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En marzo comenzó a funcionar en Río Gallegos una Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) del movimiento nacional “Ni un pibe menos por la droga”, que trabaja sobre la prevención y abordaje comunitario.

El objetivo, explicó Silvio Rotman a La Opinión Austral, es “llevar adelante determinadas acciones y talleres que aborden a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con actividades que los saquen de la ‘mala calle’ para prevenir las adicciones”.

En este sentido, el abordaje se realiza llevando adelante mediante merenderos, ludotecas, apoyo escolar, talleres de parentalidad, talleres de acompañamiento terapéutico o comedores.

En particular en la casa de Río Gallegos cuentan con acompañantes terapéuticos, enfermeros, trabajadores sociales, psicopedagogos y estudiantes de distintas carreras de la UNPA que brindan talleres de primera escucha para prevenir posibles adicciones.

La CAAC tiene dos sedes, una es el centro de veteranos de guerra, en Muratore 68 (al fondo), donde tienen lugar los talleres de maquillajes, de, los lunes de 15:00 a 17:00; de dibujo y pintura, los lunes de 17:00 a 19:00; de porcelana fría, los jueves y viernes de 16:00 a 18:00; y de parentalidades, los jueves a las 19:00.

Además, se brinda apoyo escolar en ciencias sociales, los martes de 15:00 a 20:00 y apoyo escolar de geografía, los miércoles de 18:00 a 20:00.

El espacio de primera escucha funciona los lunes de 19:00 a 20:00, los jueves de 15:00 a 16:00 y los viernes de 18:00 a 20:00. Además, hay un taller para familiares y amigos de personas con consumo problemático, los miércoles de 15:00 a 18:00. En tanto que los sábados, se realizan mateadas, juegos, proyección de películas y merienda.

La segunda sede de la CAAC se ubica en pasaje Paraguay 20, donde el roperito comunitario está abierto los lunes de 11:00 a 14:00 y los martes de 14:00 a 16:00. En tanto que los sábados de 14:00 a 17:00, hay primera escucha.

La CAAC, que funciona en el centro de veteranos de guerra, está abierta de 15:00 a 20:00 “si un pibe tiene frío, quiere pasar al baño, calentarse un mate o lo que fuere, porque no tiene a dónde ir, porque tiene que hacer tiempo entre que salió de la escuela y va a educación física o lo que fuere, tenga dónde estar y no esté en la calle“.

Ante una persona que ya presenta un consumo problemático, explicó, en los talleres de primera escucha se “los asesora, deriva y acompaña a aquello organismos que sean competentes a la hora de intervenir, sea el hospital o SEPTRICO”.

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