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El pasado martes, comenzó a circular una grave denuncia entre padres de escuelas de Río Gallegos por la creación de un grupo de WhatsApp en el que menores fueron incluidos sin autorización y expuestos a imágenes de abuso sexual infantil y violencia extrema. Según pudo saber este medio, el grupo se llamaba “Unan a cualquier persona” y contaba con más de 500 integrantes, muchos de ellos alumnos de distintas instituciones de la capital santacruceña.
Una de las madres afectadas habló con La Opinión Austral y relató que su hijo, de tan solo 10 años, fue agregado al chat sin previo aviso. Por suerte, no llegó a ingresar ni a ver el contenido. “Se empezó a difundir por los grupos de fútbol porque estaban relacionados, todos de la misma edad… Así que apenas salió eso traté de borrar todo, que no quede nada”, comentó.
Contó que le explicó a su hijo que “eran cosas que él no tenía que ver, que eran feas”. Lo que más la alarmó fue que no se trató de una invitación que él aceptó, sino de una incorporación automática. “Es la primera vez que pasa y fue tan masivo en un ratito, porque había un montón de nenes agregados. No se podía controlar, hasta que le hice lo de la configuración para que él pueda aceptar si quiere o no entrar”, precisó.
Ante el episodio que sigue preocupando a padres de niños y adolescentes en Río Gallegos, LOA conversó con la psicóloga Elizabeth Sánchez, especializada en terapia familiar sistémica. En la entrevista, Sánchez explicó cómo este tipo de contenidos puede impactar a los menores, brindó recomendaciones sobre cómo los padres pueden ofrecer contención y detalló algunas medidas preventivas que se deben tomar para proteger el bienestar de los nenes.
La profesional destacó que la exposición de un niño o adolescente a imágenes tan violentas puede generar “culpa, aislamiento, porque este chico por ahí no está muy preparado para lo que va a recibir”. Además, mencionó un concepto clave: el grooming, que se refiere a situaciones en las que un adulto contacta a un menor a través de Internet, utilizando manipulación o engaño, y ocultando su edad para que el niño o niña realice acciones de índole sexual. Este delito está tipificado por la Ley 26.904 en Argentina.
“Eso lleva a una cuestión de vergüenza, de culpa. Tal vez no lo puede decir porque tiene que ver con la sexualidad, con lo vergonzoso, con el cuerpo. Entonces, esto tiende a que el chico se aísle, le genere culpa y angustia. Suceden cosas como ataques de llanto, y en cuestiones más graves, trastorno por estrés postraumático. Tiene un gran impacto, tal vez muy silencioso y muy violento a la vez“, comentó al respecto.
“Es súper importante poner la denuncia”
Consultada específicamente acerca de la difusión de material de abuso sexual infantil en el grupo de WhatsApp, al que fueron agregados numerosos menores, alertó: “Ver imágenes de cuerpos objetalizados en situaciones de vulnerabilidad, donde no pueden hacer nada, lógicamente va a impactar y angustiar al pensar ´me podría pasar a mí ‘”. Seguidamente, se refirió a las acciones que pueden tomar los padres si sus hijos se ven expuestos a un contenido perturbador o son víctimas de grooming.
“Hay que ver qué es lo que le está pasando a ese chico. No todos los hechos van a impactar de la misma manera. Hay que acompañar en este proceso de angustia, hablar, comunicarse, dialogando, escuchando”, esbozó. Subrayó que es fundamental “poner la denuncia, ya que le damos validez y mostramos que algo se está haciendo, que esto que ha pasado no es un hecho de poca importancia”.
De igual manera, Sánchez hizo hincapié en la prevención: “Hay que romper una barrera…, hablar de los vínculos y de la sexualidad, que tal vez a veces se deja muy al azar. Con esta cuestión de Internet, los chicos terminan buscando en lugares que tal vez no son los más beneficiosos”.
Indicó que tanto las familias de los pequeños como los colegios son cruciales en esta prevención: “La escuela debe ser un refuerzo, pero donde el chico tiene su red de apoyo es en su papá, en su mamá o en el abuelo, donde puede contar lo que le está pasando. Las instituciones también deben empezar a poner en palabras muchas cuestiones que no solo le están pasando a uno, sino que le puede haber sucedido a otro nene, y eso puede generar que se piense en una solución”.
De todas maneras, aclaró que “la sexualidad se tiene que informar al niño de acuerdo a cada edad. No podemos hablar de cuestiones tan íntimas con niños más pequeños porque también los estamos vulnerando. En un punto funciona como una forma preventiva desde la comunicación, explicándole paso a paso los vínculos, los límites, hasta dónde yo voy a llegar con el otro o qué voy a permitir”.
“No es función de control, sino de conexión”
Sánchez añadió que, al analizar el uso de las redes sociales entre los más jóvenes, se debe tener en cuenta la actualización de las medidas de seguridad de las diversas plataformas, enfocándose principalmente en acompañar a los hijos: “Es tratar de vincularse u observar acercándose a este chico, porque podemos revictimizar al niño al verlo como posible víctima”.
Un aspecto primordial que destacó la psicóloga es que debe priorizarse el acompañamiento sobre el control. “Es generar un vínculo, un apoyo. Es ‘veamos juntos’, son cuestiones tal vez mínimas, pero que en realidad tienen un peso para este chico que ha pasado por esta situación”, señaló, y remarcó que resulta igualmente importante que “se haga la consulta con el profesional correspondiente para ver lo que le está pasando”.
Finalmente, y ante lo ocurrido esta semana en la ciudad capital de Santa Cruz, recomendó a las familias: “Que puedan vincularse, estar más atentos o buscar pequeños espacios de conexión con sus hijos, que puedan ser parte de lo que a los niños les gusta. No es función de control, sino de conexión. Y si están las redes de por medio, usarlas a su favor, en el sentido de conectémonos con esto: qué miramos, qué hacemos, qué jugamos en redes con ese niño“.
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