El homicidio de Vicente Maillo fue uno de los más resonantes en el último tiempo en Río Gallegos, debido a lo cruento de la forma en la que el comerciante perdió la vida y el trasfondo por el que fue motivado.

 

En el mediodía del jueves, finalmente llegó el alivio para Petra y Ana Gloria, las hermanas de Vicente: fueron condenados a reclusión perpetua los hijastros del comerciante, su pareja Susana Reina y Christian Etchabarne, el joven que fue contratado para matar al querido vecino de nuestra ciudad capital.

 

 

El tribunal encontró penalmente responsables a los antes nombrados por ser coautores de homicidio agravado por el vínculo, la alevosía a través de una promesa remuneratoria y con el concurso premeditado de dos o más personas.

 

Foto: Martín Muñoz Quesada / La Opinión Austral

 

 

Desde que se leyó la sentencia, comenzaron a correr los diez días hábiles que tendrán los abogados Carlos Telleldín y Víctor Robles, defensores de los condenados, para apelar la pena en el Tribunal Superior de Justicia.

 

 

De igual manera, como el fallo firmado por Joaquín Cabral junto a Jorge Yance y Enrique Arenillas fue unánime, se presume que no habrá novedades, al menos en el futuro próximo en esta segunda instancia.

 

Cabral calificó a la estrategia de la parte defensora de “absurda e inconsistente

 

Durante el debate que se hizo en la Escuela de Formación Policial, todas las partes intervinientes tejieron sus estrategias para que finalmente el tribunal delibere y dicte su resolución. Por un lado Telleldín apeló a un pasado de infidelidades y violencia de género, por el otro Robles indicó que no había pruebas contra su cliente, mientras que tanto la querella a cargo de Érica Schupbach y la Fiscalía se abocaron a mostrar la efectividad de la acusación que había sido elevada a juicio en su momento.

 

 

 

Cuando Cabral leyó la sentencia, sólo se refirió a la parte resolutiva y no a los fundamentos. La Opinión Austral obtuvo una copia del veredicto y te cuenta detalles que, hasta el momento, no habían salido a la luz. El paso a paso desde la planificación del plan para terminar con la vida de Vicente, el momento del hecho y la actitud de los ahora condenados tras la muerte del comerciante.

 

La madre de Reina ejercía superioridad anímica por su condición dominante

 

El documento cuenta con 126 fojas que dan cuenta de todo lo actuado durante la instrucción de la causa, la acusación fiscal, los alegatos de las partes y la resolución del tribunal. Esta última parte -quizás la más jugosa en cuanto a información- consta de 50 páginas.

 

Iván Saldivia y Erica Schupbach, hablando con la prensa al finalizar el juicio. Foto: Martín Muñoz Quesada / La Opinión Austral

 

El tribunal echó por tierra las confesiones de Reina y sus hijos. Las mismas “apuntan a determinar situaciones de violencia de género vividas en el matrimonio y procurar, a través de las pruebas producidas direccionadas en ese sentido, lograr que el accionar violento de Reina desemboque en una causa de justificación, no sólo para que la exima del castigo penal, sino también desvincular del proceso a sus hijos y, por vía indirecta, o de rebote a Christian Etchabarne”, indica la resolución.

 

 

 

En otra parte del fallo, Cabral indica lo que había señalado en su momento el fiscal Saldivia. En el cuchillo hallado detrás de la heladera había material genético de Vicente, pero no así de Susana Reina, por lo que esa hipótesis queda descartada.

 

El segundo día del juicio, cuando se hizo la reconstrucción del hecho, Telleldín apeló al tiempo en el que Etchabarne estuvo en la casa contando los once mil dólares para luego irse. El proceso fue cronometrado: 2:48:53 arrojó el mismo.

 

 

La presidencia de la Cámara recordó que, el día del crimen, las cámaras de seguridad mostraron que el sicario estuvo entre diez y quince minutos dentro de la morada. Nuevamente, la teoría de la defensa no funcionó. Sobre esto, Cabral calificó a la estrategia de la parte defensora de “absurda e inconsistente”.

 

FOTO: TIEMPO SUR

 

El tribunal firmó: “La prueba indiciaria surge a partir de un dato comprobado. Implica la reunión o interpretación de una serie de hechos con la finalidad de acceder a la verdad”, y aseveró que todo comenzó con un: “Acuerdo familiar entre Espiritoso, Reina y los hijos José y Luis, con un interés común que era netamente económico y, ante que se pierdan los privilegios, la vida holgada, la vida fácil y los bienes a heredar se concreta el plan criminal”.

 

 

En este punto, es de remarcar que la autora intelectual es María del Carmen Espiritoso, fallecida en octubre del 2019 y quien quedó eximida de la acción penal por esa condición. “Reina, influenciada por su madre María del Carmen Espiritoso, que por carácter dominante ejercía superioridad anímica sobre ella, diseñaron un plan que harían pasar por robo”.

 

El plan

 

Las primeras ideas para terminar con la vida del comerciante y quedarse con la plata de la herencia comenzaron cerca de tres meses antes del crimen. La relación entre Vicente y Reina ya estaba desgastada, José ya no iba a trabajar a ninguno de los bazares y a Luis ya le habían dicho que si no se ponía las pilas en la facultad, se le terminaba la buena vida en 2019, cuando debería terminar la carrera de Administración de Empresas.

 

Los hermanos Maillo, su madre Susana y la abuela María del Carmen Espiritoso que se autoinculpó como autora intelectual del crimen

Entre agosto y septiembre del 2017, según se pudo saber tras peritar las computadoras de Susana Reina y José Maximiliano, ambos realizaron búsquedas en Google sobre noticias policiales. “Le dio el pésame al padre y al otro día se entregó porque era el asesino”, fue una de las notas leídas por el mayor de los Maillo.

 

 

El 6 de octubre del 2017, Vicente decidió que Reina deje de trabajar en Doña Ana. Le pidió la renuncia y que ella solamente se quede con la peluquería. En paralelo, ya pensaba terminar la relación con ella, después del viaje a Punta Cana junto a los empleados, tal como le había dicho a uno de sus amigos.

 

 

Los primeros indicios de la falta de dinero venían desde tiempo atrás, pero empezaron a notarse el Día de la Madre del 2017. El 22 de octubre de ese año, Vicente al ver que la caja de los comercios no superaba los 700 pesos, decidió hacerse cargo él. Ese día, la recaudación fue de 70 mil pesos. Obviamente, alguien le estaba robando dinero.

 

Foto: Mirta Velásquez / La Opinión Austral

 

Esos días, el comerciante habló con el instalador de cámaras de seguridad y pidió que le coloque una “secreta” en el depósito de Casa Maillo, por lo mismo. Hecho que quedó pendiente, iban a colocarla después del viaje al Caribe.

 

El 20 de octubre, Reina fue al Banco Santa Cruz para sacar 90 mil dólares. La caja quedó vacía. Éste sería el dinero que luego utilizaría para costear el pago al sicario, según fundamentó la Cámara Oral.

 

FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ / LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

El 8 de noviembre, apenas una semana antes del crimen, Luigi llegó a Río Gallegos a bordo de su flamante Audi A4. Durante esos días, las visitas a la casa de su abuela fueron recurrentes, siempre entrando por el portón y no por la peluquería como lo hacía habitualmente.

 

En la mañana del 15 de noviembre llegó el sicario a Río Gallegos. Las cámaras de aeroparque lo encontraron con remera negra, pantalón corto blanco, zapatillas azules y un bolso Nike negro.

 

Ese mediodía, del bazar Doña Ana, Reina y Luigi sacaron una caja con un cuchillo con guirnaldas navideñas para despistar. Cerca de las tres de la tarde, las cámaras del Club Río Gallegos lo filmaron al menor de los Maillo y al sicario saliendo de la casa de Espiritoso, subiéndose al auto de alta gama.

 

A las seis de la tarde, Luigi fue con Etchabarne a buscar ropa a la casa de José.

 

Pasada la medianoche, el primer intento. Pasados los primeros minutos del 16 Reina llegó a su casa, pero notó que había un barrendero que podría arruinar el plan, se alejó y le avisó a “Luigi” para que chequee. Treinta minutos después harían el segundo intento.

 

Foto: Mirta Velásquez / La Opinión Austral

 

Reina entra con Etchabarne, lo hace esperar abajo, guarda a los perros para que no hagan ruido y lo invita a salir. El sicario mata a Vicente para luego irse. Cámaras lo registran yéndose tranquilo por la avenida Kirchner. Luego sería visto por las cámaras de seguridad de una parada de taxis, pero con otra ropa.

 

Etchabarne nunca usó su celular mientras estuvo en Río Gallegos. Tras abordar el vuelo a Buenos Aires recién lo activó.

Cerca de las seis es cuando “Luigi” encuentra a su madre maniatada en su casa. Mientras, él había estado cuidando a su abuela. Luego comenzarían sus teorías hasta que se supo la verdad.

 

EMPEZAMOS A SOSPECHAR CUANDO VIMOS QUE REINA NO TENÍA MARCAS

 

Una vez que se conoció la resolución de la Cámara Oral, la parte querellante en el caso Maillo accedió a dar notas a medios de comunicación locales y eligió a LU12 AM680 para comentar sus sensaciones tras las cuatro cadenas perpetuas.

 

 

Erica Schupbach, quien además es sobrina del comerciante, comenzó diciendo que: “La verdad que desde un primer momento el cerco se fue cerrando a través de ellos (en relación a José y Luis Maillo y Susana Reina). Ellos alegaron cuestiones irreales que si uno las contrataba con las pruebas del expediente, no las podían probar”.

 

Foto: Mirta Velásquez / La Opinión Austral

 

La abogada aprovechó el lugar para criticar a Carlos Telleldín, abogado que defendió al clan. “Este hombre cuando empezó a asumir la defensa y a plantear cosas, yo me preguntaba ¿cómo lo va a probar? Esta estrategia es muy de los abogados de Buenos Aires para hacerse autobombo, yo no me iba a hacer propaganda con mi tío fallecido”.

 

 

Sobre lo que se vio en el juicio, Schupbach cargó nuevamente contra Telleldín: “Fue todo muy sucio, en un momento ellos plantearon las situaciones de violencia de género, que Vicente había sacado a Susana de la noche, hizo un planteo estigmatizante, usaron eso y lo de una amiga de mi tío para zafar, no les importó nada”, aseguró.

 

“Quiero clavarle 20 cuchillos como a un muñeco vudú”

 

 

“En todo el expediente, ellos presentaron a dos testigos nada más: a la esposa de José Maximiliano y a un amigo de él. Incluso hasta el último que dijo que él se drogaba normal, no es que era algo que nosotros inventamos. Para nosotros, él no fue la cabeza ideológica, pero apenas nos enteramos, supusimos que él podría haber estado involucrado”.

 

 

Los hijastros ahora condenados sigue teniendo el apellido de la víctima fatal. Sobre esto, Schupbach dijo: “Nosotros no somos una familia millonaria, somos gente trabajadora, que esta gente lleve el apellido ensucia al nuestro. Ellos estaban anotados como hijos de padres no reconocidos y fue un acto de amor hermoso el que hizo mi tío”.

 

En declaraciones a LOA, Telleldín dijo que posiblemente pierdan en la segunda instancia, pero que apelará hasta llegar a Corte Suprema. Sobre esto, la querellante aseguró: “Desde un principio había pruebas suficientes para que sigan presos, hoy con una sentencia del tribunal, que además es unánime, más todavía”.

 

Schupbach comentó que el día del crimen se enteró del mismo por Espiritoso -a quien calificó como la autora intelectual– y tuvo sus primeras sospechas. “Susana, ¿no ladraron los perros?, ¿cómo mi tío no se despertó?”, fueron las primeras preguntas que la abogada le hizo a Reina.

 

 

 

“Después, en el velorio, la vimos que no tenía marcas, todos salieron con la misma impresión, a partir de ahí ya fue suficiente, empezamos a sospechar”, aseguró Schupbach.

 

 

La querellante volvió a atacar a Telleldín: “Desde el punto de vista del derecho, su defensa fue un espanto. Cada vez que preguntaba algo, enterraba más a sus clientes. A veces nos mirábamos con el fiscal y decíamos: Esto parece un chiste”.

 

Para concluir, Schupbach no ahorró en elogios hacia la Policía: “Su trabajo fue excepcional, fueron noches sin dormir hasta que resolvieron, eso queremos destacarlo”.

 

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