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Por Jorge Cicuttin
La Corte Suprema confirmó la noticia. La ex presidenta, titular del principal partido de oposición y pre candidata a diputada bonaerense terminó con una condena firme a seis años de prisión y la inhabilitación permanente para ejercer funciones públicas.
Y cambió todo en la política argentina. Un fallo que, más allá de las discusiones sobre su legitimidad, es una bisagra en el país y sus consecuencias políticas y sociales son impredecibles.
Javier Milei aseguró al llegar a la Casa Rosada que vino “a ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo”. ¿Este fallo lo es?
“Ya está. Cristina quedó afuera del juego político”, sentenciaron algunos desde el antiperonismo más extremo. Una sentencia arriesgada. Hoy Cristina quedó afuera de la contienda electoral, pero de ninguna manera de la política.
“Cuidado, despertaron al gigante que estaba dormido. Con este fallo se convirtió a una candidata por la tercera sección electoral provincial en un símbolo de la resistencia peronista”, advirtió un dirigente del peronismo más tradicional.
Los más optimistas dentro del peronismo recordaban el caso del actual presidente brasileño Lula Da Silva. Juzgado de manera irregular, llevado a la cárcel e imposibilitado de participar en las elecciones, volvió unos años después con más fuerza y derrotó en las urnas a Jair Bolsonaro.
No son dos casos exactamente iguales. Pero tienen algunos puntos en común.
¿Qué sigue en el plano legal? Por el momento, se anticipa que la ex presidenta se presente el miércoles en Comodoro Py acompañada por una multitud. Allí, se le informará oficialmente de su condición y podrá pasar a una dependencia carcelaria hasta que se defina si le otorgan la prisión domiciliaria. Está la fuerte posibilidad de que dispongan tenerla presa unas horas o unos días antes de resolver ese tema. La imagen de Cristina tras las rejas es la deseada y más buscada por el antikirchnerismo político y mediático.
Otra posibilidad es que de Comodoro Py regrese al departamento de la calle San José y cumpla con la prisión domiciliaria, con algunas restricciones como las de salir al balcón a tener contacto con los manifestantes que se agolpan día y noche frente a la puerta.
En las últimas horas trascendió que no se la citaría a Comodoro Py sino que se harán todos los trámites legales en su domicilio. De esa manera, se evitaría la gran movilización prevista.
Nada está dicho.
La ratificación de la condena provocó una situación muy particular en el Gobierno. Considerando la trascendencia del fallo, las manifestaciones públicas fueron extremadamente medidas, contenidas. Pareciera ser que en la Casa Rosada no tienen en claro aún si es una situación que les conviene o los perjudicará a la larga.
En este sentido, Guillermo Francos sorprendió al señalar públicamente: “El Gobierno no tiene una postura y si la tiene no la va a expresar porque es una decisión absolutamente judicial. Pedro yo personalmente creo que por muchas razones, correspondería que le otorguen el beneficio de la prisión domiciliaria. No sólo por el hecho de la edad, sino por el hecho de ser una expresidenta y por razones de seguridad, fundamentalmente”.
Algunos en el Gobierno piensan que con Cristina inhabilitada y detenida las movilizaciones y muestras de apoyo van a disminuir con los días, y todo volverá a la normalidad si la inflación sigue cayendo y las urnas le dan en octubre un fuerte triunfo a La Libertad Avanza. Será cuestión de manejar con inteligencia la situación en las próximas semanas.
En la otra vereda, el PJ ha intensificado las reuniones para coordinar los pasos a seguir. Bajar a la militancia el discurso de la proscripción y aglutinar al peronismo.
La bandera es la unidad. Gran desafío para un peronismo dividido y con disputas de liderazgos.
Guillermo Moreno, quien estuvo lejos y fue muy crítico de Cristina, Axel Kicillof y La Cámpora, dejó una muestra de lo que podría pasar. “Ya está -aseguró-, ahora todos unidos detrás de Cristina y obligados a pensar en cómo recuperar el gobierno”.
El senador Wado de Pedro, muy cercano a Cristina, dio algunas pautas de lo que piensa ese sector.
“Lo que han hecho es despertar esa fibra más sensible, que en el peronismo genera una épica. Nos vamos a organizar muchísimo mejor y vamos a enfrentar no solo las elecciones de 2025 y de 2027, sino también una fuerte campaña para que Cristina quede libre. Y, por supuesto, [para] el Gobierno que viene, la primera condición: Cristina libre”, afirmó de Pedro.
“Vamos a usar la palabra libertad al lado de la palabra Cristina. Ese concepto nos va a marcar una agenda de lucha electoral, de planificación a las elecciones de 2025 y de 2027”, aseguró.
“Todos los que estaban peleados, distraídos, los que se dedicaban más a las internas que a las cuestiones importantes, están todos ubicándose en que estamos ante un cambio de época y en que hay que defender al movimiento nacional, a Cristina… pelear para que salga libre y volver a organizarnos”, relató el dirigente.
Parece que todo cambió. En el oficialismo creen que es una situación pasajera y que el fuerte apoyo a Cristina se va a diluir con el paso de los días. En el peronismo piensan todo lo contrario: Cristina es bandera de lucha y de unidad.
Los próximos pasos del tribunal que decidirá la suerte de Cristina marcarán a fuego una semana difícil.
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