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Un poco de justicia”, así calificó Jorge Matulich la situación que vivió este miércoles al conocer la sentencia contra el asesino de su hija. Habían pasado una semana y media de espera, con expectativas muy bajas tras el pedido de la Fiscalía.

El tribunal de la Cámara Oral condenó a Esteban González, el empleado bancario que le arrebató la vida a Brianna Matulich, una adolescente de 17 años de Río Gallegos. La pena fue de doce años de prisión, el doble de lo que había solicitado Verónica Zuvic la representante del Ministerio Público durante los alegatos, y modificó la calificación legal.

 Brianna tenía 17 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL) Brianna tenía 17 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)
Brianna tenía 17 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

A las once de la mañana, el cielo sobre la capital de Santa Cruz estaba nublado. Algunas gotas de lluvia cayeron y se mezclaron con las lágrimas de los familiares de la víctima, quienes se apostaron afuera de la Cámara Oral para conocer la condena de González.

La explanada del edificio, en la calle Malaspina, ya estaba repleta de personas. Alrededor de 50 vecinos acompañaron a Jorge Matulich y Mabel Maidana, padres de Brianna, así como a Priscila y Thiago, hermanos de la víctima fatal y sobrevivientes del hecho.

FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Se esperaba que la sentencia fuera leída a las doce del mediodía, pero un ligero retraso hizo que la gente se pusiera ansiosa. Los presentes intercambiaban miradas, tratando de adivinar qué estaba ocurriendo. Dentro del recinto, se realizaba otro debate de valoración de pruebas. Según pudo saber La Opinión Austral, el juicio era de instancia privada.

Entre los asistentes también se encontraban miembros de la agrupación “Familias del Dolor”, un grupo de vecinos que luchan por justicia tras perder a un ser querido en circunstancias violentas. Aunque algunos ya han tenido respuestas, siguen acompañando a otros por solidaridad. Como decía el Papa Francisco, y recientemente se popularizó en la serie El Eternauta: “Nadie se salva solo”, expresó una de las vecinas que acompañó a la familia Matulich.

Daro Cabrera, otro sobreviviente, sosteniendo un cartel de Brianna, este miércoles. (FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL)
Entre ellas estaban Belén Álvarez, hermana de Leandro Álvarez, el joven futbolista y estudiante de Kinesiología que falleció en Mendoza; Paola Stout, cuñada de Rodrigo Oyarzo, el mecánico que murió en otro incidente vial; Marta Barragán, madre de Juan Manuel Padrón, un hombre que perdió la vida en un hecho que nunca llegó a juicio ya que la Justicia entendió que se trató de un caso de legítima defensa y Erika Erazo, madre del pequeño Gael Carrizo que murió en el Hospital Regional luego de días tras ser embestido por un Ford Falcon.

También se presentó una vecina de 28 de Noviembre, quien se encontraba en Río Gallegos y se acercó para apoyar a los Matulich. “Es un caso terrible. Leí sobre lo sucedido y me conmovió”, comentó a La Opinión Austral tras abrazar a Jorge y mostrarle su apoyo.

La familia fundida en un abrazo. (FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL)

Cerca de las doce y media, el personal del edificio abrió la puerta lateral de la Cámara para permitir el ingreso de los vecinos. Apretujados, algunos tomándose de las manos y con lágrimas en los ojos, entraron al recinto, que ya estaba lleno. También había periodistas de otros medios, como se pudo ver en la transmisión en vivo a través de las redes sociales de LU12 AM680.

Hubo algunas ausencias relevantes, aunque comprensibles dado que se estaba llevando a cabo otro juicio. No estuvieron presentes la fiscal de Cámara, Verónica Zuvic, ni el defensor de Esteban González, Federico Rocha. De todos modos, el juez Vila pidió disculpas por el retraso y comenzó su alocución acompañada por los jueces Jorge Yance y Marcelo Bersanelli;  condenando al empleado bancario a doce años de prisión por homicidio simple con dolo eventual. Mientras tanto, Jorge, algo ansioso, jugueteaba con sus manos.

Marcelo Bersanelli, María Alejandra Vila y Jorge Yance. (FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL)

Mabel y Jorge estaban a pocos centímetros de su abogada, Karen Cader. En cuanto la presidenta del tribunal pronunció “homicidio simple con dolo eventual”, los padres de Brianna suspiraron aliviados. Él cerró los ojos, mientras ella ocultaba su rostro en un pañuelo. En paralelo, la querellante asintió con la cabeza, confirmando el cambio en la calificación.

Finalmente llegó el momento de escuchar la sentencia sobre la cantidad de años: doce. Este veredicto hizo que todos se desplomaran en un abrazo. Jorge, ya erguido, con el mentón alto y los brazos cruzados, continuó escuchando a la presidenta del tribunal.

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Cuando Vila terminó, los familiares pudieron suspirar aliviados. “Por favor, les solicitamos que se retiren, ya que debe continuar el otro juicio”, indicó un trabajador del Poder Judicial. Con una expectativa baja con la que habían llegado, se retiraron con el doble de la pena solicitada por la Fiscalía.

Durante el retiro, con la puerta lateral ahora funcionando como salida, comenzaron a escucharse aplausos fuera del edificio. Aquellos que no habían podido ingresar al recinto debido al espacio limitado, seguían la transmisión en vivo a través de sus celulares.

Una vez fuera, todos los miembros de la familia se fundieron en un abrazo, que también simbolizó el cierre de este doloroso episodio en sus vidas.

La familia de Brianna posó a la cámara de La Opinión Austral tras conocer el fallo. (FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL)

Las claves

En la previa de la lectura, durante los alegatos, hubo desazón en la familia de Brianna; cuando escucharon que la fiscal no mantuvo la calificación que había llegado a juicio y pidió que se cambie a “homicidio culposo agravado” solicitando una pena más baja para el empleado bancario.

La Opinión Austral tuvo una copia del fallo que terminó condenando a González a la pena de doce años de prisión y el pago de más de 100 millones de pesos de manera reparatoria para la familia damnificada. El mismo consta de 167 fojas y da cuenta de, quizás lo más importante, el cambio de criterio usado por la mayoría del tribunal.

Tanto Vila como Bersanelli coincidieron que se trataba de un homicidio simple con dolo eventual. La clave del fallo penal reside en la figura del dolo eventual. A diferencia de la culpa (negligencia), el dolo eventual implica que el autor, aunque no busca directamente el resultado dañoso (la muerte o las lesiones), se representa como posible ese resultado (dado el altísimo riesgo creado por su conducta) y, a pesar de ello, continúa con su accionar, aceptando o conformándose con esa posibilidad.

La mayoría del Tribunal entendió que la conducta de González, al conducir alcoholizado, a velocidad desmedida y realizando maniobras peligrosas, creó un riesgo tan elevado que necesariamente tuvo que representarse la posibilidad de un resultado fatal, y aún así, lo aceptó. La fuga posterior fue considerada una manifestación de este dolo eventual y su desprecio por las consecuencias.

Priscila, sobreviviente, llorando. (FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL)

A pesar de tener un voto minoritario en la calificación legal, Jorge Yance manifestó su total concordancia con el monto de la pena impuesta y con la valoración de las circunstancias atenuantes y agravantes que había realizado el Ministerio Público Fiscal en sus alegatos. Esto indica que, independientemente de cómo hubiera calificado legalmente el hecho, estuvo de acuerdo con la severidad de la sanción penal finalmente aplicada y la evaluación de los factores que incidieron en su determinación.

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