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Se viene fin de año y el presidente Javier Milei pule la estrategia para una etapa decisiva de su gobierno: detrás de una fachada de aparente calma política y económica poselectoral, su equipo, orientado por Karina Milei, despliega esfuerzos para negociar el paquete de reformas 2026. El objetivo es ambicioso: lograr la primera minoría en el Congreso, fragmentar al peronismo y aprobar el Presupuesto en diciembre.
Mientras la mesa chica política muestra avances en ese desafío, el frente económico sobre el que Milei sigue cada detalle dejó de reflejar la armonía que parecía establecerse tras las urnas. Y es que como contó La Opinión Austral, en la Casa Rosada saben que la suerte está atada a la buena voluntad y vínculo con los Estados Unidos de Donald Trump.
Luego de descartarse el préstamo directo del Tesoro de ese país, a cargo de Scott Bessent, como parte del salvataje económico prometido en la previa de los comicios legislativos nacionales, apareció otra oportunidad que cuenta con el aval financiero de Trump: un préstamo de bancos internacionales (como el JP Morgan, el Citigroup, Bank of America y Goldman Sachs).
El rumor global, que reveló Bessent y que, luego el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, confirmó sus tratativas en una entrevista televisiva, era que esos bancos inversores podrían juntar 20 mil millones de dólares con Estados Unidos como garantía, de forma tal que la Argentina pueda despejar la incertidumbre sobre sus compromisos de deuda con bonistas acreedores (se viene un pago importante en enero 2026, otro en julio siguiente).
La mera posibilidad deslizada por los actores y las reuniones concretas al respecto dotaron de confianza a los mercados y, en las últimas semanas, el Riesgo País casi perfora los 600 puntos, después de estar varios meses por encima de mil. Ese índice que confecciona el JP Morgan refleja la capacidad de pago de un país de su deuda.
Vientos de incertidumbre en el cierre de la semana de Milei
Con nada más ni nada menos que un artículo del influyente medio The Wall Street Journal, en el que afirmaba que el crédito de rescate para el gobierno de Milei se frenó y que los bancos reconsideraron no sólo los tiempos sino también el monto, resultaron en un problemón al cierre de la semana para el Palacio de Hacienda.
Según afirma ese portal y otros especialistas en finanzas internacionales, el bloque de bancos estaría dispuesto ahora a prestarle a Milei, por pedido de la Casa Blanca republicana, una cifra más cercana a los 4 o 5 mil millones de dólares. Lo que sólo despejaría las dudas sobre el pago que debe hacer el país en enero por 4.500 millones de dólares a sus acreedores.

Y como si esto fuera poco, el gobierno estadounidense confirmó que los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) recientes los pagó Estados Unidos con sus DEGs (moneda del FMI). Washington precisó que vendió u$s872 millones en Derechos Especiales de Giro a la Argentina a mediados de octubre. Ese tipo de respaldo estaría asegurado a futuro, según entienden en Casa Rosada, para afrontar compromisos con el Fondo. Se inscribe en sintonía con el acuerdo comercial sobre el cual todavía se desconoce la letra chica.
Si bien cerca de Milei se tentaron con la posibilidad de una firma del acuerdo comercial a comienzos de diciembre, cuando el Jefe de Estado viaje nuevamente a los Estados Unidos para participar del Sorteo del Mundial de Fútbol 2026, al cierre de la semana admitían que difícilmente se consiga una deseada ceremonia de rúbricas de Milei y Trump en ese viaje. Según se anticiparon fuentes oficiales, el republicano invitó a su socio estratégico en el sur del continente (bajo objetivo central de disminuir la influencia china en la región) a acompañarlo en el palco de ese espectáculo deportivo que sigue el mundo entero.
Del “riesgo kuka” al freno de los bancos inversores
Con este panorama, todo indica que el Fondo Monetario no cesará sus pedidos públicos a Milei de que redoble los esfuerzos por acumular reservas en el Banco Central. Faltaban dólares antes de las elecciones y faltan ahora, nada más que se sumó un jugador clave en alianza con La Libertad Avanza: el que imprime los dólares.
La gran pregunta que hace el mercado es por qué se frena el rescate de los bancos (el cual dependía, parece, de las garantías que les aportara la Casa Blanca de Trump). No resultó alentador que, en el marco de esas versiones, el ministro Caputo desmintiera que alguna vez hayan existido negociaciones por 20 mil millones de dólares (lo que despejaría pagos de deuda hasta la próxima elección presidencial en 2027), cuando había hecho declaraciones públicas al respecto. Desde Hacienda respondieron sobre el asunto: “No hacemos comentarios por ahora sobre el tema”.

La otra pregunta que surge es más local. Si el análisis inmediato de Milei tras las urnas (y antes también; y tal cual lo demostró con un discurso esta semana en la sede de Corporación América todavía lo sostiene) fue que el dólar se dispara por el “riesgo kuka”, y el de Caputo para rechazar la flotación libre en el mercado cambiario es “la volatilidad política que hay en el país producto del riesgo de que vuelva el comunismo”; por qué despejado ese “peligro“, ahora que La Libertad Avanza hizo una excelente elección, el Riesgo País cerró la semana a la suba al conocerse que sería más pequeño el préstamo que iba engrosar contundentemente las reservas del Banco Central.
La realidad se impone: faltan dólares. El gobierno pasó en los últimos días de afirmar que no era necesario comprar dólares para las reservas porque estaba listo para afrontar deuda con más deuda que ya podría tomar “barata” en el mercado internacional por la baja del Riesgo País; a decir que lloverán reservas. Con este aparente revés por parte de los respaldos del norte, el índice subió a 620 puntos el último viernes y las acciones argentinas en Wall Street reportaron caídas por encima de 8%.
La jugada de La Libertad Avanza por la primera minoría
Lo que sí va viento en popa es la negociación con algunos gobernadores, diputados y senadores dialoguistas con ímpetu de ayudar al gobierno de Milei a aprobar el Presupuesto 2026 en diciembre, cuando convoque a sesiones extraordinarias, como así también, en febrero, para las reformas laboral, tributaria, entre otras.
Milei busca reactivar las sesiones del Congreso antes de fin de año con un bloque más numeroso y cómodo. Según avanzan las reuniones de mesa chica en la Casa Rosada (continuarán el próximo martes), el oficialismo estaría muy cerca de convertirse en primera minoría gracias a la incorporación de tres diputados radicales (“los radicales con peluca” aportantes en el pasado a los vetos sobre jubilaciones, entre otros).
Esa suma le daría mayor margen para introducir sus reformas sin depender exclusivamente de su núcleo duro, aunque sí de los aliados del PRO. Paralelamente, los violetas trabajan para fragmentar al peronismo de Unión por la Patria: varios gobernadores, bien al tanto del nuevo mapa de poder, empezarían a bosquejar un interbloque que se negociarían directamente con el gobierno nacional.
Uno de los gestos más simbólicos de ese reordenamiento tuvo lugar esta semana cuando el ministro del Interior, Diego Santilli, se fotografió en Santiago del Estero junto a Gerardo Zamora, una señal política que no pasa inadvertida por tratarse de un radical cercano al peronismo kirchnerista. Por su parte, Raúl Jalil (Catamarca) ya habría dado pasos concretos para distanciarse de UP y alinearse con los nuevos puentes que el oficialismo quiere tejer (tiene 4 bancas para aportar a los planes de Nación).
Este armado político es esencial para Milei para sostener el aluvión de cambios que el libertario pretende impulsar para dar señales de gobernabilidad a los Estados Unidos y al FMI.
Pero el tablero no solo es político ni macroeconómico, los problemas de deuda para las familias también se acumulan, y de forma urgente, en paralelo con noticias cada vez más frecuentes de despidos de a docenas en fábricas (fuertemente dañadas por la apertura comercial y el ingreso masivo de productos e insumos más baratos que los locales, paradójicamente el aluvión llega mayormente de China) y/o firmas dedicadas a servicios.
Despidos patagónicos: bajas en distintos puntos de la región
Un ejemplo emblemático está en Tierra del Fuego: Newsan, la planta electrónica que Milei visitó meses atrás como modelo productivo, despidió más de 150 trabajadores, entre efectivos y temporarios. Algunos denunciaron que los telegramas llegaron sin aviso, incluso estando de vacaciones o en tratamiento médico.
Poco después, la empresa anunció otro recorte, esta vez de 50 empleados ligados a servicios de limpieza y gastronomía, lo que eleva el total a alrededor de 200 cesantías en apenas algunas semanas.
Pero no es un fenómeno aislado de Tierra del Fuego. En la Patagonia energética, los despidos también crecen con fuerza. Según distintos sindicatos y análisis gremiales, más de 3.600 puestos de trabajo habrían sido eliminados en el sector petrolero, especialmente en Santa Cruz, Chubut y Neuquén, por la caída de pozos convencionales y ajustes operativos.
En Vaca Muerta, por ejemplo, compañías proveedoras como NRG Argentina (dedicada a las arenas para fractura) atraviesan conflictos laborales vinculados a recortes, mientras crecen los reclamos desde el gremio de camioneros por despidos recientes.
Otro caso reciente es el frigorífico Ostramar, con sede en la Patagonia marítima: 45 trabajadores denunciaron haber sido despedidos sin respuestas satisfactorias y con ofertas de indemnización parcialmente garantizadas por la empresa.
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