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El pasado 7 de junio se cumplieron 100 años desde que Braulio Echeverría, funcionario bancario con vocación por el conocimiento y el compromiso social, fundara La Palabra de Berazategui. Fue en 1925, como respuesta a una denuncia vecinal contra una cristalería, cuando nació este medio con una premisa clara y poderosa: ser la voz del vecino.
Por entonces, Berazategui era una zona rural con dos polos industriales que marcaban su pulso: la fábrica Rigolón, con 6.000 operarios, y más adelante Ducilo, inaugurada en 1934, con 3.000 empleados. En ese contexto, el periódico comenzó a desarrollarse como un referente y cronista de la vida comunitaria.
Para conmemorar este siglo de historia, la dirección del diario organizó una celebración este viernes 27 de junio, a partir de las 18, en el Ranelagh Golf Club. En la antesala de ese importante encuentro, ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) dialogó con el actual director del medio, Miguel José Gaíta, quien está al frente desde 1976.
Con experiencia como administrador general del diario El Sol de Quilmes, Gaíta tomó la conducción de La Palabra al detectar “necesidades periodísticas insatisfechas” en la ciudad. De esa manera, logró consolidar un medio local sólido, con identidad propia.
A lo largo del tiempo, el periódico reflejó hechos clave y figuras emblemáticas del distrito. Gaíta rememoró con respeto y cariño a Roberto De Vicenzo, el célebre golfista oriundo de Berazategui, a quien definió como un “caballero en el deporte y en la vida”. También subrayó el paso de jóvenes promesas por su redacción, como los periodistas Daniel Santoro y Alexis Quick, a quienes vimos crecer de adolescentes para arriba”.
Uno de los episodios más significativos en su recorrido fue, sin dudas, la declaración de autonomía de Berazategui en 1962. “Fue cortar el cordón umbilical con Quilmes”, resumió Gaíta. Y agregó una descripción tan gráfica como contundente: “Nos entregaron el municipio con dos empleados, una jardinera con dos caballos, un escritorio y cuatro sillas”.
Más allá de su peso industrial —y a la recaudación que generaba para Quilmes—, Berazategui padecía una notoria falta de inversión en servicios básicos. “De ahí deriva el resto”, explicó, al recordar que ni siquiera podían llegar al cementerio quilmeño en días de lluvia o que no contaban con calles pavimentadas ni hospital.
Otro hito urbano que captó la atención del diario fue la transformación del paisaje con la construcción de la llamada “Avenida de los Country”, encabezada por el pionero Country Abril, que colocó a la zona como una opción atractiva frente a los desarrollos del norte del conurbano.
“Mientras haya alguien interesado en conocer la verdad, siempre va a existir el periodismo”
De cara al futuro, Gaíta reconoció los desafíos que enfrenta hoy el periodismo: “Hay una reducción de universidades que dictan la carrera, y una crisis económica que afecta la continuidad de medios locales como La Palabra”. Sin embargo, señaló una convicción firme: “Mientras haya alguien interesado en conocer la verdad y alguien encriptado para ocultarla, siempre va a existir el periodismo”.
Para él, este oficio no admite improvisaciones, por lo que hizo hincapié en la necesidad de una formación sólida y una entrega genuina. En ese sentido, aludió a una frase entrañable de los viejos linotipistas: “La tinta entra por la sangre”. Esa misma pasión fue la que lo impulsó a iniciar este proyecto junto a su esposa, quien se incorporó como correctora a los 16 años. Juntos, pudieron ampliar la base de suscriptores de 400 a más de 6.000, convirtiendo al diario en lo que define como un “pan cultural”.
En una época marcada por la sobreinformación, su mensaje a la comunidad resulta claro: “Que no duden en acercarse a los medios tradicionales y bien entendidos. Siempre van a encontrar eco, y una defensa honesta en los periodistas de verdad“.
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