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Desde Puerto San Julián emerge una figura que promete dar que hablar en los próximos años. Isaías Acosta, de apenas 20 años, logró un resonante triunfo en la localidad bonaerense de Las Flores y confirmó su condición de promesa nacional. No está solo en esta travesía: lo acompaña su entrenador y mentor, Ricardo Candy” Uribe, una figura clave para entender el presente y el futuro de este joven santacruceño.

El combate que Isaías ganó el último fin de semana fue contra un rival fogueado de la Federación Argentina de Boxeo. “Ganó bien, con claridad“, relató orgulloso Uribe en diálogo con Radio LU12 AM680. La victoria, la cuarta en lo que va del año, no fue un hecho aislado: es parte de un proceso planificado, serio y ambicioso, que incluye entrenamientos de alta exigencia en Trelew bajo la dirección de nada menos que Omar Narváez, uno de los máximos exponentes del pugilismo argentino.

La historia de Isaías no es distinta a la de tantos jóvenes del interior profundo que sueñan con destacarse en el deporte, pero sí se diferencia por la seriedad de su preparación. “Isaías entrena en la escuela municipal de boxeo de San Julián, con el apoyo del intendente y viaja a Trelew para trabajar con Omar. Allá guantea con boxeadores de su nivel, algo que no tenemos en casa“, explicó Uribe.

A fuerza de disciplina, sacrificio y constancia, Isaías se abre paso en un ambiente donde el talento no alcanza. “Entreno doble turno: físico por la mañana y boxeo por la tarde. Ya terminé el colegio, así que me dedico por completo a esto, también trabajo en el medio“, contó Isaías. A los 15 años se subió por primera vez al ring, y desde entonces no paró. Hoy, con casi 30 peleas amateur, se prepara para cerrar el año con el debut profesional.

Pero la historia de Isaías y su equipo no es solo deportiva. El acompañamiento del Estado municipal ha sido clave para que el joven pueda competir en distintas provincias. “Sin el apoyo del municipio, esto no sería posible. En Santa Cruz, si no salís a pelear afuera, tenés pocas chances de crecer. La idea es que Isaías haga unas 35 peleas antes de dar el salto. Ya hay planes de firmar un contrato de formación con Narváez para cuidar su carrera cuando empiece a pelear afuera”, agregó Uribe.

En esa misma línea, Uribe reveló un dato que entusiasma al ambiente boxístico de la provincia: ya se iniciaron conversaciones con el intendente de Río GallegosPablo Grasso, para que la ciudad capital sea sede del Campeonato Nacional Masculino de Boxeo. El evento, que reuniría a unos 120 púgiles de todo el país y a la plana mayor de la Federación Argentina de Box, podría realizarse en septiembre u octubre. Además, se evalúa la posibilidad de organizar un campus de integración patagónico, similar al que ya se hizo en San Julián.

Ese enfoque integral no es casualidad. “Antes, los boxeadores no sabían ni cómo alimentarse. Hoy trabajamos con psicólogos, nutricionistas y profesionales que les dan las herramientas necesarias para rendir y cuidar su salud”. Dijo “Candy” con una mezcla de orgullo y convicción.

Isaías, por su parte, no pierde de vista el origen. “Se extraña San Julián, pero hay que salir de la zona de confort para crecer. Este nivel exige mucho, cualquier error se paga caro“, afirmó.

El presente de Isaías es alentador, pero su futuro podría ser aún más prometedor. “Va a pelear en mayo o junio otra vez en Buenos Aires, y probablemente lo veamos por TyC Sports. Él le pelea a cualquiera“, sentenció su entrenador.

Porque en un rincón del sur argentino, entre rutinas de entrenamiento, viajes eternos y sueños grandes, se está gestando una historia que tiene todo para emocionar. Isaías no solo quiere pelear. Quiere dejar huella.

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