraba a Canal 9, y así hasta que a la noche regresaba a la radio”, relata.

 

Entre tanto, recordó un episodio muy especial que le tocó vivir. “Nuestra comunicación llegaba hasta las Malvinas, no sé cómo. Pero una noche nos llamaron a la radio desde las islas. Fue entonces que un soldado dijo que mi voz y las palabras que escuchaba le recordaban muchísimo a su mamá. Por eso digo que fue muy fuerte lo que nos pasó”, rememoró y destacó que esa relación “fue fortaleciéndose una vez concluida la guerra”.

 

Por otro lado, confiesa que los oyentes siempre han sido muy respetuosos de su actividad. “La manera de valorar que tiene la gente es muy especial y pasa por cada uno de los encuentros que se producen en la calle, una confitería o en el supermercado, cuando te saludan e identifican”, dijo.

 

Finalmente, Margarita sentencia que “la radio no muere ni va a morir nunca, es la mejor compañía que tenemos y lo comprobé durante esta pandemia en la que estuve encarcelada acá. Tal vez venga más moderna, lo que quieras, pero va a seguir siendo la radio”, remató.

 

 Pablo, de las historias de familia a la reinvención

 

Pablo Beecher, quien actualmente conduce la tarde de la radio junto a Nancy Páez, trabaja en el Grupo La Opinión Austral hace 23 años. Y la realidad es que la mayor parte de su tiempo lo ha pasado en redacción, hasta que hace más de tres años decidió incorporarse al universo de la radio.

 

Nancy Páez, locutora.

 

Al principio se lo escuchó por las mañanas, junto a Laura Gorocito (otra de las “instituciones” con las que cuenta la emisora de tantos años) y Eugenia María Rodríguez, aunque desde el año pasado, producto de la pandemia, su función se fue corriendo al turno tarde, cuando junto a Claudio Álvarez se lo escuchó informando y animando las tardes durante todo el 2020, el año de la pandemia.

El autor del recordado Suplemento Dominical (que salió durante más de 15 años por La Opinión Austral), que siempre es motivo de consulta a nivel histórico en nuestra provincia, comparte actualmente el espacio con Nancy Páez. Para él, hoy es momento de fortalecer otros aspectos de su profesión y está abocado a ello con plenitud.

 

Pablo Beecher. Periodista y conductor.

 

Con tantas horas de escuchar historias de antiguos pobladores, Pablo recuerda testimonios sobre la radio que son interesantísimos.

“Los más antiguos la recuerdan como “La Broadcasting”, y ya después la gente la asimiló como LU12, como una AM. Durante la época dorada del radioteatro, cuando no existía la televisión, unificaba a la familia por las tardes. Y no volaba una mosca”.

“Hay anécdotas muy buenas de esos años, porque muchas personas le han puesto nombres a sus hijos de los personajes que escuchaban en la radio. Además, siempre escuchar la típica frase, ‘lo escuché en la radio’, esa credibilidad y todo eso acerca de cómo el público va legitimando a la emisora dándole un rol muy importante, por la responsabilidad en la información, que eso desde luego nos involucra a nosotros como comunicadores, para estar a la altura de las circunstancias”, repasa.

 

En cuanto a propios recuerdo de LU12, Pablo rememora: “De la radio de antes recuerdo la voz de Margarita Soto. Y la magia de la radio me llevaba imaginar que era Angie Dickinson, porque estaba de moda la serie Mujer Policía. Eso se lo dije una vez a ella. Es la magia de la radio. Y recuerdo también los avisos institucionales que uno cantaba siendo niño”.

“Voces emblemáticas como cuando ‘Pichón’ Brigando hacía su programa político, o el ‘Negro’ López con sus móviles y esa voz tan particular. Y cuando Laura (Gorocito) me invitaba a su programa para que haga algo de los dominicales. Entre tanto, mi primera visita a la radio fue estando en el jardín de infantes. Tendría 4 años y tengo vagamente el recuerdo del control que era como cuando uno viaja en avión y ve el tablero del avión, toda esa fascinación”, dijo.

 

“Lobo” Witt: “La radio se ha aggiornado a los tiempos”

Eduardo “Lobo” Witt, es uno de esos operadores de raza. Que todo el tiempo está editando publicidades, avances o lo que le toque durante un día de trabajo.

Comenzó como operador hace más de 25 años y hoy es el jefe del área. “Tuve mi primera experiencia en la radio en 1991. Ese año llegué por primera vez, estuvo unos nueve meses y me fui. Luego me volvieron a llamar en el año 1995 y de ahí sigo acá. La mitad de mi vida he pasado en la empresa”, recordó.

 

Eduardo “Lobo” Witt. Jefe de operadores.

 

También Lobo recuerda que “teníamos una mesa Martin, con potes redondos y trabajábamos con casetes en punta, ahí estaban grabadas las notas para el panorama y la publicidad. Pasado los años se fue dejando de lado con la llegada de lo digital. En esos tiempos, era más difícil la edición, era de una sola toma y tenía que salir perfecta, y si no, lo teníamos que volver a hacer”.

Para Witt el ambiente era “agradable por aquellos años, y recordemos que en esa época (mitad de los noventa) estaba FM Láser también transmitiendo con operadores, de lunes a lunes, al igual que en AM”, menciona Lobo, quien admite que para cumplir esta función “primero y más que nada, te tiene que gustar, y saberlo hacer. Controlar el aire, conocer la música, la dinámica entre locutor y operador, después de tantos años eso ya lo conoces. Yo diría que la magia siempre existió”.

Finalmente, el jefe de operadores comparte que “la radio ha cambiado en su metodología” y que ahora “estamos mucho más detrás de la información, con móviles en vivo y saliendo todo en la web casi al instante. La radio se ha aggiornado a los tiempos modernos, con redes sociales e información permanente”, resume.

 

Karina Taberne, “los ojos de la radio”

 

Hace más de 25 años que se dedica al periodismo y hace casi cinco que está en AM680. A Karina Taberne todos le dicen “Galle” y su trabajo es muy reconocido por los vecinos y vecinas, que suelen verla en la calle junto a su inseparable compañero y reportero gráfico, José Silva.

Para Karina, la radio “tiene que ver con mi vida familiar, con mamá que es una gran oyente de la radio. Y tengo el recuerdo de escuchar los sábados el programa de Margarita Soto y Ricardo Ramos. Participábamos de los juegos que proponían en su programa. He ganado e incluso he venido a buscar esos premios. En aquellos años no había tanta tele, no todos tenían la posibilidad de tener cable, así que escuchábamos mucha radio. Y por esas cosas de la vida, hoy formo parte de ella”, dijo.

Karina resalta la figura de Guido Vera, aquel histórico periodista y movilero que fue pionero de la actividad en LU12. “Fue nuestro maestro y nos unía una amistad profunda. Era la insignia de los movileros. Yo le decía que era mi padrino y él, que yo era su ahijada. Siempre me hablaba de mis transmisiones”.

“Tengo los mejores recuerdos de él. Yo ingresé a la radio al quedar la vacante cuando se fue el ‘Negro’ López, alguien también muy querido. Haber llegado fue un momento muy importante y por eso lo recuerdo como de los mejores momentos”, señaló.

 

Alberto Raúl Segovia, histórico y antiguo propietario de LU12 y La Opinión Austral. Actualmente el multimedio pertenece al Grupo Crónica.

 

Para Karina, en el móvil “un día es distinto al otro” y destaca el trabajo que se hace en conjunto con la producción, aunque también señala que el móvil tiene que contar “lo que pasa en el momento y recorremos la calle para tratar de acercarle a la gente eso que ocurre, lo imprevisto. Hay una porción del móvil que es instantánea de lo que sucede y es lo que tratamos de reflejar, por eso además el slogan ‘los ojos de la radio’”.

Con relación al cariño que suele manifestarle la gente, dijo: “Es un orgullo y es mi máximo capital. Me emociona eso porque siento el cariño de la gente y creo que tiene que ver con que, cuando cubro algo, lo importante es lo que pasa, no yo. Y empatizar con la gente que está escuchando, eso de ser uno más y no tener el protagonismo me acerca a la gente, que me confía cosas. Y es mi máximo capital”, confió.

 

Sandro y Damián, los productores

Entre las funciones que últimamente han comenzado a fortalecer la programación de la radio, la de los productores pasó a ser vital. Más que nunca se trabaja para llegar con la información al momento, tratando de capturar los testimonios en diversos frentes.

Uno de ellos es Sandro Díaz, que hace cuatro años que está en AM680 y que recuerda: “Comencé con un programa de dos horas, en la primera mañana. Fue una experiencia muy buena, donde trataba de meter notas, trataba de convivir en el día a día con los operadores, entendernos y tratar de hacer lo mejor”.

“Esa primera experiencia me enriqueció mucho con el tiempo para, cuando empecé a producir para otros programas de la emisora, poder explayarme mejor en las ideas y en las cosas que queríamos hacer en el aire. Tengo un lindo recuerdo de ese primer programa”, dijo.

 

Sandro Díaz y Damián Ruffo: productores.

 

Por su parte, Damián Ruffo contó que “arranqué hace poquito menos de dos años acá, aunque tengo un recorrido (largo, en redacciones y otras emisoras) en este trabajo. Pero aquí arranqué bajo la supervisión de mi compañero llevando lo que era la tarde, produciendo el programa de ‘Cacho’ Álvarez y Pablo Beecher cuando arrancó la pandemia”.

“Produje mucho, trabajé mucho, pero igualmente quiero resaltar que nos divertimos mucho, que fue un programa muy ameno pese a la pandemia, donde uno todos los días tenía que estar tirando malas noticias, lamentablemente”.

“Pese a todo eso, pudimos buscarle la veta de, además de informar, entretener bastante a la gente. De hecho, ha tenido muy buena repercusión en la gente el año pasado. Y esa fui mi primera experiencia en la emisora y la más importante para luego poder seguir produciendo en la radio, fue un programa que me marcó y que mejor me sentó”, señaló.

Entre tanto, Sandro destacó como muy importante el trabajo realizado durante la pandemia.

“Fue una situación especial y nos dimos cuenta que iba a ser algo importante. Creo que estuvimos a la altura de la situación y, a la vez, los oyentes prestaban mucha atención a lo que nosotros decíamos, y eso nos daba una gran responsabilidad y presión para brindar información correcta y llevar tranquilidad a la comunidad”, dijo.

 

Mabel Segovia, hija de Alberto Raúl Segovia, al frente de los festejos por el 70 aniversario de LU12 junto al staff de la radio.

 

En sintonía, Damián dijo: “Cuando son situaciones extremas las que se viven, es lo que más a uno le gusta, sin dejar de decir también que uno tiene muchas presiones, en el sentido de que tiene que intentar estar primero en la noticia. Pero yo siempre tuve la sensación, sobre todo estando en este medio, que es como jugar en Primera. También sentí eso de la responsabilidad de informar bien y con coherencia, sin extralimitarnos y chequeando bien todo. Creo prioritario contar bien una noticia antes que tirar una primicia”.

“Además, el plus que te da LU12 es que hacer una AM llega a lugares muy chiquitos de la provincia adonde no llega nadie, por ejemplo con la gente del campo que ha utilizado a la radio para ubicar gente en este contexto de la pandemia”, dijo.

Ambos también destacaron el trabajo en equipo y el compañerismo. Sandro mencionó que “aprendo de ellos las 24 horas y espero haber podido aportar algo de mi parte hacia ellos. Quizás sí he aportado en la importancia que le doy a los detalles muy chiquitos, que por ahí no se aprecian en el momento, pero después sí, ser muy quisquilloso a veces ayuda”. En el mismo sentido, Ruffo considera vital el trabajo en equipo.

 

Carlos Zapico, la mirada y la pasión puestas en el deporte

 

Carlos Zapico es uno de los principales referentes radiales a nivel deportivo en la ciudad y la provincia.

Y eso se explica en la extensa trayectoria que tiene desde que comenzó en LU12, a mitad de los ochenta.

“Ingresé a La Opinión Austral y a la par, también entré en la radio”, recuerda, al tiempo que destaca que fue “con una actividad muy fuerte, como lo fue tratando de cubrir todo lo que ocurría en el ámbito deportivo”.

 

Carlos Raúl Zapico.

 

El periodista confesó que “a través de eso, uno comienza a amar a la radio, a sentirla como propia. Uno se siente parte del micrófono. Creo que ama y odia al micrófono a la vez, pero es más el amor, claro que sí”.

Carlos aclara que anteriormente ha tenido muchas otras actividades, pero cuando empezó a hacer radio “me dediqué a esto”.

También rememora que junto “Beto” Aravena, su socio incondicional, “empezamos con carreras de autos y después fue que vino el resto de la actividad deportiva. A Beto lo conozco de los setenta y tenemos una relación especial. Hacemos esto junto con pasión, más que otra cosa”, dijo.

Pero el amor por la radio está en los genes de la familia. En ese sentido, contó: “Mi papá y sus dos hermanas también formaron parte de la radio, de LU12, porque hacían los radioteatros. Así que te podés imaginar que es una pasión de muchos años”.

Asimismo, Carlos tiene bien en claro que la función que ocupa implica resaltar el trabajo de los deportistas locales. Generar empatía con ellos para que se conviertan también en referentes de los jóvenes de la ciudad.

“Si vos querés saber qué pasa con Marcelo Gallardo, ponés la tele y ves todo lo que pasa con River. Vida y milagro de Gallardo te enterás. Pero resulta que lo que yo pretendo es crear los ídolos propios, resaltar los chicos de nuestra ciudad que hacen cosas no solamente a nivel nacional, los que la hacen acá. Al pibe que otro puede copiar y lo ve en la cola del supermercado. Y nosotros somos responsables de dar a conocer a ese muchacho para que la sociedad lo tome como ídolo propio”, sentenció.

Leé más notas de La Opinión Austral