El colectivo Familias víctimas y sobrevivientes de femicidios y desapariciones del país argentino elaboraron un informe sobre violencia femicida y lo presentaron junto a el Observatorio Lucía Pérez. También se lo acercaron a presidencia, funcionarias y funcionarios de la nueva administración y a representantes parlamentarios, a quienes les transmitieron la exigencia de acciones concretas, ya que consideran que este tema es “urgente y necesario“.

En la introducción del informe, se destaca que no se trata de cifras, sino de vidas que incluyen las de sus hijas. Se trata de un escrito con datos elaborados especialmente y concentrados en lo que fue la última década, desde el año 2016 hasta la actualidad. Asimismo, las familias solicitaron que la información sobre femicidios y travesticidios “sea analizada con respeto y sensibilidad social”.

“Son diez años que involucran tres administraciones diferentes del Estado y que marcan un ritmo que nos preocupa, ocupa y que queremos parar”, dice en el PDF al que tuvo acceso el diario La Opinión Zona Norte. “Compartimos este informe con la esperanza de ser escuchadas y la convicción de no detenernos hasta lograr justicia para todas las familias y una vida sin violencia para toda la Argentina”.

Los datos compartidos son devastadores. En el año 2016 hubo 281 muertes de mujeres que tuvieron una suba del 2% para el 2017 con 284 femicidios; en el 2018, la cifra disminuyó en un 2% con 229 y para el 2019 incrementó en un 10% con 253 muertes (hubo 24 casos más). “Si observamos esta última década, podemos notas un genocidio por goteo que después avanza a un ritmo contante con la pandemia y, desde entonces, no para de incrementarse”, escribieron.

Luego, a fines del año 2019 y principios del 2020, Argentina se unió al mundo en la alerta por la pandemia de Covid-19. Este virus le arrebató la vida a muchas personas por razones médicas, pero la violencia femicida no se tomó descanso y los casos de dispararon en un 20% con 315 muertes. En el 2021 hubo 327 con un 4%; en el 2022 336 con un 3%; en el 2023 se repitió el porcentaje con 343 asesinatos; y desde el primero de enero al 2 de marzo del 2023 hubo 65 casos. Es decir que Argentina fue escenario de 2433 muertes violentas de mujeres.

Desde la organización de familiares destacaron la clasificación de los datos en los meses del año, que dejan en claro que el ritmo es contante en los meses de diciembre, enero y febrero, algo que quiere decir que es en esos momentos donde debería dirigirse todos los esfuerzos de prevención y contención. Enero es el mes donde se dieron más muertes con un 10,5%; febrero con otro 10,4%; diciembre con un 10,2%; octubre que tuvo un 8,8%; marzo con 8,6%; abril con 8,4%; noviembre con 7,7%; julio con 7,7%; agosto con 7,5%; mayo con 7%; septiembre que tuvo un 6,8%; y junio con 6,5%.

También elaboraron cifras desalentadoras que tiene que ver con las infancias que quedaron huérfanas tras los femicidios. “Uno de los principales reclamos de nuestras familias es para que el Estado cumpla con su deber de proteger a las infancias huérfanas por la violencia femicida. Lo dijimos hace cuatro años y lo repetimos ahora: la ley Brisa está mal reglamentada“, lamentaron en el informe.

La mencionada ley trata de una reparación económica para niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia y reconoce el derecho a cobrar una suma mensual y a tener cobertura de salud, pero las familias reclamaron que “la asistencia llega tarde y el trámite lleva años. En el peor momento, el de más sufrimiento, estas infancias no tienen nada. Y esa nada es un derecho incumplido por el Estado”.

En el año 2020, 216 niñas, niños y adolescentes quedaron huérfanas por la muerte de sus madres; en el 2021 fueron 374; en el 2022 391; en el 2023 414, con un incremento de 23 infancias a comparación del año anterior; mientras que desde el primero de enero hasta el 2 de marzo existieron 43 niñas, niños y adolescentes que quedaron huérfanos en el país de Argentina. El total, en los últimos cuatro años, 1438 infancias se quedaron sin sus mamás.

Por otro lado, el informe da a conocer el análisis de las localidades en las que ocurrieron los crímenes. “Pedimos comprender las tramas que los impulsan y concentrar en esas zonas programas piloto de shock de prevención, contención y reparación, involucrando a todas las fuerzas sociales locales que permitirían comprobar la efectividad de las políticas en acciones concretas, para corregirlas, mejorarlas y expandirlas”. La provincia que se convirtió en el escenario principal de los femicidios es Buenos Aires y le siguen Córdoba, Mendoza, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe.

Las familias hicieron hincapié en lo que necesitan para comenzar a parar con la violencia femicida en el país. “Lo que necesitamos es juntar más fuerza para lograr políticas públicas que sean de prevención, contención y reparación. Solo así vamos a detener la máquina femicida que se alimenta de la desigualdad, la cultura del odio y la explotación de los cuerpos, por nombrar solo tres de los factores que se están propagando desde las más altas instancias del poder”, agregaron.

Finalmente, las familias víctimas y sobrevivientes de femicidios y desapariciones en Argentina, se refirieron a los “fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y nuestra paz social” que, según indicaron, serían “el narcotráfico” y “otros temas de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy, como hambre, desocupación, destrucción de la educación y de la salud pública”.

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