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Un incendio con consecuencias que podrían haber sido fatales sacudió a Río Gallegos durante el fin de semana. Una familia perdió todas sus pertenencias cuando las llamas se apoderaron del colectivo en el que residían, en un episodio que se registró en la periferia de la capital de Santa Cruz.

Se trata de la familia Mazuy, que se encontraba por ir a descansar en la madrugada del sábado cuando el fuego comenzó a raíz del derrame de un poco de combustible que cayó de una salamandra. Por fortuna o cuestiones del destino, nadie falleció en el lugar, pero actualmente el padre de la familia y un niño de cinco años se encuentran internados recuperándose de sus heridas.

 Glenda junto a Rosita, la familiar que, por estos días, le da cobijo en su morada a los afectados. (FOTO: JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL) Glenda junto a Rosita, la familiar que, por estos días, le da cobijo en su morada a los afectados. (FOTO: JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL)
Glenda junto a Rosita, la familiar que, por estos días, le da cobijo en su morada a los afectados. (FOTO: JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL)

En la jornada del domingo, Glenda Mazuy —la madre de la familia— abrió las puertas de la casa de una familiar, donde se están quedando por el momento tras el siniestro, y adelantó a La Opinión Austral que el traslado de su hijo al Hospital Garrahan de Buenos Aires era inminente. “Gracias a Dios el tema administrativo se pudo resolver enseguida”, contó la vecina, que hasta se había quedado sin documentación personal, ya que el fuego también la redujo a cenizas. “Yo sabía que si algún día nos pasaba algo, tenía que sacar ese bolso donde estaban todos los papeles”, lamentó la mujer, quien todavía tiene ambas manos vendadas por las secuelas del incendio.

El estado en el que quedó el colectivo devenido en casilla. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Con el pasar de las horas, La Opinión Austral pudo saber que, en la mañana de este lunes, Glenda y Giovanni —el menor que sufrió quemaduras graves en ambas piernas, su carita y manos— llegaron a Buenos Aires para comenzar el tratamiento. “Ya me habían dicho que va a tardar mucho tiempo”, había comentado la mujer a este diario el domingo.

Antes de ser derivado a Buenos Aires, Giovanni -estando sedado- habló con las enfermeras y les contó que tenía un “gatito”.

“Él está bien, aunque está sedado. Me dijeron que puedo hablar con las enfermeras, que está bien. Que les habló de que tenía un ‘gatito’ y que vivía con nosotros en el colectivo“, expresó Glenda sobre el estado de salud de Giovanni antes del traslado hacia Buenos Aires.

Mientras tanto, el resto de la familia permanece en Río Gallegos. Ellos están en la casa de una familiar momentáneamente, a la espera de la respuesta de alguna autoridad que les brinde ayuda para poder mudarse.

El potencial traslado

Juan y Tobías son los hermanos mayores que se quedaron a cargo de los más chicos y de seguir el estado de salud de su padre, quien está en coma farmacológico en el Hospital Regional. En la tarde de este lunes, en el centro asistencial, Tobías comentó que su padre continúa en ese estado para que “no sienta dolor”, y adelantó que solicitará que, en la medida de lo posible, cuando su estado de salud mejore, sea trasladado a un centro de mayor complejidad: el Hospital del Quemado en Buenos Aires.

Donaciones

Algunas de las donaciones acopiadas en la casa de la familiar de los Mazuy. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

La familia perdió todo. Incluso, en la entrevista que Glenda brindó a La Opinión Austral, comentó que la ropa que tenía puesta era donada. La respuesta de la comunidad fue más que positiva. Tobías agradeció a la gente que, hasta el momento, ha dado su granito de arena donando al alias mzuy1818, llamando al 2966-76-5982 (Rosa) o acercando donaciones a Antonio Berni 2340, en el corazón del barrio Evita, lugar donde se están quedando por el momento.

El pedido de colaboración sigue activo ya que la familia desconoce cuanto tiempo estarán Glenda y Giovanni derivados.

Cabe remarcar que, por ahora, el destino del dinero tiene como prioridad los gastos del traslado y estadía de Glenda y Giovanni en Buenos Aires, mientras que las donaciones de prendas de vestir son para todo el grupo familiar. “Estoy sorprendido. Nos conocen por todos lados por ayudar y ser ayudados”, comentó el hijo de Glenda sobre la respuesta de la sociedad que los apoya en este difícil momento.

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