Las condiciones climáticas adversas produjeron un accidente que terminó cobrándose la vida de cuatro integrantes de Gendarmería Nacional, en Santa Cruz, hace 25 años.
El 11 de abril del 1996 no es una fecha más para la fuerza de seguridad nacional. Aquel día, en horas de la tarde, el helicóptero de Gendarmería Nacional Lama, matrícula GN-916, trasladaba a cuatro efectivos desde la ciudad de El Calafate a Río Gallegos.
El viento, la lluvia y la poca visibilidad en la zona fueron determinantes para que quien conducía la aeronave no viera un cerro y terminara estrellándose a unos 40 kilómetros de Río Gallegos, apenas a unos pocos minutos de llegar a destino.
De acuerdo a la información oficial, el fatídico suceso se registró cuando el helicóptero retornaba de una misión de asistencia a la comunidad en zonas de frontera.
Los gendarmes murieron en el acto. Ellos eran el comandante principal Juan Carlos Salazar, el segundo comandante Adolfo Edgar Riquelme, el alférez Walter Omar DAnna y el cabo primero Santiago Javier García.
En horas de la tarde del 11 de abril, se perdió el contacto con el helicóptero y comenzaron a sonar las alarmas para determinar qué había sucedido. Fueron dos días en los que se realizaron rastrillajes en la zona de Las Horquetas, donde se registraron los últimos momentos de la aeronave.
Las autoridades se encontraron abocadas a dar con el helicóptero. Todavía quedaba una esperanza de hallarlo intacto. El comandante de la Agrupación Patagonia Austral de aquel momento, Silvio Gismondi, había asegurado “tenemos la esperanza de encontrar la nave y a los ocupantes con vida”.
Lamentablemente eso no ocurrió. Luego de 19 horas de operativo, se dio a conocer en una conferencia de prensa, encabezada por el comandante Héctor Baldi, el hallazgo de los cuerpos. “Gendarmería Nacional tiene que transmitir a la comunidad la triste noticia que en la fecha ha sido confirmado el deceso de los cuatro camaradas”.
El recuerdo de Gendarmería de los cuatro integrantes de la fuerza que perdieron la vida en ese fatídico accidente sigue vigente. En aquel momento se hizo la capilla ardiente en la catedral de Río Gallegos, pero el dolor también se sintió en la zona cordillerana de Santa Cruz.
A 25 años del fatídico hecho, los nombres de los agentes son recordados. Incluso uno de ellos le da nombre al aeroclub de El Chaltén.
La entidad tomó el nombre de Walter DAnna “para destacar a quien entendemos basó su vida en dos cuestiones fundamentales que también busca enarbolar este aeroclub, una por supuesto es la de volar, pero la segunda, la que siempre debe estar presente, es la de la solidaridad, la de colaborar y estar a disposición del otro”, indicaron a través de su Facebook.
García y Riquelme sobrevolando El Chaltén.
El 25 de marzo de 2020, Carlos y Silvia, los padres de DAnna, llegaron a Santa Cruz, desde Mendoza, para ser partícipes de una campaña solidaria. “Estamos en contacto permanente, el nombre de su hijo quedó inmortalizado y para nosotros fue un ejemplo de superación”, aseguró Leonardo Wozniak, integrante de la comisión directiva del Aeroclub a La Opinión Austral, respecto a la relación que mantiene con los DAnna.
El aeroclub realiza actividades de entrega de medicamentos a los puestos sanitarios de la provincia y de rescate. “Es la forma que tenemos de enaltecer a DAnna”, concluyó Wozniak.
“El otro accidente”: Recuerdos de cuando el móvil de LU12 se atascó

Equipo periodístico: Guido Vera y Osvaldo Graves (reportero gráfico).
Como dato pintoresco de aquella tragedia, se puede decir que una vez conocido el hallazgo, el móvil de LU12 y La Opinión Austral salió en busca de la información y la fotografía, como es habitual. Por aquellos años, el reportero gráfico Osvaldo Graves era quien manejaba diariamente, aunque esta vez, producto de una reciente operación, al mando de la unidad quedó el entrañable periodista Guido Vera.
Osvaldo, quien reside actualmente en Buenos Aires, recuerda que estaba por caer la tarde cuando les avisaron y de inmediato se decidió realizar el viaje en busca de la nave siniestrada. Pero no salieron solos, ya que casi al mismo tiempo hicieron lo propio colegas del recordado Canal 2.
A casi dos horas de viaje, recuerda que se fueron metiendo por un sector enripiado de una estancia, Guido entonces comienza a bordear un río hasta que se quedan atascados y ya no pueden seguir.
“Al poco tiempo llega una persona, un paisano del lugar, que con un camión logra sacar el Fiat Duna. Pero, claro, ya no podíamos seguir, por lo que fuimos hasta la estancia más cercana a la espera de que se pudiera secar el coche. Ese día creo que probé la mejor sopa de mi vida y nos quedamos un rato ahí para entrar en calor porque estaba muy frío”, rememora.
Lo curioso fue que no solamente el móvil no logró llegar, tampoco los otros periodistas, por lo que las únicas fotografías que se conocen son de la propia Gendarmería.
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