Karla Orellano está detenida hace siete años por el crimen de su propia hija. Ella fue condenada como coautora del infanticidio de Abigail y se encuentra alojada en el Anexo 3 de la Alcaidía de Río Gallegos, purgando su sentencia a reclusión perpetua.
“Siempre es difícil este mes”, dijo a La Opinión Austral cuando fue consultada para realizar una entrevista exclusiva en la que, finalmente, pudiera contar su verdad, cómo fue la línea cronológica de los hechos y cómo ve su futuro.

En la misma cargó contra su expareja, habló del contexto de violencia de género en el que se veía inmersa y del que no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde, las circunstancias en las que se produjo la muerte de su hija y lo que pasó después. De acuerdo a cómo ocurrió en el tiempo, este diario comenzó preguntándole por quién era su ex, Carlos Tortello, quien se encuentra detenido como autor material de la muerte de Abigail.
La Opinión Austral: ¿Cómo conociste a Tortello?
Karla Orellano: Cuando estaba en la política me juntaba con sus hermanas. Las conocía de militar en la UCR (Unión Cívica Radical). Pegué onda con una de de ellas. Fuimos a una joda en su casa y ahí lo conocí a él. Después de uno o dos meses, me preguntó si quería salir con él. Estuvimos de novios dos años en ese tiempo, antes que tengamos a Abigail.
LOA: ¿Cómo fueron esos dos años?
KO: Al principio la mejor entre los dos. Después se puso intensa. Él era bastante celoso, ya le molestaban algunas juntas mías, la forma de vestirme. Llegó hasta a revisarme el celular. Por ahí veía nombres de chabones en mis contactos. Me preguntaba quiénes eran. Eso me acuerdo que siempre me preguntaba. Hasta ese momento, nunca en mi vida había pasado una situación así.
Yo tengo otro hijo con otra pareja. El papá de mi nene siempre me daba todas las libertades. (Con Tortello) Lo que fue más raro, cuando éramos novios, era que se juntaba con mi hermano a tomar y después quería verme a mí, pero yo no quería.
LOA: ¿Cómo fue la primera vez que sufriste violencia?
KO: La primera vez que me levantó la mano fue por una escena de celos. Él se acordaba de la noche en la que lo conocí porque decía que yo le tenía ganas a su hermano. Lo traía siempre al presente y permanentemente lo decía. Decía que yo estaba enamorada de su hermano.
Ese día que me dijo eso, yo me fui de la casa. Me dijo que si yo me iba, se iba a matar. Que iba a ser mi culpa. Cuando me voy, llegué hasta el 17 de Octubre y volví porque me sentí con culpa, re feo cargar con eso. No me lo iba a perdonar. Es la psicológica que me hacía.
Tortello me dijo que si yo me iba, se iba a matar. Que iba a ser mi culpa
Cuando vuelvo, estaba oscuro. Lo llamé y no me contestaba. Él estaba parado en una silla con una bufanda. Pegué un grito, pero no estaba haciendo nada. Me dijo que estaba por hacerlo. Me agarró tremendo miedo. Me decía que no lo dejara.
Era así siempre, un día cayó a mi casa. Quería estar conmigo, pero yo no quería. Se me subió encima mío y me agarró del cuello. No podía defenderme. Traté de gritar, pero no podía y la música estaba fuerte. En un momento me soltó. Me dijo que vio a su mamá muerta en mi cara, quedó como shockeado y le empecé a decir que se fuera.
Ahí terminé cortando la relación. Lo evité en todos lados. Cambié el numero de celular, hice de todo. Me costó salir de eso, algunos lo toman como que no fue nada, pero para mí fue un montón.
LOA: ¿Cuándo volvieron?
KO: Nos separamos dos años, me vuelve a buscar, pero con otras intenciones. Empezó a frecuentar boliches a los que iba yo con mis amigos. Por ahí me cruzaba y me quería dar un beso en la boca.
Una vez, en la parte de los baños de Extreme, me tenía contra la pared y no me dejaba salir. Horrible. Consiguió mi número y me empezó a escribir haciéndose el misterioso. Cuando me dijo que era él, reviví todo lo que me había pasado antes. Me decía que quería ser amigo nada más. Yo no quería ser amiga de alguien que me hizo algo como lo que hizo.
Me cuesta todavía comentar esto, me llega a dar vergüenza. Cuando me dijo lo de ser amigo, yo empecé a ceder: nos juntamos, pero siempre como amigos. Estábamos cuando pintaba nomás. Después me empezó a decir que quería algo serio, que él ya era distinto, que era otra persona. Yo le decía que no.
Como tengo otro hijo, en ese momento se re daba con Tortello, demostró como que era otra persona, hasta me daba permiso para salir con mis amigas, no había drama con nada, mostró ser una persona distinta en serio. En esos detalles que tenía me terminó envolviendo.
Quería que nos pusiéramos de novios, que fuéramos a vivir juntos y ahí es cuando me pidió un hijo. Yo estaba en condiciones económicas de traer otro hijo, pero no tan rápido. Yo vivía con mi mamá y ahí volvió a mostrar la hilacha porque, según él, yo no lo amaba porque no le daba un hijo.
Demostró que era otra persona, hasta me daba permiso para salir con amigas
Me hacía sentir culpable, pero él no sabía esperar. Empezamos a buscar, yo me quedé embarazada enseguida, pero no me di cuenta. Yo estaba de cuatro meses, pero me seguía viniendo. Él decía que yo me estaba cuidando a escondidas, él se empezó a comer la cabeza, se puso re loco.
LOA: Él dijo que te golpeaste la panza cuando estabas en el sexto mes…
KO: Yo me enteré después, yo no sabía cómo darle explicaciones que no me estaba cuidando, me ponía en esos compromisos. Lo del sexto mes fue todo puterío familiar, fue un embrollo. Cuando nos poníamos a discutir, yo me iba o lo dejaba hablando solo.
Las cosas se tenían que hacer como él quería, ya tenía panza de embarazada, fue para el día de la madre, fui al SOEM porque hacían un evento, fui con mi compañera. Le pedía permiso como si fuera mi papá, me preguntaba si iba a haber hombres. El evento duraba dos horas nomás, me dijo que fuera, pero que volviera puntual. En el medio me escribía y yo me estaba quedando sin batería, por eso le pedí el celular a mi amiga para mandar un mensaje.
Al final llegué a las seis y le mostré que no tenía batería, él me lo agarró y me lo destrozó. Ese día estaba mi hijo y empezamos a discutir, y hasta me revoleó una silla por la cabeza. Mi nene se metió en el medio y lo tuve que cubrir. No me desmaye no sé por qué.
Ahí empezó el quilombo, él quería que fuéramos a la casa de su hermano, “más vale que todo quede claro, que sino te voy a hacer perder el guacho”, me dijo. (Por el sillazo) se me empezó a marcar la cara. Así caí a la casa, me acuerdo que adelante de sus familiares me dijo: “Así te va a ir, mirá cómo te quedó la cara”.
Los vecinos que se manifestaron afuera de la Comisaría Cuarta.
LOA: ¿Hubo otro hecho antes del nacimiento de Abigail?
KO: Siempre había problemas por chicos con los que estuve en el pasado o cosas así. Si el perro me movía la cola, era culpa mía, yo tenía que dar explicaciones porque el perro hacía eso. Una vez en el supermercado yo me fui a otra góndola y él dijo que yo había cambiado de góndola porque estaba un chico ahí.
Yo ni había visto al loco, me dijo “te pusiste así porque viste al chabón ese y querías verlo de vuelta”. Nadie hacía nada y yo terminé peleando adentro del auto. Después se fue y terminé manejando yo. Le dije a una amiga si podía venir a mi casa porque yo estaba nerviosa y ni podía bajarme.
Mi amiga vino, él llegó y le dijo a ella que no se metiera, me bajó a mí y me empezó a empujar contra un paredón de mi casa. Mi amiga se asustó y se fue. Fue una situación re fea. No tenía herramientas para poder salir de una relación así, yo recién hoy lo puedo ver. La violencia física llegó a no importarme, sino que me molestaba más la violencia psicológica
Un día, cuando fui a cobrar y teníamos que comprar útiles, fui con él. En un momento me suelta la mano y se me adelanta, se enojó porque la gente me tocaba la bocina y me dijo: “¿Crees que no me doy cuenta que andas calentando p…?”, me dijo que dejara de vestirme como una prostituta y yo estaba de calzas nomás.
Tortello me dijo: Creés que no me doy cuenta que andas calentando p…
Le dije “me cansé, seguís siendo el mismo violento”. Me miraba con cara de odio, terminé de hablar y me pegó una piña en el pecho y una patada en las piernas que me dolió hasta la lengua.
LOA: ¿Y el resto de la gente?
KO: La gente pasaba y no hacía nada. Le decía que me dejara irme y no me dejaba. Justo me crucé al Negro (Jorge) Gareca y me preguntó desde el auto si estaba todo bien y se fue. No me creyó, pero igual se fue. La gente estaba en la cola del cajero y me miraba, me daba una vergüenza. En Capipe se me acercó y me quiso dar un beso, me pidió perdón.
LOA: ¿Cómo te enteraste que estabas embarazada?
KO: Fui al baño, me hice el evatest y enseguida salieron las dos rayitas. En parte no quería, por como estaba la relación. Igual, cuando vi que era positivo un poco me puse contenta, “capaz que ahora cambia”, pensé en ese momento.
Cuando le conté a él, me dijo: “Listo, ahora sos mía, ahora vas a hacer lo que yo te diga”. Ahí me sentí re mal. Él ya sentía que tenía el poder máximo sobre mí. Me amenazaba que le iba a hacer algo a mi familia, a mis hermanos o algo así, nunca sobre mis hijos.
LOA: ¿Abigail nació en Buenos Aires, cómo fue eso?
KO: Nació en el sanatorio Güemes, ya estaba todo mal, yo quería volver a Gallegos y cortar con él. Con Abigail él se portaba bien, era muy padre. Pero a veces él como que creía que era solamente suya. Era algo que no lo veía tan lógico. Tenía a la nena como un trofeo.
LOA: ¿Cómo fue el día del hecho?
KO: Yo salí a una entrevista que tenía con Niñez a las ocho y veinte de la mañana, eso no me olvidó más porque tuve que mentirle diciendo que tenía que hacer un trámite con la tarjeta de crédito. Tenía una audiencia que tenía que ir yo sola y él no quería, por eso tuve que mentirle.
Había llegado un oficio que decía que él tenía que irse de la casa. En Niñez me preguntaron qué quería y yo les dije que quería separarme de él, quedarme con mis hijos, nada más. De ahí salgo, saco el teléfono y tengo dos llamadas perdidas y un mensaje que decía: “Atendeme la c… de la lora”.
Llamé a Tortello y me atendió mi mamá. Me dijo que él dejó el celular y se había ido al hospital. Después llamé al otro número y me di cuenta que era del conmutador del hospital. “¿Vos sos la mamá del nene que se cayó de la mesa que está en terapia?”, me dijeron.
Yo salí corriendo a terapia. Ciega. Lo vi a él sentado en uno de los bancos agarrándose la cabeza. Le pregunté qué pasó y me dijo que se le cayó. La doctora me comentó el estado de Abigail, estuvieron 45 minutos, me dijeron que tenía muerte cerebral y me puse a llorar mal. Cuando salgo, él ya no estaba, sólo estaba la Policía.
Empecé a llamar a todos y llegaron compañeros de trabajo, familiares, ya eran las once, doce. Estaba enojada porque veo a mi hija en esa situación, le pedí al pediatra que la llevaran a Buenos Aires porque no confiaba en los doctores de acá. Yo me enteré todo en el hospital. Me dijeron que sólo quedaba esperar, sólo andaba su corazoncito.
LOA: ¿Cómo fue la primera noche?
KO: Solamente la pude ver a la tarde, después de hablar con los doctores, la única vez que pude estar con ella. Cuando salgo de terapia, me quedé afuera todo el tiempo. Ahí había gente de Niñez, familiares, amigos. Yo estaba en estado de shock, no caía en la realidad de lo que había pasado. Salgo de Niñez y me dicen del hospital que mi hija estaba con muerte cerebral.
Cuando la Cuarta y Criminalística van al hospital para llevarme a declarar, me dijeron si podían ir a la casa para hacer la inspección. Una amiga me dijo que fuera tranquila. Voy con la Policía, creo que a Tortello ya lo habían detenido.
En la casa me pareció todo muy raro porque estaba todo tan limpio. Él nunca limpiaba, también el tema de la violencia, yo nunca lo vi pegándole a alguno de mis hijos, la violencia siempre era contra mí. Él no quería que llevara a la nena al médico. Pero a veces también se mostraba preocupado.
No pude detectar que él le pegaba a Abigail.
Después me llevaron a la comisaría y me dijeron que era para resguardar mi seguridad, porque me podían linchar. Después no me dejaron salir. La gente estaba muy loca afuera. Estaba con custodia. Los policías se portaban re bien porque creían en mi palabra, sabían que yo no tenía nada que ver.
Después me llevaron al albergue y después la jueza Marcela Quintana ordenó mi detención y me mandaron a la Comisaría Tercera, desde ahí estoy acá.
LOA: ¿Cómo fueron los días hasta el juicio?
KO: Había pocas chicas en ese momento, no entré directamente a población. La Policía se portaba bien conmigo, había una policía que hablaba conmigo, le comentaba lo único que yo sabía, porque después ya no tenía comunicación con mi familia.
Con las chicas, algunas ya están en libertad y seguimos manteniendo el vínculo. La Justicia me sacó la posibilidad de contar mi verdad, yo era joven y era ignorante.
LOA: ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Tortello?
KO: Nunca más hable con Tortello, mi último diálogo con él fue en el hospital y desde ahí, nunca más tuve contacto. Quería preguntarle por qué, pero después me di cuenta que no tenía por qué hablarle. En un momento fue hasta como un alivio que me sacaran a ese tipo de encima. Estoy pagando algo que nunca hice, no fui autora ni nada.
LOA: ¿Cómo fue el juicio?
KO: Tuve que afrontar una situación y defenderme de algo que ni sabía de qué me acusaban. A mi hija nunca le hice nada. El juicio fue muy fuerte, estaban todos los medios de comunicación queriendo sacarme fotos. Yo pensaba que iba haber justicia, pero al final no.
Cuando me dieron la sentencia, me morí. Si yo me morí el día que mi hija falleció, ese día morí por segunda vez. Yo sé que no hice nada malo, cuando gritaban que se hizo justicia, yo me sentí horrible.
Si yo me morí el día que mi hija falleció, el día de la sentencia morí por segunda vez
Mi abogado apeló, pero el tribunal lo confirmó. Yo estoy segura que no leyeron la causa. Confirmaron una condena después de meses esperando.
LOA: Después de eso, hablaste con el juez Joaquín Cabral.
KO: Mi situación con él lo que puedo decir es que, como juez penal, cumple con los privados de su libertad. Me permite el tema de la educación. Tengo pensado empezar a estudiar Derecho Penal.
LOA: ¿Cómo está tu causa?
KO: Ahora está en la Corte Suprema, tengo contacto con esa gente y está en la última etapa. Ya está en la parte final y tengo fe en los jueces. En el sentido que tomó distancia la causa, es decir que no hay medios de comunicación haciendo presión. No son jueces que se dejan llevar por el qué dirán. Son profesionales en lo que hacen.
LOA: ¿Cómo pasás tus días?
KO: Derrotada, quebrada, es mala la cárcel. Tengo esperanzas en salir pronto. Tengo fe también porque creo en Dios. Yo creo que si fui fuerte todo este tiempo es porque hay una justicia divina. Las cosas son justas y lo que no tiene que ser, no tiene que ser.
LOA: ¿Por qué decidiste hablar ahora?
KO: En su momento no me lo permitieron, es la primera vez que me dan un micrófono para poder expresarme. Siempre gritaba, pero era como gritarle a una pared, gritaba y gritaba y nadie me escuchaba. Se me juzgó como que maté a mi propia hija y nadie escuchaba la verdad.
LOA: ¿Qué recuerdo tenés de Abigail?
KO: Ella me empezó a reconocer a los cinco o seis meses, porque se reía. Era bastante mañosa, no se dejaba estar con nadie. Los profesionales me dijeron, y eso está en la causa, que si ella lloraba y yo la alzaba, dejaba de hacerlo. Distinto a lo de Tortello. No es un dato más. La causa está completamente clarísima.
Todo quedó en duda, pero hay una verdad. Yo a mi hija no la maté, no le hice nada, no fui cómplice, no consentí algo que no vi. Por cualquier dolencia yo la llevaba al hospital. No me mató a mí persona, pero siento que fue un femicidio también, por lo que pasó con mi hija, la condena social, la condena de la Justicia y la condena del sistema.
Yo no maté a mi hija, no le hice nada, no fui cómplice, no consentí nada
Tanto se habló de mi, la presión de la sociedad fue parte de la decisión de los jueces. Todas las pruebas que tengo a mi favor no sirvieron para nada, bajaron un martillo sin ver las pruebas.
LOA: ¿Dónde te ves en 2023?
KO: (…) Ya me veo en la calle.
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