Carlos Raúl Zapico dedicó casi cinco décadas al automovilismo y se transformó en la voz de los motores en Santa Cruz. Su ingreso al periodismo deportivo fue casi accidental, pero bastó que tomara el micrófono por primera vez para dar inicio a una carrera que no se detuvo, y que lo consagró como un referente indiscutido en la región, reconocido por colegas y oyentes por su entrega y su incansable búsqueda de conocimiento.

Primero, una frase de Juan Manuel Fangio: ´No te creas que sos el mejor, pero trabajá todos los días para tratar de serlo´. Segundo, aprendé todos los días, estudiá todos los días, estudiálo a quien vas a entrevistar, estudiá la vida del otro para saber qué le vas a preguntar, y mostrarle a la comunidad cuál es la esencia de la vida del protagonista que tenés enfrente“, expresó Carlos a La Opinión Austral, al profundizar en los pilares que, de acuerdo a él, deben guiar a cualquier joven que aspire a ejercer esta profesión.

 Zapico ahondó en su trayectoria profesional con LOA. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL. Zapico ahondó en su trayectoria profesional con LOA. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL.
Zapico ahondó en su trayectoria profesional con LOA. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL.

Este 2 de julio, en el marco del Día Internacional del Periodista Deportivo —fecha que rinde homenaje al compromiso de quienes informan sobre el mundo del deporte—, este medio dialogó con el conductor del clásico “Música de Motores”, emitido por LU12 AM680 Río Gallegos, quien además escribe regularmente en LOA con un entusiasmo inquebrantable por recuperar historias del pasado y del presente vinculadas a instituciones y figuras del deporte regional.

Su amor por las carreras, el breve retiro de las coberturas en 2023 del que pronto regresó con fuerza, el paso por diversos medios locales, las emociones vividas al trabajar en pleno conflicto de Malvinas y la posibilidad de entrevistar a figuras como Diego Armando Maradona y Juan Manuel Fangio, conforman una trayectoria que sigue creciendo y sumando capítulos memorables.

“Sentir el ruido del motor, es una pasión difícil de explicar”

“Yo fui dirigente del Automóvil Club Río Gallegos desde los 16 años, con los juveniles, y fui creciendo en el club. Después fui secretario muchos años. En el 80 fui presidente de la Federación Provincial. O sea, un montón de actividades dirigenciales en el automovilismo”, relató Zapico al recordar su intensa participación en el deporte motor antes de volcarse de lleno al periodismo.

Su primer contacto con la profesión, cuando rondaba los 35 años, marcó un punto de inflexión que lo llevaría a no soltar nunca más el micrófono. Todo comenzó con un pedido inesperado de Luis Cabrera, un amigo que recién se había instalado en la ciudad capital de Santa Cruz.

“Pasado una cierta cantidad de años, no estaba en el club, y un amigo que recién había llegado a Río Gallegos, era nuevito y andaba todavía con los pantalones Oxford, a sabiendas de que yo conocía vida y milagros de todos, me pidió hacer una nota para Canal 9 con Carlos ‘Freddy’ Fuhr, contó.

Pese a sus dudas iniciales, Luis terminó por convencerlo: “Me dijo ‘Dame una mano y ayudame’. Y le respondí ‘Pero, ¿y cómo te ayudo?’. Me dijo ‘Y hacé la nota vos’, pero yo era dirigente… Bueno, al final fuimos un día al taller de Freddy. Y encima, para colmo de males, él era un tipo muy parco. Entonces, vos le hacías una pregunta detallada de 10 minutos y él te decía ‘No’. O te decía ‘Sí’”.

Más allá de la austeridad verbal de su entrevistado, la nota salió como debía: “A Luis le gustó. Entonces ya me embaló para hacer otra y empecé a agarrar el micrófono”. Ese entusiasmo inicial lo llevó, según él mismo recordó, a tomar la decisión de capacitarse cuando llegó a la ciudad una propuesta de la Secretaría de Radiodifusión de la Nación. “Hice otro curso más, después me fui a Buenos Aires y estuve allá, estudiando. Finalmente volví, ya estaba metido de cabeza en el tema”, remarcó.

Ese vasto conocimiento del automovilismo, que luego lo impulsó a desempeñarse como periodista deportivo y profundizar en distintas disciplinas, se gestó cuando tenía cerca de 14 años. Es muy difícil de explicar. Porque sentir el ruido del motor, es una pasión difícil de explicar. Hay que sentirlo, hay que vivirlo”, aseveró.

Sobre aquella etapa de su vida, evocó con emoción: “Yo vivía al lado del Hotel España, que funcionaba como hotel aunque hoy son todos locales comerciales. Y cuando venían los chilenos a correr en los años 60, venían con los autos al Hotel España. Yo por ahí me levantaba un viernes a la mañana y los tenía a los autos contra la ventana de mi dormitorio, estaban todos allí, corría la cortina y los veía”.

Carlos Zapico hablando con la periodista Andrea Daufí. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL.

Correo del Sur y la Guerra de Malvinas

Un momento clave en la carrera de Carlos fue su llegada a Correo del Sur y a LU14: “En el 78, con un amigo que era Francisco José Cousido, el ‘Pepe’ Cousido, que había sido director de LU14 y demás, hacíamos un diario de ocho páginas de deportes. Entonces nos vinieron a buscar de un diario nuevo que se instalaba en la ciudad, que era Correo del Sur, el primero offset que hubo aquí”.

Aquel ingreso coincidió con el impulso de un programa radial junto a un grupo de colegas en LU14. “Después nos fuimos a una FM. No sé si fue que me gustó el micrófono… Yo tengo una debilidad. Cuando estoy con alguien haciendo una nota o cuando estoy conversando de algo, obligatoriamente tengo que saber. Soy tan, no digamos meticuloso, pero tan metido en eso que normalmente antes de hablar estudio”, explicó al referirse al enorme interés por su trabajo.

De hecho, subrayó: “Si tengo que entrevistar a alguien, no tengo que saber vida y milagros, pero sí la mitad. Entonces, cuando voy a tener a alguien en la radio, algo que no conozco, primero lo estudio. Hoy es facilísimo, vas a internet, y ponés el nombre y apellido en Google, más si es una figura deportiva”.

El contexto histórico nunca resulta ajeno al oficio periodístico; por el contrario, lo atraviesa. Y si se trata de una etapa marcada por un conflicto bélico, ese vínculo se intensifica. Así lo rememoró Zapico al mencionar sus días en Correo del Sur durante la Guerra de Malvinas, que transcurrió entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. En ese tiempo, dejó de lado los temas deportivos y llegó incluso a entrevistar al canciller Nicanor Costa Méndez.

“Ahora estoy escribiendo un libro que se va a llamar ´Crónicas de guerra´ porque nadie habla de lo que vivimos nosotros en Río Gallegos en el 82 durante la guerra de Malvinas. No fue fácil para nadie. Yo tengo dos hijos (Gonzalo y Mariela), ahora son grandes, por supuesto, pero eran chiquitos. Eso hizo que viviéramos pendientes de los chicos más que nada (…) Mucha gente se fue a Buenos Aires porque los Hércules venían con tropa, la descargaban acá. Todo eso hizo que viviéramos en un estado de nerviosismo permanente”, esbozó.

También evocó la tensión que se respiraba entre los periodistas durante esos meses: “Era complicado y encima nosotros éramos los únicos que estábamos autorizados a circular después del horario de queda, digamos. Pasadas las 10 de la noche no andaba nadie en la calle. Los autos tenían los faroles tapados, solamente dejaban una rayita para que identificaran que era un auto. Muchas veces yo salía del diario para mi casa en la avenida San Martín y me guiaba más que nada por el reflejo de la luna sobre los techos”.

Su arribo a LU12

Consultado acerca de su llegada a LU12 AM680, emisora que terminó convirtiéndose en su hogar, comentó que su madre era pariente del fundador de La Opinión Austral, Alberto Raúl Segovia: Con el tío Alberto tenía una relación, lo mismo que con mis primas. Íbamos a la casa, venían a mi casa y demás. Entonces, eso facilitó las cosas para que fuera pasado un tiempo, después que cerró Correo del Sur, donde fui el último director del diario”.

Justamente, debido al cierre de ese periódico y tras haberse alejado de LU14, relató: “Un día nos dicen que a la gente de La Opinión y LU12 le interesaría que nos acercáramos (…) Y vinimos Elio Mayorga y yo, un compañero de aventuras de estas de toda la vida. Después se unió ‘Beto’ Aravena. Arrancamos en La Opinión Austral primero escribiendo un suplemento. Y, bueno, entrar a la radio fue una consecuencia”.

Beto Aravena y Virginia Carmona junto a Carlos Zapico: la transmisión de LU12. FOTOS: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Al solicitarle que describiera a quienes influyeron profundamente en su carrera o a aquellos sobre los que él dejó una huella, comenzó diciendo: “Para Luis Cabrera, que falleció, tengo un recuerdo increíble. Compartí muchas cosas de mi vida.

Luego agregó que “Luis me invitó a hacer las presentaciones en Canal 9 y yo a las 8, 9 de la mañana me sentaba frente a la cámara y empezaba a hablar de lo que iba a pasar en las carreras de Fórmula 1”. Respecto a Elio, resaltó: Compartimos muchas cosas, vivíamos en la vereda de enfrente…estábamos a 50 metros”.

Del mismo modo, definió a Beto como “un hermano” y evocó una anécdota significativa: “Estaba en el Correo del Sur y un día viene un amigo y me dice: ‘Che, ¿por qué no te fijás que hay un pibe que va a la cancha en bicicleta y que después te trae las planillas? Porque él a veces se va con las planillas, las guarda´. Y contesté ´bueno, que me las traiga’. Ahí empezamos. Nunca más nos separamos”.

Carlos Zapico y Elio Mayorga, en la cabina del Autódromo José Muñiz. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

Entrevista a Maradona y Fangio

Algunas de las figuras que logró entrevistar Zapico tienen una relevancia internacional que muy pocos pueden alcanzar. Una de ellas fue Diego Armando Maradona, cuando arribó junto a la Selección Argentina a Río Gallegos, antes del repechaje contra Australia en 1993. “Venía la Selección Argentina completa. Como estaba tres horas acá en el aeropuerto, fuimos algunos y pedimos, por favor, si podían bajar”, comentó.

A su vez, enfatizó que también se encontraba presente Sergio Goycochea: “Se armó un revuelo más o menos espectacular. Nos meten en la sala VIP y, ahí entre amontones y empujones pudimos charlar aunque sea unos minutos con Maradona. Así que son esos recuerdos que uno guarda muy especialmente”.

WhatsApp-Image-2025-07-01-at-14.41.17-728x473
Diego Maradona cuando vino a Río Gallegos.

Otro ícono del deporte con el que conversó —y que fue muy especial para el periodista por su legado en el automovilismo— fue nada menos que Juan Manuel Fangio, el piloto argentino considerado uno de los más grandes de la historia de la Fórmula 1. Dialogaron en tres ocasiones: dos veces para entrevistarlo y una tercera en una charla informal.

“La primera vez vino a Río Gallegos y me llamaron de la Municipalidad, ahí estaba en Correo del Sur…porque aparentemente yo sabía más o menos de la vida de este muchacho”, bromeó, y añadió: “Y vinieron los chicos de Canal 9 e hicimos una nota en el despacho del intendente, un mano a mano”.

Carlos describió a Fangio como “un hombre muy especial, muy calmo, muy tranquilo”, y recordó que “después vino de nuevo y lo recibieron autoridades en el Automóvil Club de la costanera, me invitaron y fui con él. Lo fui a buscar al hotel, lo llevé en mi auto, y yo venía hablando en el auto y me retó. ‘Zapico, ponga las dos manos en el volante’. Venía exultante con Fangio al lado”, declaró entre risas.

“Después fue en el Gran Premio del 80. Yo era secretario del club y director general del Gran Premio. Lo invitamos a Fangio para que viniese como figura estelar y dijo, ‘Sí, sí, ¿cómo no? Voy con un amigo’. Bueno, fuimos a buscarlo al aeropuerto y apareció, se bajó del avión Juan Manuel Fangio con Juan Manuel Bordeu. Con los dos tuvimos la suerte de compartir un fin de semana”, subrayó.

WhatsApp-Image-2025-07-01-at-16.35.15-728x548
Carlos Zapico junto a Juan Manuel Fangio.

El escritor y locutor mencionó que el piloto les pidió que lo llevaran a Comandante Luis Piedra Buena, y su cuñado, Ricardo “Tiky” Alberto Hilero, le dijo: “Sí, yo lo llevo”. Así fue como se subieron a un Peugeot y partieron hacia esa localidad santacruceña para visitar a Armando “Chilote” Cárdenas.

“Es una historia muy curiosa de nuestro automovilismo deportivo. Se rompió el auto de Fangio en el Gran Premio del 42 y, yendo para el norte, paró en Piedra Buena con el motor roto, y el ‘Chilote’ Cárdenas se lo arregló y pudo terminar. Cuando vino en 1980, lo primero que hizo fue pedir que lo llevaran para ir a abrazar al ‘Chilote’ Cárdenas”, puntualizó.

“Empecemos a contar lo que vivimos”

En otro tramo de su conversación con este medio, Zapico compartió sus sensaciones al ser distinguido en los premios “Don Alberto Raúl Segovia 2020” y, posteriormente, en 2023, recibir un reconocimiento en la Legislatura de Santa Cruz.

En 2023 me empaquetó mi hermana, porque me llamó y me dijo, ‘¿Me podés acompañar porque ‘Tiky’ no puede? Necesito que me acompañes porque tengo que ir a la Cámara de Diputados, no conozco a nadie y me van a entregar un diploma’. Le dije, ‘¿De qué?’ y me contestó: ‘Por mi actividad como maestra, qué sé yo’, y la acompañé. Fuimos, entramos, y no sospeché nada (…) Cuando empezaron a leer los proyectos, lo que menos me imaginé era que me iban a reconocer a mí”, sostuvo.

Carlos Zapico distinguido en los premios “Don Alberto Raúl Segovia 2020”.

Recordó que “me agarró tan de sorpresa y mi hermana muerta de risa. Yo no podía ni caminar de los nervios. Realmente fue una cosa muy especial. Muy conmovedora”. En cuanto al reconocimiento municipal durante la pandemia, comentó: “Me lo entregó (el intendente) Pablo Grasso. Nos dieron un diploma grande, lindo, firmado por todos los concejales y por el intendente”.

Por otra parte, el periodista deportivo habló de su breve retiro y de las razones que lo impulsaron a regresar: “Me fui con la idea de decir, ‘Bueno, hasta acá llegamos’. Y pasé un año largo. Después de ese tiempo, cuando ya no sabía qué hacer, empecé a tener presión y dije: ‘¿Qué estoy haciendo?’ Y el que me retó y me tiró de los pelos que no tengo fue mi hijo Gonzalo”, expresó con ironía.

El reconocimiento a Carlos Raúl Zapico en la Cámara de Diputados de Río Gallegos en 2023.

Más adelante, explicó: “Me costó volver, pero una vez que arranqué estuve a pleno. Además, sigo relatando las carreras de autos hasta que me dé la voz. Para Carlos, su labor tiene el privilegio de permitir que “empecemos a contar lo que vivimos, cómo lo vivimos y cómo lo sentimos, fundamentalmente”.

Como reflexión final, remarcó que “a veces los riogalleguenses no le damos mucho valor a la necesidad de crear nuestros propios ídolos locales, que significaría que nuestra juventud tenga un reflejo en qué copiar, en qué mirar y en qué guiarse. Y eso me resulta absolutamente necesario. Hispano, Boxing, el Boca, el Ferro, son ídolos locales. Donde vos te criaste, también está tu hijo, tu nieto, tu vecino, tu amigo, el hijo de tu amigo”.

Leé más notas de Andrea Daufi

Ver comentarios