Por Juan I. Martínez Dodda

La hidroponía es el cultivo sin suelo. Sí, sin un sustrato de tierra. Como su nombre lo indica (hydro, en griego, agua), ese sustrato es el agua, el medio en el cual se incorporan los nutrientes que la planta necesita.

Diez años de trabajo avalan la experiencia del INTA Santa Cruz en este sistema que, además, reduce riesgos productivos climáticos que afecten el desarrollo de los cultivos reemplazando la luz solar con lámparas que le dan la energía justa para expresar todo su potencial.

Lo más reciente es el desarrollo de un proyecto presentado por investigadores de la EEA del INTA Santa Cruz y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) aprobado en el marco de la convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. Producirán de frutas y verduras que puedan ser destinadas a abastecer la demanda de comedores comunitarios.

En Río Gallegos el proyecto lo encara la UNPA y el INTA.

Fue uno de los 147 proyectos seleccionados de todo el país (de un total de 450), y el único aprobado de Santa Cruz. Tiene un plazo de ejecución de un año y contempla una inversión de 16 millones de pesos.

Se espera que el módulo, emplazado en Río Gallegos, pueda abastecer hasta un 90% de las necesidades de verduras de los comedores comunitarios en la época de máxima producción (octubre a marzo), mientras que en la época invernal se espera que esta oferta llegue a cubrir el 60% de la demanda.

“También tenemos líneas de investigación en el laboratorio, pero a la ausencia de suelo le probamos qué sucede si no hay luz, es lo que se llama agricultura vertical o city farming, que básicamente tiene que ver con producir con luces artificiales”, contó a Santa Cruz Produce el investigador del INTA Santa Cruz y profesor de la UNPA, Jorge Birgi.

“Esto es importante porque hay conglomerados urbanos y pueblos, en donde se hace difícil, errático y/o costoso llevar productos frescos” y al mismo tiempo, “también es imposible producirlos, por el clima y por la baja radiación invernal”, explicó.

En Río Gallegos se producirán frutas y verduras para los comedores comunitarios

La utilización de luces ofrece una alternativa para lugares como Patagonia sur, en épocas donde hay poca luz o la luz solar tiene poca intensidad y no se podría producir independientemente de la temperatura, es decir, en un invernáculo con 20 grados, tampoco tendrías la luz suficiente”.

Módulo antártico

Este sistema sin tierra ni sol, se instaló en 2019 en la Antártida Argentina, cuando un equipo de investigadores del INTA Santa Cruz y de la UNPA, pusieron en marcha el Módulo Antártico de Producción Hidropónica para la Base Marambio. Permite que se cultiven vegetales de hoja verde durante todo el año, aún incluso en las condiciones ásperas del territorio antártico.

Se instaló el Módulo de Producción Hidropónica en Base Marambio.

La idea fue equipar con tecnología hidropónica un contenedor marítimo de seis metros de largo, con dos sectores de producción de tres niveles cada uno (seis niveles en total) y un sistema de monitoreo y relevamiento remoto de datos.

Producir verduras en la Antártida sin tierra ni sol

“La propuesta de producción de verduras en la Antártida es de suma importancia para quienes viven en la base debido a que resulta difícil acceder a este tipo de productos en forma regular”, explicó Birgi, que viajó, en su momento para armar el módulo. Rúcula, lechuga, perejil, albahaca y acelga, fueron los cultivos iniciales.

Luz artificial

En el INTA, están probando la reacción de los cultivos a tres tipos distintos de luz artificial. “Estamos probando una específica para cultivos de hoja, una luz de uso domiciliaria con led tipo reflector y una tercera que es la convencional usada comúnmente en el alumbrado público tipo SAP o sodio de alta presión, todas entregan la misma cantidad de luz pero no la misma calidad”, apuntó Birgi.

 

El investigador recordó que las plantas no aprovechan todo el espectro de luces o longitudes de onda que les provee el sol. A grandes rasgos, reflejan el color verde, y no lo aprovechan tanto. “Por eso, cuando armamos estos sistemas de luz artificial usamos rojo y azul, que son los más aprovechados”.

En una zona como Patagonia los cultivos que más se dan son acelga, lechuga, albahaca, rúcula y cale. Todos de hoja. “Al estar bajo cubierta, con nutrición controlada y agua no sufren los eventos de viento, de modo que se logra una planta más tierna”, explicó el investigador. También se hizo una prueba con frutillas “anduvo muy bien”.

En el laboratorio del INTA se analiza el uso de las luces en la hidroponia.

Beneficios hidropónicos

Para el profesional del INTA, los beneficios de este sistema destacó: la eficiencia en el uso del agua, la generación de empleo y una sanidad controlada. “En algunos lugares donde escasea el agua, por ejemplo algunas ciudades costeras como Caleta Olivia o Puerto Deseado, viene muy bien el cultivar en hidroponia porque es un sistema donde el uso del agua, que recircula, es muy eficiente”.

Donde falta, “el uso del agua, que recircula, es muy eficiente”

Al no haber suelo, hay menos labores pesadas, “lo que se traduce en menos horas hombre y, por ende, menos costos”. Sobre la sanidad, señaló que al ser en el agua, se reducen las posibilidades de plagas y enfermedades. “Muchas de las plagas hacen parte de su ciclo en el suelo” y si éste no está “el ciclo se corta”.

En el caso de las enfermedades, “muchas se instalan también en el suelo y son difíciles de erradicar” pero en la hidroponía, “se soluciona retirando los cultivos, limpiando y volviéndolos a colocar”, explicó.

Las pruebas para cultivar frutillas salieron “muy bien” dijo Birgi.

Desde lo comercial, Birgi ve dos nichos: Una posible producción de “vegetales premium”, de alta calidad, en zonas turísticas. Y el abastecimiento en lugares aislados, “donde la provisión de vegetales es errática porque no se puede llegar”. La contra es la inversión inicial. “Montar una estructura de invernadero hidropónico es más caro que en otras zonas, debido al clima frío”, contó Birgi.

Hay interés de productores de Pico Truncado, El Calafate, Los Antiguos y Río Gallegos

Hoy reciben consultas de productores pequeños y medianos Pico Truncado, también de El Calafate (aunque de mayor escala), de Los Antiguos y la propia Río Gallegos.

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