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Los pingüinos de Magallanes son una de las especies más emblemáticas de la Patagonia argentina, donde cada año llegan miles de ejemplares para reproducirse y criar a sus crías. Sin embargo, esta maravilla natural se ve amenazada por la actividad humana, que pone en riesgo su supervivencia.
Un triste ejemplo de esto ocurrió en los últimos días en Santa Cruz, donde se encontraron 138 pingüinos muertos en el Parque Interjurisdiccional Marino Makenke, un área protegida cercana a Puerto San Julián. La causa de la muerte fue la captura accidental por una red de pesca de tipo trasmallo, que estaba ilegalmente instalada en el lugar.
Según informaron las autoridades, se trata de la mayor mortandad de pingüinos registrada en la zona, que generó una gran conmoción entre los habitantes y los defensores de la fauna. Las imágenes de los animales sin vida se difundieron por las redes sociales, generando indignación y reclamos de justicia.


El Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz radicó la denuncia correspondiente en la Secretaría de Pesca Provincial, entregando como prueba las redes incautadas que extrajeron del agua en conjunto con personal de Parques Nacionales. Además, se inició una investigación para dar con los responsables de este hecho, que viola la ley de conservación de la biodiversidad.
La directora general de Fauna del Consejo Agrario, Amanda Manero, expresó su preocupación por el impacto que este tipo de pesca tiene sobre las especies marinas, especialmente las que se encuentran en situación vulnerable. “No tenemos muchos lugares donde la gente pueda poner redes y está prohibido instalarlas en esa área protegida“, dijo en diálogo con TN.
Manero explicó que los pingüinos de Magallanes hacen sus nidos en las islas Cormorán e Isla de la Justicia, que están en la bahía de San Julián, y nadan por la zona buscando alimentos. Al encontrarse con las redes, quedan atrapados y mueren ahogados al no poder volver a la superficie. “Es una pena porque se están criando y hay muchos pichones que se quedan huérfanos“, lamentó.
La funcionaria también advirtió que este tipo de pesca puede afectar a otras especies que sí están en peligro de extinción, como la tonina overa, conocido también como delfín pío, que es monumento natural provincial. “Es una actividad que no distingue ejemplares y captura todo a su paso. Los pescadores infringen la ley y se van, como pasó en este caso“, denunció.
Los pingüinos de Magallanes son una de las principales atracciones turísticas de la Patagonia, donde se pueden observar en su hábitat natural. Según los datos del censo realizado en 2022, hay más de 1,5 millones de ejemplares en la provincia de Santa Cruz, lo que representa un aumento respecto a años anteriores. Sin embargo, esta población se ve amenazada por diversos factores, como el cambio climático, la contaminación, el turismo irresponsable y la pesca ilegal.
Desde las organizaciones ambientalistas, se pidió mayor control y sanción para los infractores, así como también mayor conciencia y respeto por la vida silvestre. “Los pingüinos son parte de nuestro patrimonio natural y cultural, y tenemos que cuidarlos y protegerlos. No podemos permitir que sigan muriendo por la codicia y la irresponsabilidad de algunos“, manifestaron.
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