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“Desde que salimos hasta que llegamos, el viaje nos descolocó completamente”, manifestó el chelista Santiago Contreras (20) sobre el viaje de 30 horas que la Orquesta Sinfónica Juvenil “José de San Martín” hizo a Japón.

El 30 de agosto, en el auditorio mayor del National Olympic Memorial Youth Center de Tokio, tuvo lugar el primer concierto, que se extendió durante dos horas.

“Como obra principal tocamos la ‘Obertura Festival académico’ de Brahms, también ‘Inti Raymi’ del compositor argentino Esteban Benzecry, ‘Milonga del Ángel’ de Piazzolla, ‘Milonga para Hermeto’ de ‘Quique’ Sinesi y ‘Miguelanchelo 70 de Piazzolla”, detalló a La Opinión Austral.

La Orquesta Sinfónica Juvenil en el National Olympic Memorial Youth Center en Tokio.

Hasta el intervalo, la orquesta no tenía certeza de cómo le estaba yendo. “No era muy común para nosotros la formalidad, no sabíamos si estaba gustando”.

En la segunda mitad, el repertorio incluyó “Sinfonía Nº 5” de Tchaikovsky y “Libertango” de Piazzolla.

“Al final de ‘Libertango’, para cerrar, nos paramos, no notabas las caras de la gente. Me acuerdo haber visto una nena, que estaba con el padre y el hermanito sentado, que cuando nos levantamos quedó maravillada mirándonos fijamente, el padre estaba contentísimo sonriendo y aplaudiendo. Lo que nos dio a entender que fuimos muy queridos fue que el público, ni bien terminó la música, se paró y hubo 10 minutos de aplausos y la gente pedía otra“, recordó.

“Pidieron el bis y cuando lo hicimos, se mantuvieron aplaudiendo, levantados y aunque no haya sido una reacción que en Argentina sea destacable, en Japón fue bastante lindo, sabiendo que la gente es muy disciplinada”, señaló.

La entrada a ese primer concierto la pasé mal“, reveló. Es que el riogalleguense olvidó su traje en el placar el segundo día de estadía y se dio cuenta que no lo tenía horas antes del primer concierto.

El concierto en Kioto fue suspendido por el tifón que azotó el sur de Japón.

Usé ropa prestada, un pantalón y una camisa de un amigo, los zapatos los tenía bien y una camisa negra. Aunque el traje es saco negro y camisa blanca y corbata”.

Más allá de esas horas previas que quedaron como anécdota, afirmó: “En el concierto lo pasé excelente. Toda la orquesta se unificó muchísimo, nos ayudó tanto tiempo de convivencia, nos ayudó a la música y a haber dado el mejor concierto que dimos en todo el añoLas emociones de todas las obras se vivieron a flor de piel“.

El 31 de agosto, en otro auditorio, la orquesta ofreció el concierto para público infantil, que incluyó las obras “Obertura para una comedia infantil” de Luis Gianneo y “Pedro y el Lobo” de Prokofiev.

“Ya estaba un poco más tranquilo, no había conseguido mi traje, pero tenía la camisa blanca, había conseguido un saco y toqué como debería haber tocado en el concierto principal”, contó riendo.

Los chelistas junto a Ayako Tanaka, organizadora de la gira; Mario Benzecry, director de la orquesta, y Pablo Boggiano, padrino de la gira y director invitado.

Si bien estaba previsto un tercer concierto, un tifón azotó el sur de Japón y la fecha en Kioto se suspendió.

“Fueron dos semanas que parecieron tres meses”, expresó, quien desde febrero, tras audicionar, integra la orquesta.

Contreras disfruta su momento, pero no se olvida que hay muchos que podrían vivir experiencias similares. “Me gusta siempre volver a mi orquesta de Santa Cruz, gracias a todas las posibilidades que me dio la Orquesta del Barrio, al llevar profesores, hacer talleres; por mi lado, también hice cursos en Chile y vine un par de veces a Buenos Aires. Es muy importante contar con personas y cursos que te capaciten para poder seguir avanzando“, señaló.

“Desde febrero estoy viviendo algo que para mí es un sueño. No conocía la realidad orquestal, anhelaba poder trabajar en una orquesta, nunca me imaginé que iba a ser tan fácil tocar en una orquesta y tan difícil decir ‘trabajo en una orquesta’ porque no se siente un trabajo, es algo tan llevadero. ‘Me voy al ensayo’, así como decía cuando estaba en Santa Cruz y ahora es pensar en la Sinfónica Juvenil Nacional, es algo que todavía no me entra en la cabeza, sigue siendo un sueño. El viaje fue demasiado, la frutilla del pastel. El próximo año intentaré seguir en la sinfónica”, cerró.

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