“Te matan cuando nos matan con precintos, te atan”, canta Sara Hebe en ACAB (All Cops Are Bastards). Se fueron. Golpeadas, violadas, descuartizadas, salieron del paisaje, no se las vio más.

 

 

Las mujeres se agrupan, se organizan, marchan y encuentran una y mil formas de manifestarse. A la violencia le responden con acción y también lo hacen desde el arte.

A fines del año pasado se conformó el colectivo de arte Cuerpas Ausentes y comenzó a muralear en nombre de las que ya no están. Sobre las paredes, marcaron siluetas en lugares cercanos adonde ellas respiraron por última vez.

 

En Río Gallegos se podía hallar cuatro murales: el de Elizabeth Shirley Adaro Davies, el de Marcela Chocobar, el de Antonella Jaimes y el de Romina Barría, se podía, porque uno de ellos fue borrado.

 

 

Hace cerca de un mes, en Maipú y Richieri, el mural de colores de asesinato de Elizabeth no estuvo más, como en 2008 dejó de verse con vida a la mujer de 27 años que fue asesinada por Lucas Guaymas.

 

 

Es que la campaña política arrasó y por delante se llevó el mural en homenaje a una víctima de femicidio. “No respetaron el mural de Elizabeth, lo blanquearon y estaban poniendo un cartel político, lo que hablamos con las chicas de Cuerpas, lo que sentimos, es que esta extracción de la expresión colectiva, esa actitud que lleva a buscar paredes a costa de lo que sea y que no es cualquier mural, no es una firma individual, es algo que se pensó en colectivo, está para sanar la memoria colectiva. Estamos haciendo un mapeo de distintas zonas donde pasaron estos femicidios, no es uno, es el mapeo que se estaba armando”, dice Silvana Torres a La Opinión Austral.

 

 

Cuando publicaron lo sucedido, Cuerpas tuvo acompañamiento, pero también reacciones opuestas. “Nos decían que si hacíamos arte callejero, teníamos que bancarnos esto, este pensamiento de justificar del accionar de los partidos políticos que no les importa indagar por qué se hizo”.

El mural original

¿Qué esperan?

“Cuerpas tiene esta acción crítica y política a través del arte, visibilizar a las cuerpas que no están, que nos arrancaron, lo que esperamos son políticas que permitan que no sucedan más, que nos protejan, eso lo verán los gobernantes, pero a medida que pasa el tiempo nos estamos dando cuenta que esto no se reduce, sino que se incrementa”, sostiene la muralista sobre lo que espera de quienes gobiernen los próximos cuatro años.

 

 

Desde Cuerpas Ausentes apuntan a “que haya políticas con perspectiva de género, que capaciten a las personas, que dejen de victimizarlas, que pongan en marcha refugios para mujeres que sufren violencia, que dejen de encubrir abusadores. ¡Que (el aborto) sea ley!”.

 

 

En Magallanes 400 está el mural de Marcela Chocobar, en Hernán Cortez y La Paz el de Antonella Jaimes y en el barrio San Benito, el de Romina Barría.

 

 

Silvana adelanta que “la intención es continuar, la próxima acción es volver a poner el mural de Elizabeth, estamos juntando donaciones para les que quieran participar de este colectivo independiente, puede hacerlo, puede colaborar con este mapeo de transfemicidio en Río Gallegos”.

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