Un conocido vecino de la localidad fue identificado por la Policía luego de amenazar a la empleada de un kiosco de la ciudad de Río Gallegos, cuando ella le pidió que por favor se retirara del local, en horas de la tarde del viernes. No sería la primera vez que sucede.

Momentos de tensión se vivieron en horas de la tarde del
viernes cuando un vecino, conocido de Río Gallegos por deambular en la zona
céntrica, se ofuscó porque una trabajadora de un kiosco le pidió que se
retirara del lugar y la amenazó sacando una navaja.

El hecho se registró en el kiosco ubicado en avenida
Kirchner al 50 de nuestra ciudad capital, cerca de las 6 de la tarde. A plena
luz del día y con una gran cantidad de vecinos circulando por una de las calles
principales, el hombre conocido como “Alfredo” o “Alfredito”, reconocido por
sus tatuajes faciales, ingresó al local en estado de ebriedad junto a sus dos
perros.

En un primer momento, la trabajadora del lugar le dio un
cigarrillo, pero debido al excesivo consumo de alcohol, comenzó a generar
disturbios que molestaron a la joven encargada del local. “Primero se cayó en
la góndola de los alfajores y después se cayó en otro estante”, dijo la kiosquera
a La Opinión Austral.

“Por eso le pedí por favor que se retire, yo sé que a
veces hace lo mismo en otros lugares y que no lo dejan entrar, yo no tengo
problemas, ya sabía que podía llegar a venir y hacer quilombos (sic pero
bueno, ayer (por el viernes) le pedí que se vaya”, indicó.

Fue en estos momentos que “Alfredito” sacó una navaja y
amedrentó a la trabajadora, por lo que ella se apartó y se escondió en la parte
trasera del lugar donde atiende y tomó su celular.

A través de WhatsApp, ella le comentó la situación a un compañero,
y él le dijo que llamara a la Policía. El beodo, creyendo que la muchacha
estaba llamando a los agentes del orden, le dijo: “Llamá a la Policía, no me
importa, los abro a los milicos y a vos”, aseguró la joven.

Por suerte, la situación no pasó a mayores, segundos
después el hombre se alejó, pero no tanto. Se quedó mirando fijamente a la
trabajadora a través del ventanal frontal del kiosco.

Un efectivo policial que patrullaba la zona se dio cuenta
de la extraña situación que se había registrado momentos antes. Previo a
entrevistarse con los agentes, los perros de “Alfredito” atacaron al agente,
pero esto no impidió que identificaran al autor de la amenaza.

El hombre fue requisado, pero aparentemente no le
encontraron el arma ya que la habría descartado. De igual manera, tras
registrar sus pertenencias, el hombre continuó su camino en dirección a la
avenida San Martín.
Respecto de las cámaras que podrían haber registrado el momento de la amenaza,
la kiosquera dijo que no sabía si funcionaban, pero que su jefe podría saberlo.
De igual manera, ya en la jornada de ayer, ella indicó: “Tengo miedo que vuelva
y que haga lo mismo”.

Por otro lado, fuentes policiales consultadas por este
medio indicaron que el hombre se vio involucrado en hechos similares en otros
locales, pero la situación nunca pasó a mayores ya que, cuando la Policía
llega, él se calma. Eso no quiere decir que, en algunas oportunidades, haya sido
llevado a la Comisaría.

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