A mediados de julio del 2019 un cruento hecho de sangre conmocionó al corazón de Santa Cruz, cuando se supo que un pionero de la provincia fue asesinado de un hachazo en la cabeza y sus sobrinos señalados como los autores.

 

 

 

 

El caso tenía como víctima a Ricardo Andrade, un hombre de 65 años, hijo de una de las familias que fueron las primeras en elegir a esta provincia para echar raíces. Fue encontrado muerto por Antonio Ampuero, un trabajador de campo, a metros del casco principal de la estancia Chacabuco, ubicada a la vera del lago San Martín.

 

 

A Aguerre lo buscaron por cielo y tierra, pero nunca lo pudieron encontrar

 

La instrucción de la causa fue hecha por el juez Carlos Narvarte de El Calafate. En primer término fueron imputados los sobrinos de Andrade Martín y Christian, y Ampuero.

 

 

 

 

 

Las pruebas indicaban que los sobrinos fueron los últimos en ver con vida al dueño de la estancia, el fin de semana previo al homicidio. Por ello, hubo una fuerte teoría que podrían haber sido ellos los autores. Respecto de Ampuero, fue uno de los que encontró el cuerpo del estanciero.

 

Uno de los sobrinos de Andrade se encuentra detenido en Piedra Buena

 

El cuerpo de Andrade fue hallado en la tarde del 21 de julio del 2019. El mismo fue encontrado por Ampuero y Mario Aguerre, otro trabajador de campo. Este hombre fue señalado por el resto de los imputados como el autor del homicidio y nunca fue encontrado por las autoridades.

 

Mario Aguerre.

 

En las últimas horas, fuentes judiciales consultadas por La Opinión Austral dieron cuenta de la resolución del Juzgado de El Calafate: la causa fue elevada a juicio a la Cámara Oral de Río Gallegos con dos imputados tras las rejas: el sobrino mayor de edad de Andrade y Ampuero. El primero se encuentra en la Comisaría Segunda de Piedra Buena y el restante en una de las dependencias policiales de El Calafate.

 

Mario Aguerre nunca fue encontrado por la Policía. Días después de conocerse el homicidio y la orden de captura contra él, tras la declaración de Ampuero, escuchó por radio que lo buscaban y se dio a la fuga.

 

Fuentes policiales consultadas aseveraron que, cuando una comisión arribó al puesto donde se encontraba, él ya se había ido. “Se puso unas botas, agarró una pistola y se fue en su caballo”, indicaron otros peones.

 

A Aguerre lo buscó la Policía durante meses, también trabajó en los rastrillajes Gendarmería Nacional, pero nada. Nunca se supo qué pasó con él.

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