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Un hecho de inseguridad conmocionó a la tranquila localidad de El Calafate. Un hombre encapuchado irrumpió en una vivienda del barrio Linda Vista, golpeó a una docente y escapó con su celular. Las cámaras de seguridad y una investigación rápida llevaron a la detención del principal sospechoso: un joven de 20 años, recién llegado del norte del país. Mientras la víctima se recupera, el juez Alberto Ludueña evalúa si habrá prisión preventiva o excarcelación.

El viernes 14 de marzo, la calma del barrio Linda Vista, en la villa turística, se quebró con un episodio que dejó al descubierto la vulnerabilidad de cualquier hogar. Una mujer, docente de profesión, salía de bañarse cuando se encontró con un intruso encapuchado dentro de su casa en la calle Fagnano. El sujeto, tras maniatarla y golpearla en el rostro, revolvió sus pertenencias y se llevó únicamente su teléfono móvil, no sin antes exigirle que desbloqueara el dispositivo.

La rápida intervención de la Policía de Santa Cruz permitió identificar al sospechoso gracias a las imágenes del sistema de cámaras de seguridad pública. En las grabaciones, se observa a un joven de 20 años saliendo de su vivienda —ubicada en la misma zona— y dirigiéndose hacia el domicilio de la víctima. El detenido reside en la localidad desde hace pocos meses, proveniente del norte argentino, y cuenta con familiares en la zona.

Uno de los giros más impactantes de la investigación se produjo cuando allanaron la casa de una mujer de 25 años, tía del acusado. Allí, se hallaron prendas que coincidirían con las usadas durante el ataque. Además, se supo que el joven conocía el lugar porque su familiar había alquilado una habitación en esa misma vivienda tiempo atrás.

El magistrado Alberto Ludueña, a cargo del Juzgado de Instrucción de El Calafate, rechazó la excarcelación del sospechoso, quien permanece detenido desde el domingo 16 de marzo. Ahora, la Justicia debe determinar si las pruebas son suficientes para imputarle un delito y si corresponde mantenerlo en prisión preventiva.

Mientras tanto, la víctima, quien sufrió lesiones faciales, fue dada de alta tras un día de internación en el hospital local. Su recuperación física avanza, pero el trauma psicológico persiste, un recordatorio más de la violencia de género que sigue latente en Argentina, incluso en ciudades turísticas como El Calafate, donde el ritmo de vida suele ser más apacible.

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