En los meses de invierno el cuerpo consume más energía para combatir las bajas temperaturas y poder mantener el calor interno. Esta etapa demanda cambios en la alimentación para dar lugar a platos calientes y reducir los más fríos. Conocé los ingredientes y recetas recomendadas para combatir el clima helado y cuidá tu salud.
El pronóstico del tiempo para este sábado indica una máxima de 7 grados en la ciudad de Río Gallegos. En los próximos días se anuncian temperaturas máximas de 2 y 3 grados, con una sensación térmica que no superará los 0 grados. Ante este escenario, la cocina pasa a ocupar un rol fundamental para mantener el calor corporal y fortalecer el sistema inmunológico.
La exposición al frío genera cambios fisiológicos en el organismo que permiten mantener regulada la temperatura interna. Una de estas manifestaciones es la vasoconstricción, que ayuda a disminuir la pérdida de calor. Otra acción son los temblores, producto de la contracción muscular que sirve para aumentar la termogénesis (generación de calor corporal). Estos últimos implican un gasto energético que aumenta a su vez el gasto total de energía. Es por esta razón que los alimentos deben cubrir los requerimientos nutricionales y energéticos que aparecen en invierno.
Alimentos para combatir el frío
Las bajas temperaturas no generan tantas ganas de comer ensaladas, pero los vegetales -especialmente los verdes- cumplen un rol importante a la hora de sostener el calor interno. La idea no es abandonar las verduras, sino consumirlas cocinadas al vapor, al horno, en guisos, sopas o salteadas.
Los vegetales de hoja verde ayudan a mantener una buena temperatura corporal, facilitan la circulación de la sangre y la oxigenan. En esta categoría, la espinaca y la acelga son las más recomendadas.
Asimismo, los tubérculos como las papas, zanahorias y las batatas son una opción económica para sumar al menú invernal y aportan calor al organismo. Lo mismo ocurre con los hidratos de carbono (pastas, arroz, legumbres), capaces de aportar energía en forma rápida. Aunque en este caso, habrá que controlar las porciones para no exceder al aporte diario necesario.
Las grasas saludables como la palta, los frutos secos y el aceite de oliva ayudan a protegerse del frío, ya que tienen un alto contenido calórico. Un puñado de nueces o maní puede ser el snack perfecto para sumar a media mañana o media tarde en las jornadas más frías.
Otro alimento indispensable en la temporada invernal son las especias. Las mejores para incorporar a la dieta son la cúrcuma, el cardamomo, la pimienta, el clavo, el ajo en polvo y la canela. Además de aportar sabor a las comidas, aumentan la temperatura corporal, activan el metabolismo y estimulan la quema de las grasas en el cuerpo.
A su vez, los caldos y sopas son un básico imprescindible para enfrentar las bajas temperaturas. Ayudan a saciar el apetito, hidratan y aportan la energía necesaria al metabolismo para combatir el frío. Pueden ser de zanahoria, de calabaza o de cualquier verdura. Se recomienda añadir semillas de calabaza, sésamo o chía para incrementar el aporte nutricional.
Mantenerse hidratado es otra de las claves en invierno, se puede aumentar el consumo de líquido bebiendo infusiones, sobre todo té, cuyos beneficios incluyen el aporte de antioxidantes, propiedades digestivas y depuradoras.
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