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En una columna anterior, nos preguntábamos ¿cómo sigue?. Desde el Gobierno dan una respuesta contundente: “Hemos solucionado los problemas económicos que la política ignoró o usufructuó por más de 100 años. Los próximos serán los mejores años que a cualquier generación actual le haya tocado vivir. Seremos un ejemplo de país”, escribió el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo.

El triunfalismo oficial después de sortear lo que a principios de abril se mostraba como una escalada inflacionaria y una crisis de reservas, se entiende por la “lluvia de dólares” que llegó por el generoso préstamo del Fondo Monetario -sumado a otros organismos internacionales-, por el control que se ha mostrado sobre el billete verde y una presión pública y privada sobre los formadores de precios para frenar las subas previstas.

Y, por supuesto, en un clima electoral en el que la ayuda que llegó del Norte permitiría llegar a los comicios con las variables financieras bajo control.

Todo es optimismo en la Casa Rosada.

Ahora sobran los dólares en el Banco Central. Hay verdes para todos. Por eso se anunció la liberación del cepo para las personas físicas. Pero no hay desesperación por comprar dólares. Y renació el negocio del carry trade. El mundo de las finanzas celebra lo que quienes advierten sobre los peligros de este plan llaman sin problemas el regreso de “la bicicleta financiera”.

Un plan que en la Argentina ha terminado mal. Desde el Gobierno aseguran que esta vez será diferente. Se han tomado otras medidas, como el fuerte ajuste fiscal y la no emisión, que asegurará un final distinto.

El presidente Javier Milei aseguró públicamente que su propósito es que el tipo de cambio baje al límite inferior de la banda, es decir 1.000 pesos. De allí que la inflación se domará para siempre después de la suba que se prevé en abril y mayo.

¿Y cómo sigue, en cuanto a proyecto de país? La decisión de mantener el dólar lo más planchado posible, acentuará el atraso cambiario que venía trabando a la economía argentina, según advierten muchos economistas independientes.

Si el dólar arriba de la banda superior, esos 1.400 pesos, es un efecto negativo para la economía. El dólar planchado en la banda inferior también lo es.

El atraso cambiario, advierten, convierte al país en un país caro respecto de los vecinos y de otros países del mundo. La apertura de la economía y la lluvia de productos importados para frenar la suba de precios y “castigar” a los empresarios locales que no se animan a competir, crea desempleo y cierre de empresas, ya complicadas por el atraso. El campo y la industria se ven afectados.

“Liquiden ahora porque a fin de junio vuelven las retenciones”, amenazó Milei a los productores y exportadores de productos agropecuarios. ¿Funcionará esta amenaza? La baja en el precio internacional de la soja y el dólar en la banda de los 1.100 pesos hace el negocio menos rentable que en la época del llamado dólar blend.

Si la Argentina ya estaba cara en dólares, con este plan se fue a las nubes. Se marcha a un récord histórico y la historia reciente -y no tanto-, demuestra que el país así no funciona y más bien puede entrar en crisis.

Es el viejo plan que consiste en reprimir la inflación a través de un tipo de cambio bajo donde el Estado ofrece tasas de interés altas, todo esto trae un daño tremendo a la economía real.

“Habrá más tours de compra y turismo al exterior, mientras el receptivo baja a niveles mínimos”, advierten en el sector.

Los industriales anticipan que a este ritmo muchas empresas deberán cerrar.

Claro que desde el Gobierno piensan lo contrario. Celebran que el escrache en redes sociales a las empresas de alimentos y de higiene y limpieza que intentaron subir precios después de la modificación de régimen cambiario, sirvió para que frenaran los incrementos anunciados.

“La inflación de abril será alta, pero menos que la esperada”, sostienen en Economía.

Los próximos meses serán todo un desafío. Se deberá cumplir con las metas comprometidas con el FMI (acumular 4,8 mil millones de dólares hasta junio), y evitar que la suba de las tasas de interés frene el nivel de actividad más allá de lo aconsejable.

El Gobierno dice que esta vez será diferente a lo ya conocido. Les sobra optimismo y, por ahora, dólares en el Banco Central. ¿Será así?

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