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Río Gallegos no sale de la conmoción. En el fin de semana, un hombre le arrebató la vida a un amigo a puñaladas en su vivienda.

“Todos los que lo conocimos, sabíamos que era posible que termine provocando una tragedia” fue el comentario en las redes sociales que más se replicó en las últimas horas, en relación a Fernando Muñoz, el acusado de un aberrante crimen que tiene como víctima Óscar Lancucheo, un trabajador del Hospital Regional.

Todo se remonta a la noche del viernes. Muñoz llegó a la casa de Lancucheo, emplazada en la calle Jofré de Loaiza al 700 para compartir unas bebidas alcohólicas. “Óscarcito siempre hablaba de su amigo Fernando, que le traía escabio y tomaban unas birras” recordó ayer un familiar de la víctima.

Es que la relación entre víctima y victimario databa de hace años. Nadie pensaba que podría pasar lo que terminó ocurriendo el sábado. Solamente Muñoz sabe como ocurrió la mecánica del hecho pero lo cierto es que Óscar apareció muerto en su habitación, con varios puntazos en la zona del cuello, sin indicios de haberse defendido.

Creemos que se aprovechó que él estaba en estado de ebriedad” hipotetizan por estas horas los seres queridos de la víctima que todavía están en estado de shock. Luego del ataque, Muñoz fue hasta la casa de su ex pareja y le confesó lo que había hecho: “Gorda, me mandé una c… me voy a matar”, luego iría hasta la costanera donde sería atrapado por la Policía cuando estaba comiendo un sándwich.

Una cosa es ser un loco y la otra hacerse el loco” indicó una alta fuente judicial consultada por este diario. La frase es en relación a lo inhumano de la actitud de Muñoz tras el hecho pero que sí estuvo consciente para ir hasta la casa de su ex pareja, contar lo que había pasado y hasta comprar comida.

Muñoz iba a ser indagado en la mañana del lunes pero fue trasladado al Centro de Salud Mental donde profesionales del lugar lo evaluaron y determinaron que era capaz de afrontar el proceso judicial en su contra, sabiendo que se ubicaba en tiempo y espacio.

Fuentes consultadas por este diario indicaron que, tras la evaluación, fue llevado a las instalaciones del Juzgado de Instrucción N°1, a cargo de Marcela Quintana donde finalmente fue indagado por el crimen de su crimen. Si bien se supo que declaró, no trascendió si confesó fehacientemente el crimen.

Luego de eso, fue llevado nuevamente a la Comisaría Segunda donde aguardará por novedades de la causa en su contra. Comenzaron a correr los plazos que tiene el juzgado para determinar si lo procesa o no, y en orden a que delito.

Por su lado, los seres queridos de la víctima pidieron justicia por su ser querido: “¿En medio de todo este dolor hay que salir a pedir justicia? El asesino está con abogado y familia armando todo para defenderse. El tipo que entro a la habitación con un cuchillo que trajo de su casa,  cuando Óscar se encontraba en un estado de indefensión total lo atacó por la espalda. Un servicio de salud nefasto sumada a una familia irresponsable producen esto”, indicaron

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