En varias oportunidades expresamos que uno de los rasgos de la época actual es el consumo generalizado, no sólo de sustancias sino de objetos, servicios, etc. en estos tiempos la vida de los sujetos se organiza en función del consumo, de forma cada vez más naturalizada. 

La época nos empuja a que seamos más productivos para ser mejores consumidores.

 Para estar más activos se suelen indicar vitaminas, para dormir mejor benzodiacepinas. Muchas sustancias de uso prevalente y drogas de laboratorio se diseñan a tono con la exigencia del rendimiento.

Lo cierto es que las sustancias han existido desde el comienzo de la humanidad, lo que cambia es el uso que se le da en cada época. En ésta particularmente se suele acudir a ellas para resolver ¿problemas de “funcionamiento”? La lógica mercantilista que impregna todas las áreas de nuestra vida nos pide ser útiles y rápidos y que cada cosa elegida “sirva para algo”, que rinda. 

Bajo esta lógica, una sustancia que se fue poniendo de moda son los energizantes. 

El consumo de energizantes comenzó a extenderse entre los pibes, por el sabor, el precio y la venta libre, asociado a ser “copado”, “más piola”, entre el grupo de pares. Para los adultos se suele servir mezclado con alcohol.

¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando consume una de estas bebidas energizantes? El alto porcentaje de azúcar y cafeína que contiene cada lata no la hace tan inofensiva, al ser un estimulante acelera el ritmo cardiaco.

¿Cuánto hay de sugestión en estas bebidas de moda? Si bien no contienen alcohol parecería que despierta cierta curiosidad experimentar los efectos que una bebida puede producir, promoviendo sin dudas la práctica del consumo de sustancias que intoxican el cuerpo.

Power, speed, moster ultra, red bul, los nombres comerciales que se difunden ya sugieren la idea de potencia y energía.

Las publicidades de dicha bebida invitan a “Vivir al límite”, asociado a los deportes extremos, por ejemplo, “vivir al máximo sin que nada te detenga”.

Transmiten la idea de que si competís en algún deporte necesitas esfuerzo, resistencia, velocidad, agilidad, disciplina, precisión, energía, por eso necesitarías la bebida energizante, como si a los jóvenes no les sobraran energías naturalmente. 

El concepto de energía está relacionado con la capacidad de generar movimiento o lograr la transformación de algo. Hace referencia a algo externo que afecta un cuerpo o una materia, desde el discurso de la física. 

Como contrapartida podríamos pensar la idea de vitalidad, que se traduce en deseo, ganas, motivación para emprender proyectos, realizar actividades, relacionarnos, amar, sufrir, disfrutar. En la libido como energía interior, constante e inagotable que circula por nuestros cuerpos.

La propuesta de este texto es advertir sobre las prácticas del consumo generalizado. Dichas prácticas se van extendiendo a todos los grupos etarios generando consecuencias a corto y largo plazo. Esto se da propiciado por la publicidad y la tendencia del sistema capitalista que nos empuja a producir para consumir apelando ya no a los recursos propios de cada sujeto sino a afectar el cuerpo para que funcione de acuerdo a la idea de rendimiento y utilidad.

(Agradecemos los aportes de Facundo Ruiz, quien nos inspiró en la escritura de este artículo).

Lic. Natalia Pelizzetti, Lic. Cintya González (Equipo de coordinación GIA – HRRG)

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