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Hace ya 14 años, en una mamografía de rutina, a María Fernanda Vergara (54) le advirtieron sobre una masa extraña, pero desestimando su importancia. “Ferchu” no quedó satisfecha con la respuesta y realizó una consulta con otro profesional, que le recomendó repetir el estudio en seis meses.

Después de haber realizado una nueva mamografía, se hizo una biopsia que indicó que era benigno. Al año siguiente, en el control anual, una tercera profesional pidió el taco (pieza de biopsia) y lo envió a La Plata para que fuera analizado. El resultado indicó que se trataba de un carcinoma in situ.

Hubo estudios complementarios y por las características que había tenido la extracción, se había logrado evitar que las células se esparcieran. Ahora, la indicación era hacer controles durante cinco años, primero cada dos meses, después, cada tres, luego, cada seis y finalmente, cada año.

Los newcomeros de Energía Positiva compartieron su mensaje de prevención. Foto: José Silva/La Opinión Austral

En el último control del quinto año, le detectaron un nuevo tumor en el mismo lugar. El médico le explicó que había 25% de posibilidades de que el cáncer volviera a aparecer y tras evaluar los pros y contras, decidió realizar una doble mastectomía y la reconstrucción mamaria. Además del tratamiento con inmunosupresores y quimioterapia oral.

Tiempo después, en los controles hallaron un tumor de pulmón. Así, en mayo de 2019, cuando estaba finalizando el tratamiento por el cáncer de mama, le extrajeron el lóbulo superior derecho del pulmón. Los resultados indicaron que no era metástasis, era un tumor primario y no fue necesario tratamiento, pero es una enfermedad que aún transita.

Al año llegaría la pandemia por Covid que pudo atravesar sin inconvenientes.

Pasión newcomera

En 2021, “Ferchu” conoció al equipo de newcom Energía Positiva por su hermana Rosa, quien integraba el conjunto.

“Es un deporte muy divertido, muy atractivo, que te permite sacar esa parte pasional que cada uno le pone y como en todo deporte, a veces se gana, a veces se pierde, pero uno se divierte mucho y te permite conocer al otro, el mate, la charla, la risa, es muy lindo“, describe a La Opinión Austral.

“Lo primero que pude hacer por recomendación médica fue nadar. Al sacarte el ganglio centinela, uno pierde cierta parte de la movilidad de la articulación del brazo izquierdo, pero con el nado, en seis meses, la había recuperado totalmente. Siempre se lo recomiendo a aquellas personas que puedan y no le teman al agua, yo le temo mucho, pero lucho con esos miedos. El nado hizo que recuperase 100% mi salud”, señala.

“Durante este tiempo de transitar el cáncer, nunca dejé de trabajar. Nunca dejé de hacer mis actividades, hice natación, hoy hago newcom, hice costura, pintura, tapicería, di durante mucho tiempo catequesis. El deporte es salud, la familia es contención. Tengo cinco hijos, FlorFeliEmiRo y Gonza, un nieto, Lolo, un esposo ‘Cachito‘ y hasta el año pasado, una madre maravillosa, que me acompañó un montón en luchar, en seguir, a pesar de la adversidad”.

Las jugadoras de Energía Positiva. Foto: José Silva/La Opinión Austral

Ante estas circunstancias, “Ferchu” siempre conversó con sus hijos, quienes estaban aún en edad escolar, sobre lo que estaba sucediendo, cuáles eran las opciones y los posibles escenarios y sus decisiones.

“Lo importante es la contención de la familia, porque si bien uno pone en cuerpo, el resto sostiene, lo que no es una cuestión menor. Soy muy creyente, la fe también me sostuvo muchísimo, siempre digo que aunque no parezca, Dios nunca nos suelta la mano”, afirma.

“Ferchu” recuerda que “hay que controlarse, hay que saber escuchar al cuerpo y siempre buscar una segunda opinión, porque en esto nadie tiene todas las verdades ni todas las certezas y si lo que alguien te dice no te convence, buscá una segunda opinión, no te quedes con eso, a lo sumo vas a gastar una consulta y la salud no tiene precio“.

“Les diría a todas las mujeres que se hagan un chequeo anual y ante cualquier cosa que despierte una alerta, consulten a un profesional”, insiste.

Como paciente oncológica, reconoce que “cuando se escucha la palabra cáncer, el miedo paraliza. Siempre que escuché el diagnóstico lloré todo el día, pero al otro día me sequé las lágrimas y dije: ‘A ver ¿y ahora qué hacemos?’, porque hay que hacer algo. Hay que tener miedo, pero hay que ponerse en movimiento, buscar alternativas y salir adelante”.

“El trabajo también es salud, nos mantiene activos, nos mantiene despiertos y en este momento, siempre en la lucha por la universidad pública“, sostiene la trabajadora de la UNPA.

En el Día de la Madre, afirma: “Ellos fueron mi motor siempre. Siempre miré para adelante por ellos, de esta salimos todos juntos y enfrentamos juntos lo que sea bueno o malo, es la única manera. Mi meta estaba puesta en ponerme bien por ellos, eran mi razón de ser, hay días buenos, hay días malos, hay días olvidables y hay días que lo son todo, siempre con la familia, juntos de la mano, aguantando lo que sea. Ellos fueron quienes me acompañaron y me hicieron llegar hasta donde estoy hoy“.

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