“¡Por fin!, ¡por fin! Por eso le decimos a la gente que hay que luchar” le dijo Roxana a Carolina, las madres que hace más de tres meses se animaron a presentar la denuncia penal contra el exconcejal Emilio Maldonado, cuando se fundieron en un abrazo, a metros de la Comisaría Sexta, olvidándose por un rato del distanciamiento social y de los peligros del coronavirus.

El ex edil vestía de entre casa cuando fue detenido. FOTO: JOSÉ SILVA

La detención de Maldonado, anhelo que las mamás tenían desde el 20 de junio, se materializó cerca de las siete de la tarde de este jueves, apenas cuatro horas después que Valeria López Lestón fuera ratificada por el Juzgado de Recursos como competente para la causa, tras una polémica medida de prueba presentada por el abogado defensor del ahora procesado con prisión preventiva.

Roxana y Carolina ya habían dicho “¡Basta!”. Cerca de las 10 de la mañana habían llegado a las inmediaciones del Juzgado de Instrucción N° 2 e instalaron una carpa. “Nos vamos a quedar acá hasta que lo metan preso”, dijo tajante Roxana en declaraciones a La Opinión Austral, en la que fue la primera transmisión del día por el caso. Las mujeres desconocían lo que vendría después.

FOTO: JOSÉ SILVA

Entre el martes y el miércoles habían llegado a manifestarse afuera de la casa que Emilio Maldonado compartía con su madre, y el miércoles, vecinos que las acompañan en su reclamo, llegaron a quemar cubiertas en las inmediaciones de la calle Albert Sabin.

No fue hasta las dos de la tarde de ayer cuando llegaron las primeras buenas nuevas para las madres: la jueza López Lestón seguiría al frente de la causa, luego de que Maldonado la recusara por negarse a aceptar que le hicieran una revisación médica a una de las nenas y que también rechazara avalar un careo entre el acusado y una de las mamás.

Con la instalación de una carpa afuera del Juzgado, las mujeres pedían que la Justicia avance. En determinado momento, López Lestón salió y habló con Roxana y Carolina, para brindarles calma. Les confirmó que iba a seguir al frente de la investigación y que tenía tiempo hasta el próximo lunes para resolver el pedido de detención que había hecho la abogada querellante Dhaysy Cantón.

FOTO: JOSÉ SILVA

El miércoles pasado, en el mismo lugar donde las madres acampaban ayer, un Maldonado aún impune había presentado un escrito en su indagatoria. En esa oportunidad, bien peinado, con una campera negra, le tocó salir del Juzgado siendo escoltado y protegido por la Policía, mientras era increpado por un grupo de familiares de las víctimas.

“Me hizo fuck you, me hizo fuck you”, dijo Roxana sobre el exconcejal, antes de rendirse y llorar en el portón de entrada del edificio, junto al cartel que reza “Emilio Maldonado, pedófilo”. La desazón era inconmensurable.

Los días pasaban y parecía que la situación, nuevamente y tras meses, se dilataba aún más. En el medio, una situación desgastante para Roxana y Carolina: el receso invernal, la Feria Judicial Extraordinaria, las medidas de pruebas invasivas y la violación de los derechos de las víctimas fueron obstáculos que las madres tuvieron que afrontar.

El caso conmocionó a Santa Cruz. Pero no fue hasta el domingo pasado que el intendente Pablo Grasso rompió el silencio y habló de las denuncias que pesaban sobre el expresidente del Concejo Deliberante. El jefe comunal eligió a Radio LU12 AM680 y se lamentó: “Lo que pasó con Emilio Maldonado me afectó mucho. Es algo que uno nunca espera de una persona que conoce de toda la vida. Ojalá que la Justicia actúe rápidamente para tranquilidad de las familias. Hicimos lo que teníamos que hacer” había dicho.

La detención

Seis y media de la tarde. Redacción. El periodista de policiales Juan Reyna grita ¡detuvieron a Maldonado!, de inmediato, José Silva y Martín Muñoz salieron a esperarlo en la Comisaria Sexta, donde trascendió que sería llevado el exconcejal.

Las madres de las nenas seguían afuera del Juzgado de la calle Juan B. Justo. Ellas se enteraron por un exhorto firmado por la propia López Lestón.

Tapa de La Opinión Austral el día después de conocerse la grave denuncia al concejal Maldonado.

El oficio llegó a la Comisaría Sexta, a cargo de Julio Álvarez que estaba con el director de la Regional Sur, Walter Trillard. La orden de detención fue ejecutada a los minutos y se realizó en la casa de Maldonado, en calle Albert Sabin.

El exconcejal estaba vestido de entrecasa. Un jogging, zapatillas deportivas Nike y un polar, todo negro, era el outfit con el que fue trasladado a la Seccional ubicada a unas cuatro cuadras de su vivienda. “No se resistió al arresto, se mantuvo todo el tiempo en silencio”, indicaron fuentes policiales consultadas por La Opinión Austral.

“Detuvieron a Emilio Maldonado” publicó de inmediato laopinionaustral.com.ar y estallaron las redes sociales. En el interior de la Comisaría, Maldonado era notificado sobre la resolución de la Justicia y el médico policial lo revisó.

“En cinco minutos sale”, avisó una fuente policial desde el interior de la Seccional sobre el pedido de los fotógrafos que buscaban captar el momento exacto en el que Maldonado salía y era llevado al Departamento Judicial de la Policía Provincial.

“Renolito” fue tapa de La Opinión Austral de este martes.

Faltaban minutos para las ocho de la noche. Un patrullero llegó a la entrada de la Comisaría y tres efectivos escoltaron a Maldonado, finalmente esposado.

El expresidente del Concejo Deliberante salió tapado con una campera fluorescente de la Policía Provincial. Sólo dijo una frase: “Soy inocente, soy inocen—“, oración que no terminó a completar o a escucharse porque un policía cerró la puerta del móvil que rápidamente se alejó del lugar.

FOTO: JOSÉ SILVA

 

La tranquilidad

“¿Ya está, ya se lo llevaron?” preguntó Roxana visiblemente agitada a La Opinión Austral. Tanto ella como Carolina llegaron a las inmediaciones del lugar apenas unos minutos después que el patrullero se llevara a Maldonado.

“Lo único que queremos es llegar a la casa y hablar con las nenas, llevarles tranquilidad, no vamos a pasar más frío, por eso le decimos a la gente que toda lucha vale la pena, que hay que denunciar, hay que romper las b… todos los días, para que se haga justicia” dijo Carolina, todavía desbordada de emoción.

Maldonado dijo que era inocente y Roxana sobre eso fue tajante: “Que diga lo que quiera, él sabe lo que hizo y seguro va a mantener esa postura hasta que se muera, pero sabe que ya no va a poder caminar por las calles de Río Gallegos tranquilo”, aseguró sobre la condena social que, desde antes, ya pesaba sobre el expresidente del Concejo Deliberante.

 

 

Roxana sí tuvo la oportunidad de darle la buena noticia a su familia. “Me fui corriendo del Juzgado a abrazar a mi nena, entré corriendo, mi mamá se asustó y le dije ya está preso, ella lo único que hizo fue llorar”, dijo con lágrimas en los ojos.

¿Y ahora?

Desde la Comisaría Sexta, Maldonado fue trasladado en segunda instancia al Departamento de Judiciales de la Policía, el edificio anexo a la Seccional Segunda, emplazado en la calle Zapiola, para ser identificado y que le hagan el famoso “pianito”, es decir el juego de fichas dactiloscópicas.

Asi salía Maldonado del juzgado el día de la indagatoria. Le hizo “fuck you” a la madres. FOTO: JOSÉ SILVA

Luego, por cuestiones de seguridad y espacio, fue llevado a la Comisaría Séptima, en la periferia de nuestra ciudad capital, donde quedó procesado con prisión preventiva, tal como era el pedido de las madres que, por fin en la noche de ayer, le pudieron explicar a sus hijas porqué su abusador por fin fue puesto tras las rejas.

Del otro lado de la historia la situación era diferente. Roxana y Carolina posaron frente a la Comisaría Sexta, con sus remeras que pedían justicia por sus hijas, para el fotógrafo de La Opinión Austral y nuevamente se fundieron en un abrazo. Además, agradecieron a este diario “por darnos difusión, de otra manera esto no podría haber sido posible, hay que recordar que al principio nos tildaron de locas, y hoy el tiempo y la Justicia nos dieron la razón”.

Las madres a metros del edificio del edificio de la calle San Juan B. Justo. FOTO: JOSÉ SILVA

 

El plan de la noche del jueves fue olvidarse un rato del coronavirus, dejar de estar con los dientes apretados como estuvieron estos tres meses, y compartir una comida. “Hoy nos toca a nosotras dormir tranquilas”, concluyeron casi al unísono.

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