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El Senado de la Nación rechazó esta noche los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla -designados por decreto “en comisión” por el presidente Javier Milei para completar la Corte Suprema de Justicia– y cerró una disputa que llevaba 11 meses sin definición. Después de más de seis horas de debate, la medida generó un inmediato repudio por parte del Gobierno.

La candidatura de Lijo obtuvo 27 votos a favor, 43 en contra y una abstención, mientras que García-Mansilla recibió 51 rechazos y 20 respaldos. Para ser designados, necesitaban el apoyo de dos tercios de los presentes.

Esta tarde, la vicepresidenta Victoria Villarruel aclaró que no presidió la sesión porque estaba “en ejercicio de la Presidencia” debido al viaje de Milei a Estados Unidos. “Ante las operaciones de la casta y la vieja política, no está de más aclarar que dado el viaje de Milei a USA, me encuentro en ejercicio de la Presidencia”, escribió en sus redes sociales.

El debate comenzó a las 14:15, con el foco puesto en los pliegos para la Corte. Con los votos asegurados para el rechazo, se preveía un revés para el oficialismo. El quorum (37) se alcanzó con la presencia de 32 legisladores del interbloque Unión por la Patria (UP), junto a los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco, los PRO Alfredo De Angelis y Victoria Huala, y el exlibertario Francisco Paoltroni. De esta manera, la sesión fue abierta por la vicepresidenta primera, Silvia Sapag.

Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo

El Gobierno repudió la decisión del Senado

Mediante la cuenta de X de la Oficina del Presidente, el Ejecutivo criticó severamente “la decisión del Senado de la Nación de rechazar los pliegos propuestos por el Presidente Javier G. Milei para integrar la Corte Suprema de Justicia”.

Según el comunicado, “durante el último año los senadores tuvieron a disposición los pliegos de los Dres. Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, participando en toda instancia del proceso de selección establecida por la normativa vigente. Sin embargo, luego de dilatar la votación durante meses, optaron por priorizar la preocupación por sus causas judiciales y las de sus dirigentes, en detrimento del funcionamiento de uno de los tres poderes de la República”.

Asimismo, se indicó que “por primera vez en la historia, el Senado de la Nación ha rechazado pliegos propuestos por un Presidente, por motivos meramente políticos y no por cuestiones de idoneidad, lo que evidencia una vez más que la Cámara Alta es el refugio de la casta política en el Congreso de la Nación. Convertido en una máquina de impedir, el Senado no actúa en favor del pueblo, sino que tiene como único fin obstruir el futuro de la Nación Argentina”.

Desde el Gobierno de Milei, consideraron que “es evidente que la politización de la justicia representa una amenaza para la democracia. Mientras la clase política anteponga su protección penal y no la normalización del sistema judicial, el derecho a la justicia continuará limitado en la República Argentina”.

Finalmente, señalaron que el primer mandatario “continuará trabajando incansablemente para garantizar la independencia judicial y restaurar la confianza del pueblo en las instituciones, utilizando todas las herramientas que la Constitución Nacional y el voto popular han puesto en sus manos”.

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