Tanto LU12 AM680, como La Opinión Austral tienen una identificación con Río Gallegos y toda Santa Cruz. En días donde la radio cumplió 83 años y el diario, 62, son constantes los recuerdos de los hombres y mujeres de la historia de ambos medios.

LU12. Carlos Kirchner; Alfonso Levati, Justo Lerena. Atrás Alfredo Vidal, Rody Rodríguez y Alberto Segovia.
Los que dejaron y dejan su huella, desde el gran emprendedor que fue su creador, Alberto Raúl Segovia, hasta cada uno de los integrantes desde los inicios a la actualidad. Recordarlos y que siempre estén vigentes, con la memoria intacta, es el compromiso del Grupo La Opinión Austral.
Y Mario Lerena es uno de ellos. Vivió momentos inolvidables tanto en el diario como en la radio.
El 6 de septiembre del año pasado, el mismo día que cumplía 77 años, Mario Lerena (hermano del inolvidable Justo Lerena), recorrió el edificio de La Opinión, en la calle Zapiola. Visitó la tradicional oficina de “Don Segovia”, miraba las fotos, los cuadros, los homenajes.

“El vendedor de diarios”, el óleo que cuelga en una de las paredes de La Opinión Austral.
Mientras caminaba, la radio encendida anunciaba que llegaba el momento del tango de Gardel, justo a las 12. Corrió -sí, corrió- varios metros hasta el aparato para acercarse a escuchar ese momento único que marcó a fuego la vida de miles y miles de personas. Se emocionó. “Era la hora de dejar el trabajo e ir a comer a casa”.
Hace unos días, Ángel Vargas, mientras lo entrevistaba en la mañana de LU12 AM680 le pidió que presente el tango de Gardel, que se sigue emitiendo todos los mediodías. Fue como el sueño del pibe. Y lo hizo. “Cuando yo llegué era todo un emblema sintonizar a las 12 el micro con un tango de Carlos Gardel. La ciudad se paralizaba completamente”.
Lerena llegó en 1965 a Río Gallegos desde Buenos Aires, donde trabajaba en la empresa Electromax.
En la capital provincial formó su familia, con el amor de su vida, su esposa Martita, y sus hijos Diego y Javier. Justo, su hermano, estaba a cargo de La Opinión.
“Venir a vivir a Río Gallegos ahora es más fácil. En aquella época, de verdad que nevaba hasta en pleno diciembre. El aeropuerto estaba en la Base Naval, donde ahora está la UNPA. En su momento era muy inhóspito”.

El primer taller de impresión de La Opinión.
Todos los recuerdos parecen ayer. “Empecé con la apertura de la programación de la radio, que se efectuaba de 9 a 24. Como primer paso, tuve la lectura de los titulares del diario. Un segmento que auspiciaba la ferretería Arco Iris, de Bienvenido Casal. Hacíamos varios micros informativos y un panorama a las 11. Minutos antes de las 12 iba otra síntesis y enseguida se escuchaba la voz de Carlos Gardel, todo un hito en la radiofonía”.
Como lo marca la historia, había herramientas clave para obtener la información. “Recurrimos a unas antiquísimas teletipos, también por onda corta a las emisoras más potentes de Buenos Aires, radios El Mundo y Belgrano. Teníamos que recopilar lo más importante. Era muy diferente a toda la tecnología de hoy”.
Lerena enumera con alegría lo que desarrollaba. “Hacíamos los micro informativos a cada hora y el panorama de las 11. Teníamos programas de deportes, cubrimos carreras de automóviles, peleas de boxeo que se hacían en el Hispano o en el Boxing”.

1962. “Rody” Rodríguez, Zuñiga, Justo Lerena y Manolo Rodríguez en la espectacular cobertura del Cerro Torre.
El diario salía de martes a domingo y él se transformó en un todo terreno. Todavía siente el olor a tinta y al plomo fundido que usaban en la linotipo. “Luchábamos contra los cortes de luz, y para el armado del diario me encantaba la ceremonia de calentar el plomo”.
Sus comienzos en la redacción y con grandes coberturas también lo marcaron, como cuando el presidente Arturo Illia inauguró el puente de Piedra Buena en 1966, meses antes de su derrocamiento.
“Lo cubrí para el diario y la radio. Hasta aparecí en la revista GENTE haciendo esa cobertura. Cuando vino Illia estuvo todo el pueblo”. O el hecho que paralizó a la provincia en 1974.
El gobernador Jorge Cepernic había desplazado al gerente y subgerente del Banco de la Provincia de Santa Cruz (como se llamaba antes) y los 200 empleados (él también era uno de ellos) salieron en defensa de sus jefes y paralizaron durante muchos días todas las operaciones, tanto institucionales como comerciales.
La Opinión fue esa voz que reflejó como nadie aquel conflicto. Cuando estuvo de visita en la redacción encontró una placa, a la que “acarició” suavemente, que le fue entregada al diario por su impresionante cobertura.

El equipo de LU12 y La Opinión, celebrando el primer aniversario del diario.
“No me olvido de Las 24 horas de Río Gallegos. También transmitimos un Gran Premio de la Patagonia que auspiciaba YPF. Vinieron tres categorías, con Carlos Pairetti, Carlos Reutemann y Néstor “El Nene” García Veiga, entre otros. Algunos fueron para El Calafate, otros para Río Turbio y Tierra del Fuego. Fuimos cabecera para Radio Mitre que mandó a Luis Elías Sojit. En otra ocasión también vino Bernardino Veiga. Colaboré con él, fue para un amistoso de Boxing con un equipo de Brasil. Era en la inauguración de la iluminación. Se jugaba en campos de juego de piedras, había que ser un malabarista. Y de lo que hicimos con “Misión Santa Cruz” desde el autódromo de Buenos Aires. Transmitimos para LU12 con Freddy Martínez. Participaban cuatro autos de la provincia. Todos prendidos a la radio”.
Y “prendidos” al papel. “Cuando el conflicto con Chile por el Lago del Desierto la gente hacía colas para comprar el diario del domingo”. Lo mismo pasaba cuando se publicaba la columna del “Diputado 25” y salían por LU12 Emilio García Pacheco con su hermano Justo.
Y otro desafío periodístico fue “la espectacular cobertura para La Opinión y LU12 con la misión al Cerro Torre en 1962 junto al fotógrafo Zúñiga, el ingeniero Álvarez, mi hermano Justo y Manolo Rodríguez”.
En LU12 y La Opinión se reflejaron las glorias del deporte que venían a Río Gallegos, desde Gregorio “Goyo” Peralta, Nicolino Locche y Carlos Monzón, entre otros. “Todas esas visitas fueron pasos que dejaron huellas en la historia. Sobre todo de la música popular, como Alberto Castillo. La gente se agolpaba en la puerta de la radio para verlo cantar”.

Visita de Mario Lerena al antiguo despacho de “Don Segovia”, en La Opinión Austral.
Para Lerena, merece un lugar especial por lo que significó Juan Hilarión Lenzi (escritor, historiador y primer director del diario), y su sorpresiva muerte en el portaaviones.
Y de “Don Alberto Segovia” replica una frase que usaba al descubrir nuevos periodistas o locutores: “Es de buena madera”.
Así, recuerda cuando compartieron con Carlos Kirchner, el padre del expresidente, una “velada” musical junto a Alberto Segovia. “Ellos eran muy amigos. Se conocían del trabajo en el correo. Nos acompañaron Alfonso Levati, Alfredo Vidal (conductor especializado en tango) y Rody Rodríguez.” En los encuentros en la redacción e imprenta, Kirchner iba con sus hijos Alicia y Néstor.
El golpe militar de 1976 dejó una marca imborrable. “Nos hacían pasar la marcha militar en ese momento. Fue terrible lo que viví. Son recuerdos que no se olvidan”. No sólo los hechos ocurrían en la AM680, lo mismo sucedía en el diario.

Celebrando el diario. La esposa de Segovia, corta la torta.
Fue testigo de las visitas que se sufrían en la redacción. “Mientras trabajábamos, enfrente teníamos personas armadas con fusiles, ahí en Alcorta”, donde antes funcionaba La Opinión con sus talleres gráficos, muy cerca de la Casa de Gobierno.
“Prácticamente nos encerraron en el edificio porque iban a tomarla”. ¡El temor que generó eso! Viví el desplazamiento de las tropas, acompañaba a mi hermano Justo con el cierre de edición. Querían verificar qué era lo que salía a la mañana siguiente. La muñeca de Don Alberto supo mantener incólume la conducta del diario”.
Como en todo medio de comunicación, el archivo es parte de su historia. “Me marcó mucho lo que pasó un aciago día en marzo de 1978: se quemaron todas las instalaciones de la radio, en Zapiola y San Martín. Se perdió un archivo fonográfico donde estaban grabadas las palabras de políticos, reportajes y programaciones. Todo eso fue irrecuperable. Pero tuve la contracara cuando se cumplieron los 30 años de LU12 y se pusieron en funcionamiento unos modernos equipos de 30 kw 30 con 30. La convirtió en la más potente de la Patagonia. Con rutas cerradas por los crudos inviernos, muchos oyentes estaban pendientes de la radio esperando el informativo de las 19:30 donde iban los mensajes para los hombres de campo. Eran todas vivencias heroicas para los que convivimos en este medio. Fui partícipe de cuando se empezaron a transmitir las ediciones de televisión. La radio era una tabla de salvación para vincularnos con el país y el mundo”.
Para Lerena, sigue intacto su amor por la radio y el diario. Y vuelve a recordar a Segovia. “Cuando me casé, Don Alberto nos prestó el salón de El Carrito, que estaba al lado de la planta de transmisión de LU12. Estaba muy cerca de sus empleados y no quería que les faltara nada”.
Además, destacó con orgullo que “fue un emblema del empresariado. Fue un ejemplo de laboriosidad. Supo conducir a los medios durante largas décadas. Fue un ejemplo de todo. Y tuvo muy buenos colaboradores. como el director, Alfonso Levati, Rafael “Rody” Rodríguez, mi hermano Justo. Una etapa brillante de la radio. Y las voces femeninas: Alicia Bahamonde, Susana Barroso, Vicky Maza, Stella Escudero, Mary Burgos. Y un homenaje especial para Cacho Mouesca, Freddy Martínez, Roberto Silvani, Julio César Nicolaides, Hugo Giménez Agüero (locutor y cantautor). Jalones que significaron mucho para la emisora”.
Mario Lerena, un profesional que no olvida, que recuerda y agradece. En su cuerpo laten, como desde el primer día, LU12 y La Opinión.
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