Se trata del problemático muchacho de Caleta Olivia que, en horas de la madrugada de ayer, fue recapturado por la Policía tras escaparse de la Alcaidía. Una vida envuelta en robos, homicidios y episodios de inconductas en diferentes cárceles. Se presume que será trasladado a Pico Truncado.

*Por Martín Muñoz Quesada

Ayer por la mañana se conoció la recaptura de Fernando
Pozo, el chico caletense que, en horas de la noche del domingo, se escapó de la
Alcaidía de nuestra ciudad capital, pero ¿quién es el muchacho en cuestión?

La familia Pozo es una de las más problemáticas que tiene
Caleta Olivia. Ellos vivían en un peligroso barrio de la ciudad: el 17 de
Octubre, aunque antes residían en el Gregores.

Natalio, el padre de Fernando, se encuentra preso por un
delito similar por el que fue condenado su hijo: un homicidio perpetrado a
fines de febrero del 2013 y que tuvo como víctima a Walter Novello, un hombre
de 40 años.

En esa oportunidad, Natalio asesinó a Novello de un
disparo en el tórax mientras se hallaba en el exterior de su vivienda del
barrio 17 de Octubre. Por sus propios medios, Novello logró ingresar
arrastrándose al sector de la cocina, donde fue hallado aún con signos vitales
por un hermano que lo trasladó al Hospital Zonal donde murió minutos más tarde.

Fuentes judiciales consultadas por La Opinión Austral dieron cuenta de algunas de las causas que tiene
la familia, sobre las faltas de oportunidades y malas decisiones que ellos
tomaron.

Natalio nunca abandonó su vida delictiva hasta que
finalmente fue detenido por el crimen de Novello. Antes, ya le había enseñado a
fabricar armas tumberas a sus hijos Fernando y Nahuel, quienes aprendieron el
“oficio” familiar desde edad muy temprana.

Nahuel ya tiene 18 años, pero cuando todavía era menor de
edad le dio un tiro en una pierna a un hombre que no le había convidado un
cigarrillo, indicaron fuentes judiciales a este medio. Hace poco, además, se
vio involucrado en un hecho menor, pero con el fin de que comience a
“escarmentar”, quedó algunos días tras las rejas.

La
causa de Fernando

Los hijos de Natalio siempre se vieron involucrados en
hechos delictivos, pero muchos eran casos menores, hasta que llegó el cruento
homicidio de Pedro Velázquez, un hombre oriundo de Bolivia que fue ultimado de
dos disparos, cuando una banda integrada por Fernando Pozo irrumpió en su
vivienda haciéndose pasar por policías que realizaban un allanamiento.

El caso se remite a fines de 2015 y se registró en el
interior de una vivienda ubicada en la calle Julio Carpio 170. Allí, cuatro
encapuchados (entre los que se encontraba Fernando que además tenían puestas
camperas similares y con inscripciones de la fuerza policial provincial, sorprendieron
a la familia Velázquez.

En principio redujeron a dos jóvenes, una mujer y un
niño, y luego uno de los individuos se dirigió a un patio posterior donde sorprendió
al padre de familia. Tras mantener un duro forcejeo, el delincuente terminó
asestándole dos balazos en el abdomen a Pedro Velázquez, dejándolo malherido y
tendido en el suelo.

Días después, tras una serie de allanamientos realizados
en Caleta Olivia, se pudo dar con todos los implicados en el homicidio y fueron
puestos a disposición de la Justicia. Cabe remarcar que, en esa oportunidad,
Fernando fue entregado por su madre en la Seccional Tercera.

El juicio y la condena para el problemático muchacho y
sus consortes de causa llegó un tiempo más tarde: 17 años de prisión efectiva
para todos los involucrados. De igual manera, la sentencia no quedó firme ya
que su abogado apeló la resolución de la Cámara Oral N° 2.

El
beneficio perdido

En septiembre de 2017, Fernando ya tenía 23 años y
parecía haber mejorado sus actitudes, por lo que el Tribunal de Ejecución de
Sentencias ordenó que tenga beneficios como salidas transitorias y la semilibertad.

Todo parecía tranquilo hasta marzo del año siguiente
cuando, nuevamente, Fernando se vio involucrado en hechos delictivos, aunque
esta vez de “rebote”: la Justicia ordenó realizar unos allanamientos por causas
de diversos hechos de robo a viviendas, en el barrio 17 de Octubre, y la
Policía encontró a Fernando durmiendo en uno de esos domicilios.

En esa oportunidad, la Justicia ordenó que Pozo deje de
tener el beneficio de semilibertad y que, nuevamente, purgue su condena tras
las rejas en una dependencia presidiaria de la ciudad de El Gorosito.

Tras una serie de hechos de inconducta, finalmente el
Servicio Penitenciario Provincial ordenó que Pozo fuera trasladado a la
Alcaidía de Río Gallegos. Si bien se esperaba que su conducta mejorara, algunos
reos de la Zona Norte de Santa Cruz lo esperaban y no precisamente con los
brazos abiertos, por lo que los episodios de violencia se repitieron en nuestra
ciudad capital.

La
fuga

En la noche del domingo, Fernando tomó una decisión:
escaparse de la Alcaidía aprovechando un descuido de los efectivos
penitenciarios, cuando los agentes salieron por un momento.

Aparentemente, Pozo trepó por una de las paredes y salió
del establecimiento. De manera inmediata se dio aviso a todas las comisarías y
las unidades operativas de los accesos a Río Gallegos.

No fue hasta entrada la madrugada cuando el personal del
SPP lo encontró a bordo de un taxi en la periferia de la ciudad. Controlando
rodados, los agentes dieron cuenta de un auto de alquiler que marcaba 280 pesos
en su contador, situación que les llamó la atención.

Como pasajero viajaba Fernando que, encapuchado y
tratando de hacerse el dormido, esquivaba la vista de los agentes, pero fue
identificado, reducido y esposado, dándole fin a su periplo evasor. Ahora se
presume que será trasladado a Pico Truncado y se inició una investigación en
busca de responsables.

SPP:
Un año, cuatro escapes

Con la fuga de Pozo, ya son cuatro los detenidos que se
escaparon de unidades de detención de Río Gallegos en el último tiempo y que,
afortunadamente, fueron puestos tras las rejas nuevamente.

A mediados de enero, Hernán Zeballos, un hombre detenido
por tentativa de homicidio, había sido alojado en la sala de estudio, donde
rompió la tabla de una puerta para huir. El fue encontrado escondido en la casa
de su padre.

Ya en marzo, Rodrigo Leonardo Fernández y
Franco Das Neves Pereyra pergeñaron un plan y escaparon del Anexo 5 del
Servicio Penitenciario Provincial, utilizando una rudimentaria escalera. Fueron
apresados dos días después cuando estaban en una casa ubicada en la calle
Cortázar al 2300.

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