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Los hermanos Kevin Adrián Quiroga, de 18 y 24 años de edad, continúan detenidos en una dependencia policial de la localidad de Caleta Olivia por haber estado involucrados en un robo violento del 28 de diciembre de 2024 y por el segundo tiroteo que ocurrió el 8 de enero de 2025 en el barrio 2 de Abril. En el último hecho estuvo implicado solamente el menor de los hermanos, junto a Sergio Ramos de 48, quien igualmente se encuentra privado de su libertad.

Los efectivos de la División de Investigaciones (DDI) encontraron a los dos hermanos, que cuentan con un amplio prontuario de antecedentes, en Puerto Deseado. Los operativos fueron supervisados por el comisario mayor Pablo Méndez, jefe del Departamento de Investigación del Delito Organizado Norte y el ministro de Seguridad Pedro Pródomos. Aun resta dar con el paradero de otros dos hermanos de apellido Díaz que también habrían estado involucrados en los hechos investigados.

En menor de los hermanos fue detenido a mediados de enero tras haber sido visto pegándole piñas y patadas a un joven llamado Diego Oyarzún, que estuvo internado en terapia intensiva del Hospital Zonal “Padre Tardivo” y ya fue dado de alta médica, mientras su cómplice, Sergio Ramos (48), que igualmente esta privado de su libertad, efectuaba disparos con un arma de fuego. El hecho ocurrió el 8 de enero del corriente año.

Por otro lado, el mayor de los hermanos fue detenido a fines de enero en la ciudad portuaria por ser sospechoso de haber liderado una violenta entradera y robo en una vivienda de la localidad de Caleta Olivia, que ocurrió el 28 de diciembre del año pasado. El malviviente había sustraído elementos de valor de una propiedad ubicada en la avenida Tierra del Fuego y había viajado para esconderse.

Kevin también fue parte de la banda de cuatro hombres que entró a robar. Abigail Sáez, la víctima de la situación, le comentó a lo medios locales que los hombres irrumpieron en su vivienda y, mientras uno de ellos le apuntaba con un arma de fuego, los otros verificaban las instalaciones. Robar elementos de valor no era lo primordial, ya que los delincuentes pedían droga. “Dame la droga, la droga, callate y dame la droga“, le dijo uno de ellos a la joven.

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