El presidente Javier Milei presentó este domingo, en el Congreso de la Nación, el Presupuesto 2025. En este marco, aseguró que el proyecto, “tiene una metodología que brinda el equilibrio fiscal sin importar cuál sea el escenario económico” e instó a las provincias y municipios a implementar ajustes: “Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo, ahora faltan ustedes”.
El jefe de Estado, que a lo largo de su discurso chicaneó y no escatimó en críticas hacia la oposición, sostuvo que “estamos proponiendo una regla fiscal inquebrantable para este y todos los presupuestos que vengan a partir de ahora”. En tal sentido, dijo: “La primera premisa de la que partimos es que el superávit primario tiene que equivaler o exceder obligatoriamente al monto de los intereses de deuda a pagar”.
Y amplió: “Es decir, el nivel de gasto a erogar estará condicionado por el nivel de superávit primario a conseguir, que a su vez estará condicionado por los ingresos observados netos del monto de intereses a pagar por la deuda. El gasto discrecional no está indexado, o sea que no importa la inflación que haya, sigue siendo el mismo. Bajo este nuevo esquema que proponemos, si los ingresos son mayores a los estimados, el gasto automático podría aumentar en línea con los ingresos, pero el gasto discrecional se mantendrá congelado”.
Por otro lado, en cuanto a los ingresos, afirmó que “cuando el aumento de la recaudación sea transitorio, el Estado podrá ahorrar, absorbiendo pesos para cancelar deuda, lo que permitiría seguir bajando la inflación y/o mejorar el perfil de la deuda argentina. Y si el crecimiento económico es permanente y en consecuencia el aumento de los ingresos es estructural, el Estado podrá devolverle a la sociedad esa mayor recaudación en reducción de impuestos, tal como nos hemos comprometido”.
No obstante, el líder de La Libertad Avanza (LLA) admitió que “si la economía no crece y los ingresos son menores a los estimados, caerá también el gasto automático y reduciremos el gasto discrecional, ya sea igualmente que se alcance el déficit cero. Por lo tanto, esta vez será el sector público y no el privado el que absorberá los efectos de las perturbaciones que sufra la economía”.
El presidente recalcó que “nuestra metodología presupuestaria brindará el equilibrio fiscal para siempre, sea cual sea el escenario macroeconómico, terminando con el castigo de la deuda y la emisión; obligará al Estado a hacerse cargo y absorber los efectos de las perturbaciones en la economía; y cuando haya mejoras permanentes, obligará a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la reducción de impuestos. De mantenerse, podemos ir reduciendo impuestos y el tamaño del Estado, que es la verdadera presión impositiva”.
En ese tenor, arremetió contra el kirchnerismo: “Vaya que ha hecho cosas estúpidas el kirchnerismo. Lo peor de todo, nos dejó un sistema donde el 70% del gasto público se va en gasto social de distinto tipo. Es una tragedia humanitaria. No es otra cosa que más de 20 millones de argentinos que no se pueden sostener por sus propios medios si no es con ayuda del Estado”, vituperó e indicó que “el Estado nacional tiene que asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley. Cualquier otra cuestión puede resolverse a través del mercado o es competencia de los gobiernos subnacionales”.
Pedido a los gobernadores
Para Milei, “si todo saliera como pensamos, esta guerra que llevamos con el gasto público y el costo argentino se reflejará en todas las dimensiones del Estado, también en las jurisdicciones provinciales y municipales”. Por eso, dirigiéndose a los gobernadores, les pidió “cumplir con el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PIB, lo que requiere que las provincias, en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares“.
Enfatizó que desde la Nación “ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo; ahora faltan ustedes. Los argentinos a lo largo y ancho del país saben perfectamente que por cada peso que dejen de gastar las provincias y municipios, se podrán devolver en bajas de ingresos brutos u otras tasas” y alertó que “cuando el Estado nacional elimine o baje un impuesto, los argentinos no van a permitir que ustedes quieran subir los suyos. No va a funcionar; son un pueblo rebelde y cansado de los abusos de los políticos. No los subestimen”.
El presidente sostuvo que “así como el déficit es el corazón de los problemas, la reducción del gasto para lograr superávit va a estar en el centro de la solución porque es el único camino para devolverles a los argentinos el fruto de su trabajo, que hoy el Estado les roba con impuestos. El déficit cero hará que la deuda sea sostenible, que baje el riesgo país y abarate el costo financiero, contribuyendo al aumento de inversión y ahorro y a la suba del salario real, que es la única manera de bajar la pobreza e indigencia”.
“Queremos que las empresas argentinas vuelvan a ser competitivas para contratar a más trabajadores, pagarles mejores sueldos y así parar el éxodo de capital humano que vivimos hace más de 20 años. Hay que amigarnos con la idea de que lo mejor para un trabajador es un empresario que invierte”, puntualizó, al tiempo que subrayó que “para llegar a este punto, hemos propuesto el plan de reformas estructurales más ambicioso de toda la historia argentina“.
Expresó que eso se vio materializado en “la aprobación de la ley bases sancionada por este Congreso y en las desregulaciones que anunciamos a diario, sumado a proyectos de ley que seguiremos enviando”. A su vez, opinó que “gracias a esta mega reforma del Estado estaremos alcanzando niveles de libertad económica similares a los de Alemania, Francia e Italia, en menos de un año de gestión con viento en contra. Vamos decididos a ser el país más libre del mundo porque la libertad nos traerá prosperidad”.
“Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”
Precisó que “la estabilidad macroeconómica es que no haya déficit fiscal y que haya estabilidad monetaria, y que en consecuencia no haya inflación”. En tanto, dijo que el imperio de la ley “es seguridad para proteger a los ciudadanos de posibles ataques a su vida y a su propiedad. Justicia para dirimir imparcialmente los conflictos entre ciudadanos y castigar a quienes infrinjan la ley; y defensa para protegernos de posibles conflictos con otros países o amenazas externas”.
Para el primer mandatario, “no es tarea del Estado interferir en el proceso económico. Creemos en la libertad, en la competencia, y que la clave de nuestra prosperidad es la libertad de las personas, que puedan decidir qué y cómo producir, lo que desean consumir, ahorrar e invertir. Por eso vamos a llevar a cabo una política para reducir el tamaño del Estado, disminuyendo impuestos, desregulando y privatizando”.
Tal como sucedió con la reforma jubilatoria, prometió que “vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal y hacemos esto porque no vamos a ser cómplices de estafar al pueblo argentino para adoptar una medida populista. El único contexto en el que aceptaremos discutir el aumento de un gasto es cuando el pedido venga de una expresa explicación de qué partida hay que reducir para cubrirlo. Si no es así, será vetado”.
Manifestó que “gestionar es haber echado a 31 mil ñoquis en estos 9 meses, es aprobar la Boleta Única de Papel -una bandera de aquellos que hablan de transparencia pero que poco han hecho por ella-, es eliminar los intermediarios que lucraban con la pobreza, es haber eliminado los piquetes y llevar más de 4 meses sin corte de calle en el AMBA, es haber reducido el 75% de los homicidios en Rosario, es reformar las infinitas regulaciones que hay en todos los sectores de la economía para facilitarle la vida a los que emprenden, es recuperar la confianza del sector privado y que proyecten invertir más de 51 mil millones de dólares como ya han anunciado”.
Para cerrar, le habló a los integrantes del Congreso: “Este es un momento bisagra en la historia de nuestro país. Si fuera fácil, no estaríamos hoy donde estamos, pero tenemos la oportunidad y la obligación de aprovechar este momento, porque cuanto más nos hundamos, más difícil será salir a flote”.
Advirtió que “la presente hora política nacional ofrece dos opciones: una es hacer exactamente lo contrario de lo que venimos haciendo hace 100 años para despegar y hacer a la Argentina grande nuevamente; otra es seguir haciendo lo mismo de siempre, dejando todo como está y mantener este sistema putrefacto que empobrece a todos los argentinos día a día. Luego será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables”.
Los detalles del Presupuesto 2025
El Gobierno Nacional detalló los lineamientos generales del Presupuesto 2025. De acuerdo con los principales datos macroeconómicos contenidos en el proyecto, el PIB se prevé con una suba del 5,0% para el año entrante.
Se proyecta que continúe un crecimiento sostenido del PIB en los años siguientes (+5,0% en 2026 y +5,5% en 2027). Asimismo, se espera que el tipo de cambio llegue a $ 1.207 en diciembre de 2025 y que la inflación se desacelere a un 18,3% interanual en igual período.
El presupuesto del Sector Público Nacional
-El Presupuesto del Sector Público Nacional para el ejercicio fiscal 2025 se proyecta levemente superavitario en términos del PBI. El resultado primario, en tanto, alcanzaría el 1,3% del PBI.
-Desde el 2014 no se presenta al Congreso de la Nación un Presupuesto equilibrado. Aún más, desde el 2010 no se alcanza un resultado fiscal anual superavitario, y desde el 2008 no se alcanzan dos años consecutivos de superávit financiero.
-Los recursos totales estimados alcanzan el 16,5% del PBI, mientras que los gastos totales ascienden a 16,5% del PBI.
Las Prioridades de las Políticas Públicas
-La raíz del dramático panorama de principios de diciembre del 2023 se encontraba en el déficit fiscal.
-El déficit consolidado del BCRA y del Tesoro Nacional se ubicaba por encima del 15% del PIB en noviembre de 2023, donde un déficit fiscal sólo puede ser financiado por dos vías: endeudamiento y/o emisión monetaria.
-En este contexto, el equilibrio fiscal se volvió un compromiso inquebrantable de esta gestión. Así, el Sector Público Nacional acumuló en los primeros siete meses del año un superávit primario del 1,4% del PBI y un superávit financiero del 0,4% del PBI.
-Para ello, se priorizaron las funciones propias de la Nación y eliminaron los gastos improcedentes. Esto, a la vez que se priorizaron los ejes de esta gestión:
Acompañamiento social sin intermediaciones
- Desde la asunción los montos de la Asignación Universal por Hijo y la Asignación Universal por Embarazo se incrementaron en 374%, frente a una inflación acumulada de 144%. Así, la cobertura de la suma de la AUH y la Tarjeta Alimentar pasó de un 55% de la Canasta Básica Alimentaria en diciembre de 2023 a un 98% en agosto de 2024. Además, el complemento nutricional del Plan 1.000 días se multiplicó por 6 en abril.
Recuperación de las capacidades en seguridad y defensa
- Para que un país sea próspero, esta gestión considera que debe resguardar firmemente su soberanía territorial y prevenir en materia de narcotráfico y terrorismo internacional.
- Entre las iniciativas a destacar desplegadas desde el inicio de gestión, puede mencionarse la promulgación del Protocolo Antipiquetes, la firma de un contrato para la adquisición de 28 aviones para las fuerzas de la Defensa, y el Plan Bandera en la ciudad de Rosario que generó una significativa disminución de los homicidios dolosos en la vía pública.
Modernización y simplificación del Estado
- A su llegada, esta gestión se encontró con un Estado desproporcionado, con roles duplicados y poca efectividad. Haciéndole frente a esta realidad, se definió la disminución de la cantidad de ministerios (de 18 a 8) y la cantidad de secretarías (de 106 a 52), lo que implicó la eliminación de más del 50% de los cargos políticos.
- El objetivo de esta gestión es hacer un Estado moderno, eficaz, eficiente, simple y útil para los ciudadanos.
-Durante 2025, se plantea garantizar nuevamente el equilibrio fiscal para corregir definitivamente los desajustes y sostener las condiciones de estabilidad. Esto implicará que por segundo año consecutivo el Sector Público Nacional no necesitará financiamiento por la vía de endeudamiento o emisión monetaria ya que no habrá desbalances de las cuentas públicas.
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