El 21 de septiembre, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica comunicó que había recibido formalmente la presentación del estudio clínico para el producto “Luarprofeno” (Ibuprofeno en solución inhalatoria y nebulizable), creado en un laboratorio de la provincia de Córdoba y por el cual ya se presentó un proyecto en Diputados, para que se lo use como tratamiento a pacientes con coronavirus.

En la última semana, el tema fue debatido en Santa Cruz donde el gobierno de Alicia Kirchner rechazó su aplicación porque no había, no sólo aprobación del Estado para su aplicación como tratamiento, sino tampoco pruebas científicas de que sea efectivo.

“Los santacruceños no van a ser conejillos de India”, cuentan que dijo la gobernadora durante la reunión que este viernes mantuvo con diputados de Cambiemos, que avalan la llegada del ibuprofeno inhalado a los hospitales de la provincia.

Ya al promediar la semana, el ministro de Salud Claudio García había dicho, en conferencia a medios provinciales -entre ellos La Opinión Zona Norte– que no estaban dispuestos a aplicar esta medicina.

La protesta de este sábado pidió respuestas al brote local. FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

“Cuando tengamos el sustento científico que acredite que este tratamiento es efectivo, lo vamos a aplicar”, sostuvo, señalando que esta argumentación se basa en “la inexistencia de ensayos controlados, estudios a doble ciego, estudios de validez epidemiológica que comprueben que efectivamente la terapéutica, en caso de ser aplicada, es beneficiosa para el tratamiento de la enfermedad”.

En Santa Cruz se continuará tratando a pacientes con coronavirus con antivirales en fases tempranas y terapia de cuidados críticos, además de plasma, aunque todavía el proceso esté en etapa inicial.

Sin embargo, el intendente Pablo Grasso le abrió la puerta a esta posibilidad. Lo hizo recibiendo en su despacho al presidente del Colegio Médico, Horacio Córdoba, quien fue con la propuesta del ibuprofeno inhalado como tratamiento a la Covid.

Horacio Córdoba, la médica Marcela González y el intendente Pablo Grasso.

A través de sus redes sociales, el jefe comunal confirmó que ya había iniciado tratativas con la fundación Respirar y que la empresa Luar podría cubrir la demanda local.
“Todas las herramientas que podamos aplicar son bienvenidas. Tenemos que cuidarnos entre todos y aunar esfuerzos para salir adelante todos juntos”, posteó.

FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

Fue tal vez este anuncio el que dio más fuerza al reclamo que se venía gestando en la semana, y por el cual este sábado se realizó una caravana de coches con personas que reclamaron la aplicación del tratamiento para los enfermos con coronavirus.

No es para menos. Río Gallegos vive uno de los momentos más duros desde que se desató el brote el pasado catorce de julio, contabilizando 61 muertes. Las últimas cinco en las últimas horas. Una escalada de contagios que tiene todavía una única salida: no circular, pero que sin embargo difícilmente pueda aplicarse después de seis meses de medidas restrictivas y pérdidas económicas, con consecuencias drásticas para las familias.

FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

Pero en realidad, el intendente Grasso se monta a una campaña que apoya la presentación de un proyecto en el Congreso, de la mano del diputado de la UCR Gonzalo del Cerro, que pidió que se habilite el tratamiento de emergencia en pacientes graves. Aun así, dicho por el propio Del Cerro, “no estamos generando falsas expectativas”.

Lo cierto es que no hay, ni en el país ni el mundo, una cura a la Covid. No existe y sería extraño pensar que el Gobierno Nacional haya decidido no aplicar el ibuprofeno inhalado si acaso esa era la respuesta. No la aplicó como tampoco la aplicó el mundo como alternativa. Es apenas un paliativo en desarrollo.

El ibuprofeno inhalado no es el mismo medicamento que se consigue en farmacias.

Pero es justo decir que las expectativas con el ibuprofeno inhalado están, porque tenemos miedo y decirle a una familia que su ser querido no va a llegar a recibirla es demoledor.
La Opinión Austral consultó a la epidemióloga del hospital SAMIC, Viviana Galache, quien aseguró que, “hasta ahora no hay nada comprobado y seguro. Todo lo utilizado está en vías de investigación”.

El ibuprofeno inhalado “no está aprobado” y por eso “no hay nada totalmente recomendado con respecto a ese tratamiento”.
Así las cosas, “los estudios más bien lo desestiman y no lo aprueban. Particularmente con el grado de evidencia tan bajo, nosotros no lo utilizamos”.

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Pero hay cuatro provincias argentinas que sí. Son Buenos Aires, Córdoba, La Rioja y Jujuy, y según aseguran los especialistas de Salud de esas provincias, los resultados son “excelentes”. Sin embargo, no se conocen estudios.

¿En qué consiste?

Cuando decimos ibuprofeno inhalado, no hablamos del mismo compuesto que se conoce en cápsulas y se vende en farmacias, sino que es un producto desarrollado por investigadores de la provincia de Córdoba, que comenzaron siete años antes de que se desatara la pandemia, con el objetivo de utilizarlo en pacientes con fibrosis quística.

El proyecto todavía está en etapa de estudio y tampoco se usa en todos los pacientes con coronavirus, sino en algunos que tienen problemas para poder respirar.
“Los pacientes no sólo han mejorado su cuadro clínico sino que algunos lograron una negativización temprana”, dijo el ministro de Salud de Córdoba, Pablo de Chiara, que explicó que el tratamiento actúa como un antiinflamatorio pulmonar, y pidió “tomarlo con cautela para poder tener evidencia”.

Es decir, el ministro de Salud de la provincia donde desarrollan el ibuprofeno inhalado no niega que esté en etapa experimental y que no tiene autorización de la Anmat, que es la única que puede probar su eficacia.

FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

Por otra parte, la empresa a la que hizo alusión el municipio riogalleguense tiene en su sitio web una leyenda que dice que es un medicamento en fase experimental, lo que impide hablar de él como una cura y esto es algo que quienes comunicamos debemos marcar fuertemente, sobre todo porque en las manifestaciones de este sábado, se vieron carteles que decían el ibuprofeno inhalado salva vidas”. Eso no es real, o al menos, no está probado.

Uso “compasivo”

Las palabras tienen un sentido, pero a veces cuando hablamos de asuntos que la mayoría desconocemos, como es el ámbito científico, pueden cobrar otra dimensión. En esta última semana se planteó la idea de que el ibuprofeno inhalado era un tratamiento compasivo. Y técnicamente lo es, porque así se llama a cualquier tratamiento que recibe un paciente a sabiendas de que el organismo que regula la medicina no lo aprobó.

Consignas por el ibuprofeno inhalado en los coches. FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

Es decir, el paciente firma un consentimiento de que está al tanto de que esa medicación puede no funcionar o incluso dañarlo, pero lo hace de todos modos, porque los efectos del avance de su enfermedad pueden ser peores.

 

“Por el momento, no se recomienda ningún medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus”, dice la Organización Mundial de la Salud, la misma que declaró pandemia al coronavirus, que luego reconoce la existencia de tratamientos para esta enfermedad, pero que “se probarán en ensayos clínicos”, y lo cierto es que el ibuprofeno inhalado, todavía no lo tiene.

 

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