En diciembre de 2022 en Qatar, Argentina consiguió su tercera estrella. Desde Río Gallegos, la familia Ramírez Rao siguió cada partido, cumplió con sus cábalas y, como miles de argentinos, dentro y fuera del país, celebró ser campeona del mundo.

Semanas más tarde, Felipe, el único hijo de la pareja, comenzaría a presentar algunos síntomas que inicialmente pensaron podían estarse presentando como una respuesta emocional posterior a que su mamá Andrea Rao fuera diagnosticada con cáncer de mama.

Andrea, quien ya había logrado atravesar su tratamiento, sentía que algo no andaba bien con su hijo de seis años. Las respuestas en el consultorio médico no la convencían y la preocupación era permanente, ya que el pequeño sufría dolores de cabeza, lloraba sin explicación, había comenzado a caminar con las piernas abiertas y perdía el equilibrio.

Felipe usa anteojos desde los tres años y analizando que pudiera tratarse de un problema de la vista, fueron al consultorio oftalmológico, donde la profesional confirmó que había algo presionando el nervio óptico.

PROTAGONISTAS. Felipe junto a papá Elbio Ramírez y mamá Andrea Rao con la carta para “Dibu” y la tapa de La Opinión Austral. Foto: Camila Ferrer Pose/La Opinión Austral

24 horas después, los Ramírez Rao estaban tomando un vuelo y el 11 de febrero, Felipe ingresaba por guardia al Hospital Italiano en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Le extrajeron un tumor y la biopsia confirmaría que se trataba de un meduloblastoma, un tipo de cáncer cerebral que comienza en el cerebelo.

Desde ese 15 de febrero en que Felipe ingresó al quirófano, comenzaron a atravesar diferentes etapas. Tras el diagnóstico se determinó cuál sería el tipo de tratamiento, cómo sería el abordaje interdisciplinario y qué podían esperar de cada fase. Aun así, la incertidumbre rondaba. Felipe enfrentó el desafío más grande: luchar por su vida.

Su pequeño cuerpito resistió con su fuerza e inteligencia, acompañado por el amor de su familia y la asistencia del equipo médico. El niño se cobijó también en sus héroes y en la máscara que debía usar para la radioterapia cráneo espinal, pidió que se la pintaran para simular a la de Iroman y en cada quimioterapia usó su camiseta preferida, la del arquero de la Selección Argentina: Emiliano Dibu Martínez.

Superó todas las etapas y el 24 de noviembre tuvo su última quimioterapia. La Opinión Austral quiso contar su historia no sólo porque son santacruceños, sino también porque aquellas historias, las que parecen mínimas, son las que contienen los más grandes valores que nos ayudan a intentar ser mejores personas y a disfrutar de la vida.

En la edición del 24 de diciembre, al cumplirse el primer mes de haber finalizado la quimioterapia, la entrevista fue publicada y pasó algo mágico: un campeón saludó a un guerrero.

Ian Grandón Soporsky y Camila Ferrer Pose, del Grupo La Opinión Austral, llegaron hasta el barrio porteño de Almagro para entrevistar a los Ramírez Rao, que aún no salen del asombro de lo que sucedió en Nochebuena.

CON LA OPINIÓN AUSTRAL. Ian Grandón Soporsky entrevistando a “Feli”, Elbio y Andrea, en el barrio porteño de Almagro. Foto: Camila Ferrer Pose/La Opinión Austral

“Estamos sorprendidos por el mensaje que el ‘Dibu’ mandó en Nochebuena. Belén Manquepi me avisa que en que el Instagram de La Opinión Austral el ‘Dibu’ había mandado un mensaje para ‘Feli’, vimos el mensaje, eran las 23:55, se lo mostramos a ‘Feli’, lo filmamos. Él se sorprendió, le había puesto: Sos un guerrero‘ con tres corazonesSe puso muy contento, él tiene la dinámica de ver redes sociales y entendió que era un mensaje del ‘Dibu’ para él”, cuenta Elbio Ramírez, papá de Felipe.

NAVIDAD. El arbolito de Navidad 2023 en Almagro. Foto: Camila Ferrer Pose/La Opinión Austral

Los Ramírez Rao apenas habían terminado de atravesar el cáncer de mama de Andrea cuando llegó el diagnóstico de Felipe. Hace 10 meses están en CABA y aún faltan dos meses más.

“Él viene poniendo el cuerpo y nosotros acompañando, esto es un aliento a seguir en la etapa que se viene, que es la rehabilitación pura. Le da una fuerza que ya venía trabajando, poniéndose la camiseta para ir a la quimio‘, para que lo pinchen‘, para ir a rehabilitación… a mitad del tratamiento, cuando estaba en la parte más aguda, él le escribió una cartita, la habíamos subido a nuestras redes, se hizo viral y algunos medios se hicieron de la cartita con un dibujito y eso llamó la atención. El 24, con la nota de ustedes, tomó más repercusión”, relata.

Tercera estrella

En diciembre, repasa Elbio, “él quedó muy atravesado, como todos, pero era su primer mundial, conocía el fútbol, vio los partidos con nosotros, compartió las emociones, vio a un montón de gente en la avenida San Martín y no entendía nada, vio que se festejaba, que era la Selección Argentina y se quedó con eso”.

¿Cómo vivieron Qatar 2023? “Tomábamos tereré y comíamos unas raspaditas“, dice el pequeño guerrero Felipe.

Dibu-Martinez-5-728x427
“Dibu”, el ídolo.

Era como una cábala“, comenta Andrea y pasa a explicar: “Felipe es fanático del tereré, esos días hacía calor, hubo muchos días de calor. Nos sentábamos en el sillón, Felipe se traía su tereré con su termito y una raspadita de jamón y queso y papá y mamá tomando mate mirando, así hasta el último partido, no nos movimos del sillón y ganamos”.

Pero esa no fue la única cábala, agrega Felipe que “cada partido que Argentina ganaba me compraban ocho paquetitos de figuritas“. Su papá reconoce, entre risas, que la palabra empeñada se cumplió “por miedo” a lo que pudiera pasar en el siguiente partido.

A raíz de todo el fanatismo, particularmente por “Dibu” y su bailecito, comenta Andrea: “Le compramos el libro, él nos pedía y le íbamos leyendo, parte de eso lo hizo tenerlo más como ídolo. El libro es muy lindo porque va contando todo lo que fue su proceso de superación hasta llegar adonde está. Creo que eso fue lo que lo determinó a seguir a su ídolo a full”.

FAN. Las medias de Felipe con la imagen del “Dibu”. Foto: Camila Ferrer Pose/La Opinión Austral

En CABA, a fines de marzo, cuando Argentina jugó con Panamá en el Monumental, fue que “Feli” “le escribió la cartita porque sabía que estaban cerca“, señala Elbio.

“Hola ‘Dibu’, soy Felipe y te quería decir de hace mucho te quería conocer y no pude porque estoy con un tratamiento de quimio y rayos por una pelotita que tenía en mi cabeza. En cada quimio que voy me pongo tu remera y me hace sentir más fuerte y me recuerda los penales que atajaste. Sos mi ídolo. Te quiero”, escribió Felipe en imprenta mayúscula en una hoja de cuaderno, firmando con su nombre y su edad. Al dorso dibujó al arquero con su indumentaria, lo coloreó y le agregó: “Te amo”.

“¿’Dibu’ es el mejor arquero del mundo?”, le preguntan y Felipe responde sin dudar: “Sí”.

Un maestro

El cáncer es una de las enfermedades más complejas para afrontar, lo es para el núcleo familiar y sus afectos, pero principalmente para quien la atraviesa. Cuesta entender cómo hace un niño o una niña para atravesar estudios médicos, tratamientos, intervenciones quirúrgicas y rehabilitaciones que tanto le cuestan enfrentar a una persona adulta.

En estos 10 meses Felipe no sólo ha puesto el cuerpo y ha aprendido sobre su salud, sino que ha enseñado, casi sin querer, lecciones que por muchos libros que se lean, sólo se aprende de las experiencias.

FUERZAS. Para cada quimioterapia, “Feli” se puso la camiseta del campeón.

Aprendimos mucho de Felipe, nos enseñó mucho, no sólo a nosotros, creo a mucha gente. Es un antes y un después en nuestras vidas, es algo que va a quedar marcado”, sostiene Andrea y reflexiona: “Mirando atrás, uno piensa en la vida y en disfrutar de las cosas simples, a veces en lo cotidiano se olvida y no presta atención a ciertas cosas que hoy en día valoramos: un desayuno juntos, una caminata, ir a la plaza, hablar con él, dibujar, que se duerma abrazadito a uno. Te hace disfrutar de las simplezas que tiene la vida, que a veces uno no ve”.

En estos 10 meses, Elbio, Andrea y Felipe han contado con la contención de conocidos y desconocidos.

“La familia, fundamentalmente, amigos y la comunidad de Río Gallegos en general, porque hubo momentos en que se hicieron cadenas de oración por Felipe. Gente que no conocíamos se juntaba en iglesias, hacía misas de sanación, de diferentes religiones, en conjunto con el fin de que Felipe estuviera bien. El agradecimiento es para todos. Fue una gran contención”, sostiene Andrea.

Menciona en particular a la Fundación Natali Dafne Flexer que “ayuda a chicos en tratamiento por cáncer, la contactamos y eso le permitió a Felipe hacer psicooncología de forma gratuita y semanalmente, fue un apoyo importante porque le ayudó a trabajar sus emociones en ciertos momentos del tratamiento”.

Además, señala que en el Hospital Italiano “hay grupos de apoyo psicológico para papás. Fue un conjunto de cosas que nos permitió tener esa fortaleza para afrontar todo“.

Con kilómetros de distancia llegó también el apoyo. Desde Río GallegosEl CalafateCaleta OliviaCórdoba e inclusive de otros países, “hay gente que hizo rifas, nos enviaron dinero, aparece dinero a diario”, añade Elbio y explica que “la ayuda tiene que ver con un momento judicial que estamos pasando. La obra social no quiere cubrir la rehabilitación y la estamos costeando nosotros porque no vamos a esperar, esto es ahora, es una cuestión lógica”.

En cuanto a cuál es la situación actual con la obra social, acota: “Hay un recurso de amparo, la Justicia ya les dijo que abonen, ellos apelaron y estamos esperando que la Justicia nuevamente les diga lo mismo o no. Es costoso porque es el traslado y las sesiones tanto de kinesiología como de fonoaudiología, y día a día aumenta”.

Para el hospital sólo hay palabras de elogio por el trato y el profesionalismo. “Todos los equipos son muy profesionales, todos dudan, ninguno te dice qué es, siempre se consultan”, comenta Andrea. Si bien el punto de partida es la rama de la oncología, Felipe también recibe atención desde endocrinología, cardiología, otorrinolaringología, neurología y hematología.

El tratamiento afecta a otras áreas que tienen que ir controlándose, hay cosas que no se afectan ahora, pero sí a futuro, es un seguimiento importante”, subraya.

LA CARTA. De puño y letra, “Feli” le escribió una carta a su ídolo, pero aún no se la ha podido hacer llegar.

El hospital, afirma: “Es una familia porque desde la gente de limpieza, los que nos llevaban la comida, los enfermeros, todos tienen una calidez humana impresionante, nos sacamos el sombrero porque en conjunto todos empujan para el mismo lado y te hacen sentir bien dentro de la situación en la que uno está“.

El destino y la gentileza también tuvieron su rol. En el vuelo del 11 de febrero se cruzaron a la familia Cabral, a la que ya conocían, y conversaron sobre los motivos del viaje.

“Después nos llamaron para saber cómo fue todo y nos preguntaron qué íbamos a hacer, le dijimos que íbamos a quedarnos. No dudaron y nos ofrecieron este departamento, a cuatro cuadras del hospital. Dijeron que querían ayudar. En principio me dio esa cosa porque era mucho y después no la dudé porque estábamos pensando en lo que venía y no sabíamos qué iba a pasar, en ese momento era el día a día, dijimos que sí y acá estamos”, recuerda Elbio.

En enero, Felipe continuará con la rehabilitación. “La rehabilitación es para la carita y el fortalecimiento en las piernas. Después, cada tres meses tenemos que volver para controles, una resonancia con los controles de los otros profesionales durante los primeros dos años y luego se van espaciando. En cada resonancia se ve cómo está en medula, cómo está el cerebro y cómo cicatriza la cirugía”.

Los primeros días de febrero, los Ramírez Rao estarán emprendiendo el regreso a Río Gallegos.

El mensaje del campeón del mundo saludando al “guerrero” de Santa Cruz resonó en los medios nacionales y recorrió el país.

“Gracias a La Opinión se viralizó esto y ‘Feli’ pudo cumplir su sueño. Gracias a Río Gallegos por el apoyo este año, es mucha gente, pero cada uno sabe su parte”, dice Andrea.

“Gracias a Belén y a Juan Reyna que se movieron, nos tuvieron paciencia, le tuvieron paciencia a Andrea, a quien le hicieron la nota. Saludos a la familia que siempre estuvo, tanto de Andrea como mía, a mi tía Claudia que está todos los días a full, es un apoyo incondicional siempre. Emocionado de este momento que le hizo vivir ‘Dibu’ a Felipe, por más momentos así y por más copas América y lo que venga“, suma Elbio.

Soñar no cuesta nada y Felipe sigue queriendo conocer al “Dibu” Martínez, a ese ídolo que le dio las fuerzas en cada quimioterapia.

Ian Grandón pregunta si le gustaría tener los guantes o la camiseta del campeón y Felipe vuelve a sorprender: “Quiero la camiseta firmada”. ¿La conseguirá?

Leé más notas de Belén Manquepi Gómez

Noticias relacionadas

La historia de “Feli”, el niño que superó la quimioterapia gracias al “Dibu” Martínez

La historia de “Feli”, el niño que superó la quimioterapia gracias al “Dibu” Martínez

Ver comentarios