El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, visitó Río Gallegos a fin de concretar algunos convenios entre Provincia y Nación.

En plena jornada de trabajo, pudo hacer un lugar en su agenda para brindarle una entrevista exclusiva a La Opinión Austral, para hablar de las políticas que se están aplicando en todo el país y de los convenios que va a firmar con la gobernadora de Santa Cruz Alicia Kirchner.

Arroyo junto a una cápsula para pacientes con Covid construida en la ciudad.

 

 

LOA: Un tema coyuntural que está atravesando a todo el país, es la situación de pobreza. A raíz de esta pandemia, ¿se han hecho los cálculos de cuánto ha aumentado en el país y cómo se combate la misma?

D.A.: Ha aumentado la pobreza, claramente. Argentina tiene dos realidades: por un lado la pobreza estructural, es decir, la gente que ya viene de varias generaciones de pobreza.

Nosotros tenemos tres generaciones de exclusión, un joven que no vio a su padre o a su abuelo trabajar. La pobreza estructural que tiene que ver con un tema de vivienda, con falta de lo básico en un término de infraestructura, con problemas de alimentación, con falta de trabajo.

 

Nosotros tenemos tres generaciones de exclusión

 

Esa es la pobreza estructural. En el marco de la pandemia tenemos también la nueva pobreza. Gente que no tiene problemas de vivienda pero sí de ingresos, que, o se quedó sin trabajo o se recuperó poco. Por ejemplo, el jardinero que tenía 10 casas, recuperó 5, o la persona que es empleada doméstica recuperó sólo una parte de las horas que tenía. Esa es la realidad.

Nosotros estamos encarando varias políticas. Una de ellas, la estamos trabajando junto con la gobernadora Alicia, es todo lo que tiene que ver con la primera infancia. Una de las claves es que todos los chicos vayan al jardín.

Que tengamos todos los lugares para los jardines maternales para los chicos de 45 días a 2 años para que los padres puedan ir a sus trabajos mientras sus hijos estén cuidados y que vayan a las salitas de 3, 4 y 5 años.

 

 

La pobreza más grande se da en los más chicos y uno de los trabajos más fuertes que hay que hacer es por ese lado. Los otros trabajos que estamos encarando tienen que ver con urbanizar las villas, barrios y asentamientos.

Urbanizar es abrir calles, es mejorar la vivienda, es cocina y baño, es lograr los servicios básicos. En Río Gallegos estaremos haciendo una recorrida en uno de los barrios locales que están avanzando y que necesitan urbanización, dicho sea de paso. Y finalmente, para mí, es el tema del trabajo.

 

El ministro recorrió las calles de Río Gallegos.

 

El trabajo en la construcción, o en el textil o en la producción de alimentos, el trabajo cuidando personas o en el reciclado. Creamos un programa que se llama Potenciar Trabajo, desde el cual, la persona arranca cobrando la mitad del salario mínimo y tiene que trabajar 4 horas en alguno de estos 5 sectores productivos.

Esas son las líneas principales hoy para atender lo que, evidentemente, es el gran problema social argentino.

 

LOA: Hablo de la pobreza en la infancia, y esta situación que se ha dado en los últimos días con la niña raptada en Buenos Aires parece que visibilizó una situación que en realidad viene de hace muchos años, pero que se ha profundizado en los últimos, y es la pobreza en los niños. Hay un 50% aproximadamente de niños y niñas bajo la pobreza en el país, de más de 300.000 mil niños y niñas bajo la indigencia, que es un drama, realmente, para la Argentina ¿Cómo se aborda ese tema?

D.A: Y en este caso que mencionan, además, se agrega la situación de calle que es, claramente, la situación más crítica, las familias en la calle. Ha crecido, no sólo la cantidad de gente que está en la calle, sino de familias enteras que tiene que ver con el aumento del alquiler, con cuántas changas hay o no y las dificultades que tienen las familias.

Pero está claro que la pobreza infantil es el tema clave. Una cuestión central es el tema del jardín, la otra es el tema alimentario. Nosotros pusimos en marcha, antes ya de la pandemia, la tarjeta alimentar, que es una tarjeta para las madres que tienen chicos menores de 6 años para comprar alimento.

También hay un punto clave ahí que es la calidad nutricional, que es mejorar la cuestión alimentaria en los niños. Un chico que come es un chico que tiene oportunidades y a un chico que come mal se le complica, tiene dificultades, no va a aprender bien en la escuela.

Y el otro clave para mí es el tema de la vivienda. La Argentina tiene 4.400 barrios donde viven 4.000.000 de personas hacinadas, sin agua, sin servicios básicos, viven más parecido al Siglo XIX que al Siglo XXI.

 

El ministro de Desarrollo visitó a emprendedores locales.

 

Es un área que nos traspasó el presidente a nosotros, hará más o menos tres meses, a nuestro Ministerio, que vamos urbanizando de a 400 barrios por año, que es lo que se puede hacer en Argentina, pero lo más importante es mejorar la vivienda, es mejorar la nutrición en los más chicos, y son los jardines.

 

LOA: El obispo de la Diócesis de Río Gallegos (Jorge García Cuerva) nos decía que hasta el año 1975 la Argentina tenía un índice de pobreza que era menor al 5%. Y que del 75 para acá, por supuesto teniendo en cuenta el golpe militar en el medio, han gobernado todos los partidos políticos y que todos, como sociedad, nos teníamos que hacer cargo de esa pobreza. Ahora ¿cómo nos hacemos cargo, porque evidentemente detrás están todas las políticas económicas que se han desarrollado en nuestro país a lo largo de los años y hay algunas de ellas que, precisamente, no han favorecido a recuperar a esa gente de la pobreza?

D.A: Primero, coincido claramente con el obispo, en el año 1974 la República Argentina tenía 4% de pobreza y 3% de desocupación. Hoy la realidad es muy distinta, hubo gobiernos militares, pero tenemos muchos años de democracia y la política tiene una deuda con la sociedad en términos de la pobreza.

Yo creo que hay que sacar cuestiones de “la grieta”, por lo menos 3. Primero: todos los chicos tienen que ir a la escuela. ¿¡Qué importa que uno sea del partido a, b o c cuando tenemos la mitad de los chicos que no terminan la secundaria en tiempo!? Todos tienen que terminar la escuela.

Ese me parece que es un primer punto importante, la escuela es el centro donde también se ayuda desde lo alimentario, donde se dan oportunidades, donde se vinculan con la familia. Eso para mí es lo primero.

Segundo: ¡No puede haber en la Argentina! No puede haber en un país que produce alimentos, comer tiene que salir barato y ahí tenemos un problema hoy con el precio de los alimentos y es evidente.

Estamos encarando desde nuestro Ministerio varias políticas para que el productor le venda directamente al consumidor, para extender las ferias. Para que gran parte de la agricultura familiar, los pequeños productores le vendan al consumidor y bajar el precio.

Entonces, todo chico tiene que terminar la escuela, comer tiene que ser barato y, tercero y para mí, clave, es el tema de los créditos. Hoy tenemos un sobre endeudamiento en las familias.

El que no le alcanza, toma deuda, el que es de clase media paga el mínimo de la tarjeta o lo patea para más adelante o no paga alguno de sus gastos. Y el más pobre va a la financiera de la esquina y toma crédito al 200% de interés anual.

 

Tenemos un problema con el precio de los alimentos

 

Entonces, nosotros armamos un sistema de crédito no bancario, a tasa del 3% anual, que hay que extenderlo. Yo diría, saquemos de la grieta estas tres cuestiones: todos los chicos tienen que terminar la escuela, comer tiene que ser barato en la Argentina, no se puede dar crédito usurario. Ahí comenzamos, por lo menos, a subir un par de escalones.

 

LOA: Hace unos meses habló de la importancia de que los chicos vuelvan a clases presenciales en el país. También el ministro Trotta habló de la presencialidad y el fuerte interés del Gobierno porque se vuelva a esa modalidad, pero se da dentro del contexto de pandemia y las provincias van tomando medidas al respecto según la situación que presenten. ¿Cree que esta situación de pandemia y la falta de presencialidad ahondó en esas diferencias sociales y también agrandó la grieta social entre los que menos tienen con los que más tienen?

D.A.: Sí. Claramente tenemos que ir a un esquema de clases presenciales, muy claramente con protocolos y atendiendo a las situaciones críticas, que en términos generales vamos por ahí.

Se agudizó la desigualdad educativa el año pasado, porque chicos y chicas tuvieron hasta más contenido de lo que tenían habitualmente, por la virtualidad y por un manejo de los docentes, y otros que no.

 

De izquierda a derecha: Echazú, Grasso, Vessvessian y Arroyo.

 

Que no es que hay un solo celular en la casa, la mamá o el papá salen a trabajar, se llevan el celular, no tienen conexión a datos, no tienen manera. Nosotros hemos hecho aulas virtuales en los comedores pero, claramente, no es lo mismo.

Por eso la presencialidad cuidada es un punto clave a mi modo de ver. La escuela tiene dos cosas. Una es que le da oportunidades a chicos y a chicas de abrirse a que salgan a andar, y la otra es que organiza a las familias.

 

El ministro consideró que la pobreza estructural tiene que ver con falta
de lo básico

 

Las familias en la Argentina funcionamos alrededor de la escuela, hay que levantarse a la mañana, hay que desayunar, los chicos tienen que ir acá o allá. La familia funciona alrededor de la escuela. Por eso es importante que se vuelva a las clases y, con todos los cuidados, estamos trabajando en esa línea”.

 

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