En junio de 2019, Samantha denunció a Walter Gabriel Cáceres, un sargento de policía, por acosar por Facebook a su hija, de 13 años.
Cansada de esperar resoluciones y de que la Justicia hiciera algo, golpeó hace algunos días las puertas de La Opinión Austral.
La causa, que instruye el Juzgado Penal 1 de la Dra. Marcela Quintana, nunca llegó a ningún lado. Tampoco las actuaciones internas de la Policía.

 

Era martes. Golpeó la puerta del diario y puso en evidencia su caso, cansada de no obtener respuestas y de que su hija le preguntara: “¿Mamá, va a pasar algo con este tipo? ¿Habrá justicia?”.
Entró ella sola y, además de contar el padecimiento que vivieron, mostró las capturas de chat en las que se ve cómo Cáceres se le insinuaba a su hija. A su relato lo acompañó con la denuncia penal, de la que nunca más tuvo novedades.

El policía acosador

Su hija se quedó en el auto con su otra hermana. Luego, ambas ingresaron y se sentaron junto a su madre. Nadie las había escuchado.
Ayer, tras más de un año de realizada la denuncia y de que lo sumariaran, finalmente el ministro de Seguridad Lisandro De La Torre firmó el pedido de cesantía para apartarlo de la Fuerza.
“No lo puedo creer”, dijo Samantha al enterarse por La Opinión Austral. Tras incansables meses de lucha y luego de que este diario develara las capturas de chat que evidenciaron el grave caso de grooming, el denunciado fue separado de la Policía.

 

Al reclamo de esta mujer y su hija se sumaron cientos de vecinos y vecinas de Río Gallegos. Algunos, por las redes sociales, otros se involucraron e impulsaron repudios en la casa del acusado. Fueron dos, uno el sábado y otro el domingo.

 

 

 

 

 

“Violín”, le pintaron en la calle, justo al frente de su vivienda, ubicada a escasos metros de la Laguna María La Gorda. Le pegaron también casi una decena de carteles en el portón de la casa donde vive junto a sus padres.

 

 

 

 

Padres y madres dieron su apoyo a Samantha. Su caso y el de otra niña que acusó al sargento por acosarla, los indignó. “Tengo una nena de 6 años, Cáceres le llega a escribir y le corto los dedos”, dijo un vecino en el reclamo del domingo, con marcado disgusto y enojo.

 

 

 

Otra protesta

Los mismos que se autoconvocaron para reclamar afuera de la casa del sargento protestarán hoy afuera de la Dirección Regional Zona Sur de la Policía, ubicada en calle Jofré de Loaiza.
Allí, Cáceres solía trabajar. Fuentes oficiales consultadas aseveraron que ya no cumple funciones en esa dependencia y que, pese a la versión de la familia que lo marca “aún en servicio”, estaría sumariado hace un tiempo.

 

 

 

 

 

“No puede ser”

El abogado de Samantha, Santiago Luis Pinto, habló con este diario. Contó que se enteró del caso luego de leerlo en www.laopinionaustral.com.ar.

 

 

 

“Me enteré por la crónica, me pareció mal y me indignó que, pasando tanto tiempo, no se avanzara”, dijo en relación a la consulta del por qué asumió la defensa de la familia, de manera gratuita.

 

 

 

 

“Todo delito es aberrante para la víctima, pero los de índole sexual son peores todavía. Y encima si es a una menor de edad, se agrava exponencialmente. No puede ser que un policía sea denunciado por un delito así y que no se avance. Es muy nocivo”, criticó.

 

 

 

 

Contó que están preparando “una presentación”, la que esperan hacer cuanto antes. En ese sentido, lamentó que el Poder Judicial extienda la feria extraordinaria desde hace tiempo.

 

 

 

 

“Hay una prórroga que no sabemos cuando cesa, depende de cuestiones sanitarias”, dijo, y si bien entiende que hay Juzgados “sobrecargados”, sostuvo: “Tiene que congeniarse la necesidad de la salud pública, razón de ser de la cuarentena, con otro servicio esencial que es la Justicia”.

 

 

 

 

 

“Encima -agregó- en este caso hay una menor de edad, y es el propio Tribunal (Superior de Justicia) que en sus resoluciones dispuso que las causas donde se investiguen este tipo de delitos, son de carácter prioritario”, y pidió que “el Juzgado arbitre los medios para que no queden paradas”.

 

 

 

La fuerza de seguridad ya actuó, ahora Samantha espera que también lo haga la Justicia.

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