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La receta del dulce de membrillo ha pasado de generación en generación, adaptándose a los gustos y recursos de cada familia argentina. La base es simple: membrillos, azúcar y tiempo. Sin embargo, las variaciones en las proporciones y los pequeños trucos hacen que cada dulce sea único.
El proceso de elaboración del dulce de membrillo implica la cocción de la pulpa del membrillo con azúcar, hasta obtener una consistencia espesa. La mezcla se deja enfriar y solidificar, resultando en un bloque compacto que puede cortarse en porciones.
Es importante que los membrillos elegidos estén maduros, amarillos y aromáticos.
La paciencia es la clave para esta receta tradicional. Cocinar a fuego lento y remover constantemente evita que el dulce se queme y garantiza una textura suave. No hay que sobrecocinar el dulce, ya que puede quedar demasiado duro.
Una vez frío, el dulce se conserva mejor en un lugar fresco y oscuro, en recipientes herméticos. Lo ideal es dejarlo reposar 24 horas antes de consumir.
El dulce de membrillo se consume solo o acompañado de queso, en el postre conocido como “vigilante”. También se utiliza como ingrediente en diversas preparaciones de repostería, especialmente en la pasta frola.
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Dulce de membrillo: receta de la abuela
Ingredientes
- 1 kg. de membrillos
- 800 grs azúcar
- 100 cc. de agua
Preparación
- Hervir los membrillos enteros durante 20 minutos.
- Retirar y dejar que se enfríen para poder pelarlos y descarozarlos.
- Una vez pelados, preocesarlos hasta formar un puré.
- Agregar el azúcar y el agua, revolver bien y llevar a cocinar a fuego bajo (corona) por 1 hora hasta que al pasar la cuchara por el fondo de la olla no se vuelva a juntar.
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