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Por Juan I. Martínez Dodda

El Programa POA (Patagonia Región Improved Grazing Project) fue oficialmente validado y registrado por Verra, la principal certificadora de créditos de carbono a nivel mundial. “Este reconocimiento marca un hito en la región, permitiendo que el programa genere créditos de carbono verificables y escale su impacto en la regeneración de los pastizales patagónicos y la sustentabilidad de la ganadería”, explicaron en un comunicado.

“Esto significa, para muchos productores, un ingreso anual mayor que el que perciben por la lana y la carne sumadas, es decir que podemos duplicar el rendimiento económico del campo, es algo, sin dudas, histórico”, se explayó en exclusiva con Santa Cruz ProducePablo Borrelli, co-fundador de Ovis 21, y una de las tres patas que han hecho posible que “hacer las cosas bien y mejor tenga un rédito económico“.

De esta manera, el POA se convierte en el primer programa de carbono de la Patagonia, diseñado para revertir la desertificación y regenerar los suelos degradados a través de un enfoque de manejo holístico. ¿Qué es el manejo holístico? Es una metodología que combina períodos de pastoreo controlado con tiempos de descanso para que los pastizales se recuperen. De esta manera se frena la desertificación, se fortalece la biodiversidad y se aumenta la captura de carbono en los suelos.

¿Cómo funciona?

“Para entrar al programa, lo que tiene que poner el productor es su voluntad de cambiar”, dice, claro y conciso, Borrelli. “Enfocarse en resolver el principal problema que tiene la producción y al resolverlo se resuelven varios otros y se genera un negocio nuevo, lo único que requiere el POA de los productores es que ejecuten un plan de infraestructura para mejorar agua y alambrados, para poder realizar el manejo holístico”, indicó Borrelli.

El manejo holístico se aplica en Patagonia desde 2008, tenemos resultados medidos en más de 500.000 hectáreas, resultados muy coherentes en términos de cómo se recuperan los pastizales, se frena la erosión, se pasa mejor las sequías y se produce más pasto”.

Esto permite atacar de raíz algunos factores que fueron causa de la decadencia de la ganadería. “La primera causa es la desertificación, la pérdida de los campos que se ha ido dando por sobrepastoreo, si no hay pasto o hay menos se complica el negocio, el manejo holístico permite revertir esta situación”, dice.

Lo segundo es el deterioro del negocio ovino patagónico, según Borrelli, es la baja facturación por oveja: “Tenemos poco pasto y, encima, lo cosechamos con animales que producen poco“.

Financiamiento

“Hay un fondo de USD 17 millones que se va a invertir en la Patagonia para desarrollar este programa. Ya hay 21 productores que firmaron un contrato y 80 más en proceso de incorporación. El programa tiene un sistema de financiamiento con pre-venta de créditos, que sería como cuando se vende “lana sobre el lomo”, cosechas futuras. “Esos fondos anticipados se pueden usar para desarrollar agua y alambres“. El productor  recibe dólares de una venta futura de créditos de carbono, son entre 5 y 12 dólares por hectárea con un plazo de tres años de ejecución de obras.

Una vez que salda ese adelanto se transforma en “socio” de la venta de los créditos de carbono. “Lo cual significa para muchos un ingreso mayor anualmente que la lana y la carne sumadas, es decir que podemos duplicar el rendimiento económico del campo con esto”, dice Borelli.

Además el programa financia la asistencia técnica y los costos de los monitoreos. “Esos servicios están financiados por el programa y con un equipo técnico que sabe cómo ir marcando el camino a quienes están empezando, y les puedo asegurar que una vez que un productor vio los resultados no vuelve atrás”.

Un crédito de carbono equivale a una tonelada de dióxido de carbono que es retirada del aire y almacenada en el suelo en forma de materia orgánica. “Los créditos de carbono que nosotros producimos se comercializan en lo que se llama el mercado voluntario, que es donde las empresas que necesitan neutralizar su huella de carbono, compran créditos y productores, como los patagónicos que generan secuestro de carbono, lo pueden medir y certificar, los venden”, explicó Pablo Borelli.

“Si hoy los productores se definen por lo que venden, algunos dicen ´soy lanero´ o ´vendo carne´, ahora pueden decir también ´soy vendedor de créditos de carbono´, es un momento histórico, porque en la historia de la Patagonia, jamás hubo un programa de esta naturaleza, a pesar de que hubo programas para tratar de mejorar la desertificación y sacar de la decadencia a la ganadería ovina”.

 Con esta validación internacional, la Patagonia entra en una nueva etapa de liderazgo para revertir el cambio climático, mostrando que la ganadería regenerativa no sólo es posible, sino que también es una herramienta clave para la recuperación de los suelos y la sostenibilidad del sector productivo.

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